Museo Bellver
El homenaje anónimo a Bécquer del Museo Bellver puede ser obra del maestro de Juan Ramón Jiménez
El escritor José María Jurado García-Posada mantiene que el gaditano Salvador Clemente es el autor de esta obra dedicada al poeta

La realidad ofrece de vez en cuando relatos que poco tienen que envidiar a una buena ficción novelesca. Uno de ellos puede ser la posible atribución de un cuadro anónimo que se conserva en el Museo Bellver y que tiene como ‘dramatis ... personae’ a Gustavo Adolfo Bécquer , del que mañana se cumplen 185 años de su nacimiento en Sevilla; el pintor decimonónico Salvador Clemente , quien ejecutó uno de los primeros homenajes al autor de las ‘Rimas’ ; Juan Ramón Jiménez , alumno de pintura de este y uno de los grandes escritores del siglo XX; y José María Jurado García-Posada, uno de los poetas sevillanos a los que seguir la pista más de cerca en este siglo XXI.
Todos estos personajes animan una historia que, para empezar, muestra la gran popularidad de la obra de Bécquer en Sevilla desde poco después de su muerte en 1870, pero también la peripecia detectivesca de un escritor como Jurado García-Posada para tratar de atribuir un cuadro anónimo de la colección Bellver al gaditano Salvador Clemente, al que conoce bien tanto por sus homenajes a Bécquer como por haber sido maestro de Juan Ramón Jiménez.
La historia de esta posible atribución, que cuenta ya con cartela en el Museo Bellver y que tendrán que confirmar expertos en Historia del Arte, arranca a partir del comentario del también poeta Gonzalo Grajera en las redes sociales a mediados del pasado octubre, en el que informaba que los responsables de la colección estaban reclamando datos a todo aquel que pudiera ofrecer información sobre el autor de una alegoría sobre la obra de Bécquer.
Pocos días después, Jurado García-Posada plateaba en un documentado hilo de Twitter la posible atribución de la obra a Salvador Clemente, afirmación que apoyaba en datos y referencias gráficas a su obra , con lienzos en los que se pueden rastrear homenajes explícitos e implícitos al autor de las ‘Rimas’.

Clemente se había establecido en Sevilla en 1880, proveniente de París. En la ciudad se dedicó con éxito a la pintura de género , especialmente la de costumbres populares. La obra que le granjeó mayor popularidad fue el homenaje a Bécquer ‘Volverán las oscuras golondrinas’ (1882), realizada solo doce años después de su muerte. Tal como recuerda Jurado García-Posada, esta obra «es uno de los primeros homenajes al poeta. Alcanza gran popularidad y le son encargadas varias copias».
«El motivo y la composición de aquella obra, su colorismo y su pincelada, son muy semejantes » a la que posee el Bellver, explica el poeta, que añade: «bajo una balconada andaluza que asoma a un jardín asilvestrado evoluciona el vuelo de las golondrinas».
El pintor gaditano mostrará en otras obras su afición a Bécquer, como en las que facturó para el homenaje al poeta que publicó la revista ‘La Ilustración Artística’ , en 1887; y en el cartel que realizó para las Fiestas de la Primavera de 1897 , donde introduce nuevamente el motivo de las golondrinas como guiño becqueriano.
Homenaje
«Ese es precisamente el año en que está fechado el homenaje que posee el Museo Bellver», explica Jurado García-Posada. La firma del cuadro, añade, es «enigmática. Cabe suponer que fue anonimizada para participar en un certamen o quizás se trate de un anagrama. De la comparación de la composición con otras obras de Clemente no cabe duda que, si no es de su autoría, fue realizada en su taller, por alguno de sus alumnos o en colaboración con ellos».
Salvador Clemente fue el maestro de pintura de un adolescente Juan Ramón Jiménez, al que introdujo en la obra de Bécquer
El año en que se ejecutó el lienzo, recuerda este poeta, es también el de la llegada a Sevilla de un adolescente Juan Ramón Jiménez para estudiar pintura en el estudio que tenía este pintor en la calle Gerona. Por ese motivo, el autor de ‘Espacio’ «debió conocer perfectamente la obra» de Clemente que se expone ahora en el Museo Bellver y que, tras las pesquisas de Jurado García-Posada, cuenta con una cartela con la posible atribución .
Este encuentro del poeta de Moguer y el pintor gaditano en Sevilla tuvo, además, consecuencias para la historia de la literatura española . Hay que recordar que la inicial vocación del futuro Nobel era la pintura, que no abandonará en favor de la poesía tras su estancia en la ciudad, donde frecuentó la biblioteca el Ateneo , uno de cuyos fundadores fue Clemente.
«El poeta de Moguer conoció a Bécquer de la mano de su maestro de pintura y otros ateneístas», indica el autor sevillano, que añade: «Recordando esa época dirá muchos años después: Cuando fui a Sevilla pensando en ser pintor, encontré a Bécquer y me entusiasmé con él. Aún permanece vivo su recuerdo entre los sevillanos». De ese entusiasmo se contagió también Juan Ramón Jiménez, que escribiría años después algunas de las páginas más brillantes de la poesía del siglo XX .
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