Flamenco SinCejilla
Dos generaciones del cante festero, un ritual en peligro de extinción
La pandemia ha arrasado con los eventos privados, fuente de ingresos de muchos cantaores

«Me da vergüenza la televisión» , dice El Nano de Jerez. «Un montón de modernitos que van de balde, sin cobrar nada, a rellenar contenido. Hay algunas excepciones, pero lo que veo es morralla . ¿Cuándo se ha cantado por soleá con dos ... guitarras, que hoy parece obligatorio? ¿Esa qué moda es? ¿Cuándo van a cantar un villancico que sea flamenco? Esta Navidad solo he visto zambombas que parecen más bien coros rocieros y modernos haciendo moderneces». Él, que ha convivido con lo más granado del cante durante los últimos 60 años, contempla a disgusto el presente del arte que ocupó su vida. Algo similar le sucede a Luis Peña, quien desde hace unos pocos menos cultiva el cante y el baile por fiestas. «Antes de la pandemia, la situación no era buena. No hay demasiados aficionados que apuesten por una reunión para escuchar al artista en cercanía, para disfrutar de su arte durante horas. Con la pandemia esto ha desaparecido prácticamente. Suerte que tengo trabajo con Los Morancos y algunas cosas que salen en festivales y ciclos, también las clases, pero el panorama tiene poca gracia. Al 2022 le pido que se lleve al virus y que vuelva la afición . Lo que yo hago no está en Spotify, solo en directo y de cerca».

La fiesta flamenca, ese detener los relojes y hacer que el tiempo sea algo que únicamente transcurre allá afuera, está en peligro de extinción. Los artistas que en cuerpo y alma se dedicaron a ella así lo manifiestan. A Luis Peña, que aprendió del Funi y Paco Valdepeñas, le han cerrado la puerta de algún tablao . «Que no tenían espacio para un número como el mío... Cuando la figura del cantaor bailaor es muchas veces el que levanta al público. Anzonini del Puerto, El Marsellés…». Y al Nano, mientras tanto, apenas lo llaman . «Desde que empezó toda esta locura he trabajado muy poco, cosa que a mi edad ya no me preocupa. Eso sí, que sepan que a los que llevamos 50 años de artista nos han dejado de lado».
Novedades discográficas en el horizonte
Rara vez dan los flamencos un no por respuesta cuando se les pregunta si tienen un disco entre manos. Publican poco, pero siempre están grabando. Con la pandemia, muchos proyectos se han quedado estancados, esperando el mejor momento para salir. Tal vez 2022 sea el año en que concluyan algunos. Entre ellos, destaca lo que prepara Pedro El Granaíno junto a Vicente Amigo , quien compuso, a su vez, un álbum completo durante el confinamiento. El cantaor no tiene disco en solitario, y este, que lleva armándose un lustro, sería un golpe en la mesa después de haber logrado un sinfín de éxitos en varias colaboraciones y espectáculos en vivo. Rocío Márquez solo ha adelantado algo sobre su álbum más inmediato: no tendrá nada que ver con el anterior, algo parecido a lo que comentó a ABC María Terremoto , a punto de entrar en el estudio. La Tremendita completará con una nueva entrega su reciente ‘Tremenda’. Y jóvenes como el pianista Andrés Barrios y el cantaor José Luis Pérez-Vera también esperan generar notoriedad, como Diego Villegas y David Palomar , que ya han mostrado la punta del iceberg.
‘Tremenda’: ponerle tachuelas al cante

Hay quien se coloca en la cola de las modas y quien trata de anticiparse; o ni siquiera piensa en ellas. Simplemente, hace su música. La Tremendita es de estas últimas. Una cantaora de Triana con media cabeza rapada, un fuerte compromiso social y un bajo entre las manos. Su delirio parte del arrabal, pero termina muy lejos de allí. El rock, el punk, la electrónica y el flamenco, además del pop, se aúnan en una propuesta que funciona porque está llena de honestidad. La Tremendita canta así, con una voz ágil y no excesivamente singular, pero con una estética del sonido que casa con ella. Tiene un discurso propio, y echa mano de la colombiana de Marchena o la petenera de Pastora para contarlo . Le ha puesto tachuelas al cante. Lo ha vestido de un futurismo que, aún siendo experimental, se hace amable a cualquier oído por medio de los estribillos, que hacen sus canciones reconocibles, fáciles de recordar. La ‘Romería’ de Morente está en las antípodas del disco ‘Lorca’ a través del cual la conocimos. Yace, como todo, en otro lugar. No podemos hablar ya de palos, sino de reminiscencias, golpes, compases, redobles, cadencias... Todo lo emplea la bisnieta de Enriqueta La Pescaera para desarrollar la hazaña que comenzó en su anterior proyecto, ‘Delirium Tremens’. Aquel me sorprendió más. Este es, con una postproducción igualmente elaborada, su continuación. Una búsqueda que podrá encandilar a unos y repeler a otros, pero que tiene una intención natural de alterar los elementos. Sin estropearlos, creando otro escenario. La Serneta no suena aquí a Utrera, sino a espacio. Lola Flores es una peineta alada que se alza, explota y narra el mundo con colores dispares. Lo extraño sirve de cohesión a las piezas.
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