Crítica de música
Relevo generacional
La Joven Orquesta Barroca de Sevilla, dirigida por Valentín Sánchez, ha vuelto a demostrar mucho oficio musical

Cuantos hemos asistido a las típicas audiciones de conservatorio durante tantos años, reconocemos concurrir con el pre-juicio de disfrutar del concierto gracias, en un tanto por ciento variable, a la voluntad de los chavales y la de adultos -familiares en buena parte-, que suelen ... suplir esa falta de tino de la que todavía carecen sus hijos o nietos con indudable cariño. La Joven OBS que regenta Valentín Sánchez ha conseguido desprejuiciarnos de esa sensación , a fuer de demostrarnos en sus 12 años de existencia que cuando nos convoca vamos a un concierto de interés musical, fruto del esfuerzo, de la dedicación de los chavales y el sacrificio de ellos y de sus familiares, como cada año deja claro el violinista y director de la JOBS. Ellos serán la siguiente generación de músicos -barrocos o no- de Sevilla , aunque luego puedan terminar en otra comunidad autónoma o país; pero, en todo caso, mantendrán ese bastión de la música antigua sevillana que sigue manteniéndose inexpugnable.
Como sus mayores de la OBS, presentaron un programa que conjuntaba obras muy conocidas -sobre todo vocales- con autores barrocos más inexplorados, como Fux o Boismortier . Y sobre la experiencia grupal que, como suele señalar el fundador de la orquesta Ventura Rico, es fundamental, porque una cosa es estudiar música y otra llevarla a la práctica, siempre se encuentra sitio además para promover los valores de aquellos jóvenes músicos especialmente destacados, caso en esta edición de Julia Moya e Irene Hernández .
Por otro lado, era la primera vez que la JOBS acompañaba a una voz, y el estreno resultó bastante feliz, ya que la soprano posee un hermoso timbre, que además fue mejorando según los nervios pasaban y la voz se calentaba, como pudo observarse en ‘Ombra mai fu’ de Haendel , que abría el recital y que todavía no presentaba ese ‘legato’ y fraseo tan relajado que le oímos en su repetición como propina al terminar el programa. Gusto y musicalidad en momentos tan delicados como ‘Lascia ch’io pianga’ o ‘Piangerò la sorte mia’ , también de Haendel. Destacados agudos y corporeidad vocal de una clara joven promesa, que debe cuidar la intensidad del vibrato -todavía es muy joven-, y alguna que otra terminación. Por su parte, Hernández se mostró segura -a pesar de los anunciados nervios-, con mucha soltura y musicalidad como solista del ‘Concierto para violonchelo’ de Boismortier , resultándonos, eso sí, un tanto particular el sonido de su instrumento.
Sánchez Venzalá volvió a controlar el conjunto con la experiencia que le aporta toda una vida en orquestas barrocas, y especialmente en la OBS, para buscar los contrastes, los cambios de intensidad, la expresión de los ‘afectos’ de toda la retórica barroca. Y en su debut como acompañante en el canto también consiguió un excelente resultado de sus jóvenes pupilos, de los que hemos de resaltar un año más que no pueden sobrepasar los 17 años, y que cuentan en sus filas a un chaval prometedor de tan sólo 10 años. Esto es practicar la ‘cultura’ del esfuerzo frente a aprobados colectivos, ludopatías. alcohol y reguetones. Consignemos, una vez más, el patrocinio de Victoria Stapells (ELI), auténtica mecenas de las artes musicales de esta ciudad.
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