Festival de cine europeo de Sevilla 2018
Jonás Trueba o la revolución de filmar la «normalidad de la adolescencia»
El cineasta presenta dos piezas de «Quién lo impide», centrado en adolescentes, con conversaciones documentales y pequeñas ficciones
Los que conocen a Jonás Trueba lo definen como un cineasta con una carrera muy coherente y que piensa mucho cada uno de sus proyectos, que lo han situado como una de las miradas más interesantes y personales de ese nuevo cine español que se mueve en la independencia y los márgenes de la industria.
Tras cuatro largos en su filmografía, la última de ellas la celebrada «La reconquista» (2016), el realizador ha acudido al Festival de Sevilla de cine europeo por partida doble: como miembro del jurado y para presentar dos piezas de la que denomina una «película en marcha» , que define como «la apuesta revolucionaria de filmar la normalidad de la adolescencia».
El proyecto, según explicó ayer el hijo del también cineasta Fernando Trueba , busca mostrar la adolescencia a través del trabajo en colaboración con jóvenes de institutos, mediante conversaciones documentales y pequeñas ficcione s que han ido surgiendo durante el trabajo de rodaje, concebido, más que como una puesta en escena según los mandatos del director, como una «puesta en situación» , más colaborativa.
A este término, acuñado por José Luis Guerín y que utilizó para rodar «La academia de las musas» (Giraldillo de Oro del festival en 2015), hizo referencia Jonás Trueba para enmarcar las influencias de este «cine directo y espontáneo» que filma con los adolescentes, deudor también, reconoció, de Michel Brault .
El proyecto, que nació a partir de conversaciones con los jóvenes actores de «La reconquista» — Pablo Hoyos y Candela Rubia —, consta actualmente de cuatro piezas bajo el título de «Quién lo impide», canción de Rafael Berrio con la que cerraba aquel largo. «Solo somos» y «Si vamos 28, volvemos 28» se proyectarán en el festival.
A las otras dos, «Principiantes» y «Tú también lo has vivido», señaló el realizador, seguirán otras piezas, bien ya montadas o bien que rodará en el futuro, de forma que con todo este material «habrá al final una película» .
Con estas piezas, Jonás Trueba pretende que los adolescentes se muestren «tal como son», asumiendo el «gran reto» de mostrar la «normalidad» , porque en la mayoría de películas se presenta este periodo vital de una forma casi siempre «tremenda» . «Los adolescentes están hartos de ver películas donde un padre viola a su hijo, matas a tu madre o te suicidas».
El resultado es una «película en marcha» donde al final prevalece «mi mirada, pero intentando mezclarse con la de ellos », explica el cineasta quien reconoce que «no es de adolescencia de lo que habla, sino de amistad, de la sociedad, del amor, del sexo, de política y de la manera de estar en común».
Los adolescentes, añade, «logran hablar de todo eso con una sinceridad de la que nosotros, más mayores, no somos capaces y por eso emocionan ».
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