Música
Los músicos andaluces de la Barenboim logran el aplauso internacional
Se pueden encontrar intérpretes en prestigiosas orquestas europeas, como la Staatskapelle de Berlín
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Muchos andaluces a buen seguro que han oído hablar alguna vez de la Fundación Barenboim-Said . Algunos por el prestigio del maestro nacido en Buenos Aires, uno de los grandes nombres de la música clásica de las últimas décadas. Otros por la penetración intelectual del ... palestino. Y todos, seguramente, por lo que supuso la creación por ambos de la Orquesta del West-Eastern Divan , que agrupaba jóvenes músicos palestino e israelíes, que supuso todo un gesto para hacer avanzar el proceso de paz entre ambos pueblos.
La invitación en 2002 a la orquesta para que desarrollara su taller en Sevilla fue estrechando lazos entre Andalucía y este proyecto, hasta constituirse dos años después la Fundación Barenboim-Said, dependiente de la Consejería de Presidencia , cuya labor durante casi dos décadas ha contribuido a que los jóvenes músicos andaluces hayan dado un salto cualitativo en su formación y ello pese a que su presupuesto ha ido decreciendo con los años respecto al inicial, pasando de los 2,5 millones de 2004 a los 1,08 de 2022.
Pese a ello, su Academia de Estudios Orquestales se ha consolidado como un prestigioso centro de referencia, hasta el punto de que muchos sus antiguos alumnos son reconocidos solistas internacionales o profesores en algunas de las mejores orquestas del mundo, como la Staatskapelle de Berlín o la BBC Philarmonic en el Reino Unido.
Esta labor, quizás menos conocida de la Fundación Barenboim-Said, ha contribuido a que los músicos andaluces y españoles hayan logrado el aplauso internacional. Un ejemplo muy cercano es la concertino de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, la barcelonesa Alexa Farré Brandkamp , que con solo quince años fue seleccionada en 2009 en lo que supuso su primer contacto con una orquesta profesional.
Pero hay más ejemplos, como el clarinetista Pablo Barragán (Marchena, 1987), reconocido solista, con álbum recientemente editado junto a la pianista Sophie Pacini y ganador de premios internacionales; y el oboísta granadino Ramón Ortega (1988), solista de la Orquesta de la Radio de Baviera y que ha interpretado música de cámara junto a Mitsuko Uchida y Tabea Zimmermann .
Pablo Barragán: «Para mí la Academia fue un antes y un después. Fue entrar en otra dimensión y poder trabajar con profesores que eran top»
Nombres a los que se suma también la intérprete jiennense de oboe Cristina Gómez Godoy , que en su treintena sabe lo que es actuar en el Carnagie Hall de Nueva York, es solista en la Staatskapelle de Berlín —ciudad en la que reside—, profesora en la Universidad de las Artes de la capital alemana y acaba de publicar un álbum bajo la batuta de Barenboim con los conciertos para su instrumento de Mozart y Strauss.
Gran esfuerzo
«Se ha realizado un gran esfuerzo por parte de la Junta de Andalucía y lo que se ha invertido está comenzando a dar sus frutos», señala la directora de la Fundación Barenboim-Said, Muriel Páez . Porque si hace dos décadas era raro encontrar un solista o un músico andaluz en una gran orquesta europea, esta presencia se ha normalizado, en parte, por la formación que ha ofrecido la Academia de Estudios Orquestales, complementaria a la que se imparte en los conservatorios superiores españoles.
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«Para mí fue absolutamente un antes y un después», explica Pablo Barragán. «Yo era un pipiolo. Había entrado un año en la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), pero en la academia comencé a tratar a profesores que son top mundiales, con esa forma de trabajar y de abordar el lenguaje musical de forma muy precisa. Fue entrar en otra dimensión, y no solo por la música, sino porque era la primera vez que salía de casa y te hablaban en inglés en los ensayos».
Una experiencia similar a la que experimentó Ramón Ortega . «Fue lo que más me marcó en la primera parte de mi educación musical. Entré en el Diván con quince años en 2003 y posteriormente en la Academia, que fue un salto en mi formación muy grande. Mucho de lo que soy como músico se lo debo a esta experiencia y mi maestro en la academia, Gregor Witt , solista de oboe en la Staatskapelle de Berlín, que me permitió acercarme de una manera muy auténtica al repertorio alemán, de Mozart a Bruckner , de una manera mucho más apropiada de la que había tenido hasta entonces en el conservatorio».
Cristina Gómez Godoy: «Fue un boom, muchos de los compañeros que he tenido en la Barenboim los ves ahora triunfando por el mundo»
Cristina Gómez Godoy, que accedió «súper pequeña» con doce años de edad a la Academia, considera que el trabajo que desarrolla la fundación es complementario al conservatorio. «Fue como un extra a mi formación, que te daba una motivación súper potente, con profesores muy selectos, que te permitían abordar proyectos de cámara, con compañeros de un gran nivel. Un ambiente muy especial donde todo el mundo aspiraba a lo máximo, sin forzar nada».
A lo que se suma la posibilidad de salir a actuar fuera de Andalucía y de España, lo que les hizo ver que como músicos podían aspirar a las grandes orquestas internacionales. « Fue un boom generacional y a muchos compañeros que he tenido en la Barenboim los ves triunfando por el mundo , tanto en orquestas fantásticas como con carreras solistas muy buenas», añade.
De hecho, se pueden encontrar exalumnos de la fundación en orquestas españolas, la Sinfónica de Madrid , la de RTVE o la del Palau de Les Arts , entre otras; pero también en internacionales, como la Bayerische Rundfunk, la Staatskapelle de Berlín, la Münchner Rundfunk Orchester, la Royal Northern Symphonia, la BBC Philarmonic, la Hong Kong Philarmonic y la Orquesta de Cámara de Toulouse, entre otras.

Además, antiguos alumnos están en las academias de prestigiosas orquestas como la Filarmónica de Berlín , la del Concertgebouw de Ámsterdam o la propia Barenboim-Said Akademie de la capital germana.
De la reputación alcanzada por esta Academia es una buena prueba el elevado número de aspirantes que se presentan cada año a sus audiciones, entre 370 y 400 de media , señala Muriel Páez. En las correspondientes al curso 2022/23 se concurrieron 374 candidatos, de los se han seleccionado, a través de audiciones virtuales y presenciales, a 65. La media de edad es de veinte años , mientras que los alumnos están entre los 14 y 24 años , aunque excepcionalmente se aceptan alumnos con edades inferiores o superiores. En este curso, por ejemplo, habrá una chelista de diez años.
Una formación de calidad a un precio muy asequible, unos trescientos euros anuales , con posibilidad de beca y años luz de los precios europeos. Como afirma la violinista sevillana Clara Gris , alumna de la Academia y que continúa sus estudios en el Conservatorio de Viena, «estando en la capital austríaca me iba una vez al mes a Sevilla a recibir formación, porque si quieres recibir una clase de alguien de la Filarmónica de Viena tienes que pagar 200 euros o recurrir a su empatía. Además, la Academia siempre motivó a buscar la excelencia que requieren esas orquestas y gracias a ella me fui a estudiar a Alemania».
Estos alumnos realizan un total de ocho encuentros , además de un taller de música de cámara y otro orquestal de ocho días. Igualmente son los encargados de realizar el ciclo de conciertos en el Palacio de San Telmo.
Les imparten clase una decena de profesores, entre los que se encuentran andaluces que han pasado por la academia, como los mencionados Ramón Ortega y Pablo Barragán, pero también David Delgado (violín en la Staatskapelle de Berlín) y Juan Pérez Floristán , reciente ganador del prestigioso concurso internacional Alfred Rubinstein. «Estoy intentando devolver un poquito de todo eso que me han dado, es como cerrar un círculo», explica Barragán.
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