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Conciertos

Interestelar Sevilla, o cómo la épica de la música triunfa contra viento y marea

El festival se consolida en tan solo dos ediciones y cierra el fin de semana con más de 20.000 personas entregadas a la música pese a la climatología desfavorable

Lori Meyers era cabeza de cartel de este Interestelar Fernando Rodríguez Murube

Fernando Rodríguez Murube

A eso de las cuatro de la tarde, con un sol de justicia y los termómetros marcando 30 grados , poco o nada del escaso público que a esa hora había hecho acto de presencia en la pradera del Monasterio de la Cartuja para disfrutar del repaso a lo mejor de su carrera que el gran Josele Santiago —desde el aclamado «Las golondrinas etcétera» hasta el reciente «Transilvania»—, pocos podían imaginar el brusquísimo cambio que experimentaría la climatología durante gran parte de la segunda y definitiva jornada del Festival Interestelar Sevilla.

La transformación llegaría durante el concierto de Ángel Stanich , un artista que destila talento a borbotones y cuyo universo creativo está repleto de personajes pintorescos que se modelan como arcilla en manos del destino, artistas de existencia turbulenta y almas desdichadas. Escuchen «Un día épico» , el tema que ayer sirvió como inmejorable carta de presentación, y lo entenderán. El rockero no pudo elegir mejor título para empezar su actuación. Y es que el concierto tornó de lo festivo a lo heroico y casi místico en apenas unos minutos. Cuando Stanich había desplegado más o menos la mitad de su repertorio, en torno a las seis de la tarde, unas tres mil personas ya vibraban con el magnífico directo del cántabro y su banda.

Kiko Veneno, incombustiible F. R. M.

Fue en ese momento cuando irrumpieron con fuerza los elementos. El viento y una lluvia torrencial provocaron que la gran mayoría retrocediera hasta refugiarse en la carpa que con sumo acierto la organización del festival había instalado el día antes como medida previsora ante los preocupantes pronósticos meteorológicos. Pero no todos, un par de centenares de melómanos irreductibles, soportaron estoicamente el temporal que arreciaba en esos momentos sobre La Cartuja. Stanich, al percatarse, subió aún más las revoluciones y en cuanto la tromba de agua amainó levemente —la química entre artista y público ya era más que patente— volvió a acercarse al escenario un porcentaje importante de los seguidores que durante unos minutos se habían decantado por la opción más conservadora y, acaso, lógica.

El resultado final fue extático, más de mil personas saltando y bailando bajo la lluvia y Ángel Stanich, que previamente había bajado del escenario con un subidón importante hasta la pradera, cantando a hombros de sus fieles fans «Mátame camión». A quien aún no lo conozca, sugiero urgentemente que asista a uno de sus conciertos. De lo mejor de todo el festival.

Luego llegó el turno de El Kanka , que saludó al público sevillano con un «vaya si tenéis aguante», en clara alusión a lo vivido instantes antes en el escenario contiguo. Tras las fuertes emociones vividas, el cantautor tenía la difícil tarea de mantener el nivel de las mismas. Y vaya si lo hizo. Ante una numerosísima legión de seguidores completamente entregada desde la primera canción, que también tuvo que soportar la lluvia aunque menos intensa, el malagueño dejó constancia de por qué es una de las sensaciones del momento en el panorama musical español con temas cargados de humor y optimismo como «Canela en rama», «Qué bello es vivir» y «Sí que puedes» . Una verdadera fiesta.

Otro que tuvo que soportar las inclemencias del tiempo fue Kiko Veneno . El autor de temas tan míticos como «Lobo López» o «Echo de menos» —ninguno de los dos sonaron ayer— se presentó en el escenario Negrita con una nutrida y talentosa banda, el ex integrante de Los Delinqüentes Diego Pozo «Ratón» entre ellos, que sonó a la perfección. Como novedad, el veterano artista presentó «Sombrero roto» , el que será primer single de su próximo disco.

Después llegaron los sevillanos Full , que fueron el preludio perfecto para el gran momento de la noche en clave «indie», el concierto de Lori Meyers. Gracias a canciones como «Distintos» o «Mejor opción» , la consagrada banda liderada por Javi Valencia, con reminiscencias muy claras de Vetusta Morla, es firme candidata a liderar más pronto que tarde la escena independiente, y tomar así el testigo de grupos como Supersubmarina, Niños Mutantes, Los Planetas o los granadinos que actuaron una hora después de ellos.

Coque Malla, sublime F. R. M.

El concierto de Coque Malla supuso el punto de inflexión en lo referente a la climatología (¡por fin se pudieron cerrar los paraguas!). El ex líder de Los Ronaldos argumentó con su magnífica actuación que se encuentra en plena madurez creativa y artística. Una muestra irrefutable de ello fue la sublime «Me dejó marchar» , cinco minutos mágicos que emocionaron sobremanera al público, que mantuvo un vibrante y expectante silencio durante la canción. Infinidad de detalles y ricos matices que dejaron un regusto a sabor de pop rock de muchos quilates. Todo un lujo.

Pasadas las diez y media de la noche llegó el momento de que los cabezas de cartel mostraran sus credenciales a tan honroso honor. Lori Meyers , banda de culto en el universo independiente, presentó anoche su último trabajo de estudio, «En la espiral ». Noni y los suyos no defraudaron a las miles de personas que se dieron cita en el escenario Cruzcampo. Con una puesta en escena sencillamente espectacular, interpretar temas del último LP y además sacaron el arsenal de clásicos del nivel de «Mi realidad» «Tokio ya no nos quiere» y «Alta fidelidad».

Tras ellos, el polifacético artista  Rayden , uno de los raperos más importantes del panorama patrio. Pese a que el público vibró con el virtuosismo para rimar del autor de «Matemática de la carne» y su atractivo show, lo cierto es que no se alcanzaron las cotas de emoción que se vivieron la noche anterior con sus colegas SFDK. Enfilando la recta final del festival, llegaba el turno de Dorian, una de las actuaciones más esperadas de la noche. La banda barcelonesa de electropop, sucesores generacionales de los también catalanes OBK, no defraudaron a las miles de personas que esperaban disfrutar en vivo de temas como «A cualquier otra parte» y «La tormenta de arena».

Como traca final, o más bien de traca, Nancys Rubias , un grupo cuyo anuncio en el festival, otorgándole el concierto de clausura, no fue excesivamente bien recibido por el universo indie. No obstante, lo cierto es que pese a su música pregrabada y gracias a su total ausencia de prejuicios y al desparpajo de Mario Vaquerizo y el resto de integrantes hicieron pasar un rato divertido y de desinhibición total a los asistentes con hits del calibre de «Me da igual (I love it)» o «Peluquitas». De este modo echaba el cierre la tercera edición del ya consagradísimo Interestelar, que se despide hasta el año que viene dejando infinidad de detalles interesantes y ricos matices a lo largo y ancho de un fin de semana con casi 50 bandas tocando música en directo .

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