Muere el cantaor jerezano Juanillorro

Toda la fuerza que tenía en la voz le ha faltado en el corazón. Manuel Carpio Heredia , Juanillorro de Jerez , ha muerto este martes víctima de un infarto fulminante con apenas 38 años y en plena vigencia artística.

Juanillorro (Jerez, 10 de octubre de 1979) forma parte de una de las dinastías flamencas jerezanas más acendradas, los Carpio, y está entroncado con los Moneo, por lo que estaba considerado uno de los mayores exponentes actuales del cante de la Plazuela de Jerez, donde se han fraguado figuras de la talla del Torta. De hecho, esa era la escuela de Manuel Carpio Heredia, un gitano de voz prominente que se desenvolvía con soltura en el compás y que había conseguido saltar de las fiestas particulares a los grandes escenarios en los últimos años.

Juanillorro, nombre artístico con el que homenajeaba a su padre, nació en el barrio de San Benito , conocido popularmente en Jerez como el Polígono , y últimamente se postulaba como una de las voces más significativas de las nuevas generaciones del cante, una situación a la que había llegado tras una larga etapa como palmero y cantaor de atrás de bailaores como Antonio el Pipa o Joaquín Grilo.

El escritor jerezano José María Castaño lo llevó por primera vez a un estudio en un disco editado por la BBK titulado «Nueva Frontera del Flamenco» , un tributo de las jóvenes gargantas al famoso «Canta Jerez» que publicó Hispavox en 1967 para reunir a los maestros jerezanos de aquel tiempo: Terremoto, El Sordera, Sernita, Tío Borrico, Romerito y Diamante Negro, acompañados por Paco Cepero y Paco de Antequera. Juanilloro irrumpió en esa obra junto con otros cantaores jerezanos de su generación, como David Carpio o Ezequiel Benítez, entre otros. Y así logró dar el salto a los festivales hasta grabar su primer disco en solitario, «Plazuela Viva» , publicado en 2016.

El pasado sábado actuó en la Fiesta de la Bulería junto a su prima la bailaora Manuela Carpio. Nada entonces hacía presagiar este final, que se ha precipitado no sólo sobre el pecho de Juanillorro, sino sobre el futuro del flamenco de Jerez, que sufre un durísimo revés.