Flamenco SinCejilla
Ana Reverte, pintando por colombianas
Resueltos sus problemas de salud, la cantaora de Los Corrales pasa los días pintando. Tiene por delante más exposiciones que recitales, pero no va a retirarse de la música. Cinco millones de discos ha vendido

Dice una letra por alegrías que «Cuando pasa la tormenta/viene más clara la tarde/me gusta reñir contigo/porque luego hago las paces». Algo así le ha sucedido a Ana Reverte. Se ha peleado con la vida a causa de una bacteria que se ... le coló por el hombro durante una operación, haciendo tambalear su salud mientras el mundo hacía lo propio con otro virus, ese que todos conocemos. Pero al fin ve la claridad tras el aluvión de tempestades. Casi pierde un brazo y la vida , pero la fuerza del que se aferra con tesón a lo que quiere la ha salvado. Con muchos kilos de menos, pero las mismas ganas, comenzó a pintar desde el complejo rural en la Sierra Sur donde habita. Pinta como canta, imaginando siempre un lugar mejor, en completa libertad, evocando lo telúrico. Y ahora tiene por delante más exposiciones que recitales. Las dos primeras, en el restaurante malagueño Arroceando Pedregalejo a partir del 11 de junio y en el Museo de Écija el día 18. Más adelante, presentará su obra en el Ateneo de Sevilla y el de Jerez, en Osuna, en Morón... «Siempre pensé que yo no había buscado a la música, sino que la música me había buscado a mí. Me ha ocurrido lo mismo con la pintura».
Cinco millones de discos ha vendido a lo largo de su carrera. Por eso son muchos los fieles que se le acercan todavía para que les firme ejemplares que ella no conserva. «Hay gente que sabe mucho más de mí que yo . Son seguidores que crecieron con mis canciones y tienen vinilos que a mí me encantaría tener. Saben qué ropa llevé en tal concierto, qué palabras compartí con el público.... Eso es increíble».
La falta de verdad en el cante de hoy, por otro lado, le causa desasosiego. «Si tengo generalizar, diré que se canta con más corrección, pero menos corazón que antes . Aunque los haya muy buenos, la mayoría son gente muy preparada que canta como lo haría una máquina. Y el flamenco es justo lo contrario: es arriesgar, sorprender y sorprenderte».
El público o la crítica, quizá ambos, la bautizaron como la Reina de las Colombianas, pero se olvidaron que también podía interpretar todo lo demás. «A estas alturas, no me molesta; que te consideren la reina de algo es maravilloso. Antes, sí, porque consideraba que se estaba restando importancia a mi forma de hacer el resto de palos. A mí me apasiona Marchena y Chacón, a los que me acerco por mi tesitura, pero muero con Tío Borrico. El flamenco tiene colores que hay que mezclar, mira si no lo que hizo Morente, a quien crucificaron muchas veces y ahora veneran . Le aconsejaría a todos que conocieran bien la paleta para no ser reduccionistas».
Suena Erik Satie de fondo, minimalismo musical que le acompaña en su gozoso recogimiento. Su lienzo habla de horizontes que se debaten entre milongas y colombianas. Va trazando remembranzas enredadas con deseos. Definitivamente, Ana Reverte tiene la voz donde las muñecas.

‘Recordando a La Paquera’: la copla jonda
Jesús Méndez con Diego del Morao y Dani de Morón
Jesús Méndez tiene varios retos por delante. Posee una de las voces más poderosas de su generación, tiene ya tres discos de cante de calidad creciente a su espalda y, al parecer, la obligación, impuesta por un entorno que exige la creación constante, de hacer algo si no novedoso, diferente. En este ‘Recordando a La Paquera’, quien lleva su sangre se muestra en un nuevo registro: el de la copla jonda en la que triunfó la jerezana. Superar lo que ella hizo en canciones tan emblemáticas como ‘Maldigo tus ojos verdes’, ‘Esto nuestro’ y ‘De romería vamos’ resulta imposible. La comparación parece inevitable y se le abre entonces un desafío perdido.
Su mejor versión, o la que a mí más me conmueve, está encerrada dentro de una seguirilla, donde pocos le igualan. Aquí mantiene firme el eco al cruzar hacia un territorio en el que, aún tocándole de cerca, yo no lo termino de ver. Dicho esto con una vara de medir bastante exigente, la que le corresponde a uno de los que mejor defiende el cante por derecho, cabe mencionar que escasean los que podrían acercarse a ese legado brillante y mantenerlo alto. Entrar con una espada por las nubes de ‘Antonio tu cante jondo’ y paladear ‘Sevilla’ hecha escultura y tango. El universo de La Paquera tiene una belleza que personalmente me desborda . Él lo ha respetado y se lo ofrece con seriedad a la afición. Más mairenero que paquero. Cantando por unos confines diferentes a los que nos tiene habituados, pero con el trueno que ya le conocemos. Las obras maestras colocan elevados los listones y él ha hecho un brindis ante esta. No es su glosa más afilada, pero su arte es honesto.
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