Locus amoenus
Florencio Castelló, un actor de dibujos animados
Si Valdano dijo que Romario era un jugador de dibujos animados, por muchas y mejores razones Florencio Castelló fue un actor de dibujos animados, un cantaor de cine y un sevillano universal

Para los niños latinoamericanos que veíamos televisión en los años 60, el doblaje de las películas animadas nos ofrecía una constelación de acentos sencillos de reconocer gracias a las señas de identidad —Pepe Trueno y Speedy González llevaban sombrerotes mexicanos— o porque nuestras cadenas estaban ... pobladas de actores y presentadores cubanos y argentinos. Tan sólo dos personajes hablaban con dejes indescifrables: Cucho de «Don Gato» —que hablaba como yucateco— y el gato Jinks, que hablaba en andaluz; pero no en un andaluz urbano convencional, sino con el habla de los artistas flamencos cuando están con todo el arte en lo alto, porque el actor que doblaba al gato Jinks era el cantaor sevillano Florencio Castelló (1905-1986) .
En la historia del cine mexicano Florencio Castelló fue un secundario de lujo, que lo mismo destacó interpretando papeles de andaluz gracioso en películas de Mario Moreno «Cantinflas» como Ni sangre ni arena (1941), que actuando con la severidad necesaria junto a Silvia Pinal en El ángel exterminador (1962) de Luis Buñuel. Sin embargo, antes de exiliarse en México Florencio Castelló había sido una prometedora figura flamenca en los cafés cantantes madrileños y sobre todo en el teatro del antiguo circo Price, donde lo encontramos compartiendo escenario con Ángel Sampedro «Angelillo» en La embriaguez de la gloria (1934), una fantasía cómico-lírica con «El Guerrita» al cante, Manuel «Patena» al toque y «Los chavalillos sevillanos» (Rosario y Antonio) al baile. De hecho, antes de la guerra civil se encontraba en plena temporada de la comedia flamenca Contigo y siempre contigo (1936), donde según la crítica de ABC «hay una pareja cómica formada por Julia Ávalos y Florencio Castelló, que representan muy bien. Castelló es además cantaor de mucho estilo, pero supo hacer un tipo muy gracioso» (01-01-1936). Aquella gracia flamenca fue su flor y su estrella.
Precisamente, gracias a su vena humorística Florencio Castelló fue elegido por el incomparable cómico cubano Leopoldo Fernández «Trespatines», para encarnar al gallego Rudecindo Caldeira y Escobiña —alias «El Curro»—, uno de los personajes de la radiocomedia «La Tremenda Corte», que de 1941 a 1958 había sido interpretado por el actor español Adolfo Otero. Sin embargo, al producirse la Revolución Cubana «Trespatines» se exilió en México y «La Tremenda Corte» se convirtió en la telecomedia más exitosa de la historia de la televisión latinoamericana, porque hasta el día de hoy sus viejos episodios en blanco y negro siguen entusiasmando a públicos de todas las edades. Así, Florencio Castelló le debió su celebridad internacional a ese personaje gallego que hablaba como andaluz y cantiñeaba por fandangos. ¿Cómo podíamos saber que el habla de Rudecindo era andaluza? Como diría su carnal «Cantinflas»: «Ahí está el detalle».
Cuando los estudios de animación de Hannah & Barbera buscaron voces para el doblaje de la serie de los ratones Pixie y Dixie , eligieron a Florencio Castelló para el gato Jinks , porque en el primer episodio de la serie aparecía un gato de acento tejano, un habla muy especial para el oído de los hablantes de los Estados Unidos. Corría el año de 1959, Florencio Castelló triunfaba con «La Tremenda Corte» y así fue como su habla flamenca pasó a ser la voz del gato Jinks, orgulloso de ser un gato «gitano y resalao» que odiaba a «lo roedore a muehte». Con todo, ahí no quedó la cosa, porque Castelló fue reclamado por Disney para prestarle su salero al buitre «Despeinao» en El libro de la selva (1967); al cuervo que le enseñó a volar a Dumbo (1969), y a «Napoleón», el sagaz sabueso que le chafó los planes al pérfido mayordomo de Los Aristogatos (1970).
Si Valdano dijo que Romario era un jugador de dibujos animados para expresar su admiración, por muchas y mejores razones Florencio Castelló fue un actor de dibujos animados, un cantaor de cine y un sevillano universal. Mientras viví en el Perú no reconocí su acento, porque desconocía el habla andaluza y para colmo su personaje más famoso era gallego. Consejo a quienes nunca hayan visto un episodio de «La Tremenda Corte»: les aguardan horas de escacharrante diversión en www.latremendacorte.info .
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