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Sevilla, un destino para conocer a través de rutas en bicicleta

Ya sea por la propia ciudad o por municipios próximos, como Dos Hermanas, Coria del Río o Alcalá de Guadaira, la bici se concierte en el medio de transporte ideal para conocer la provincia

Ruta ciclista por Alcalá de Guadaíra

Luis Ybarra

Sevilla, a causa de la abundancia de superficie plana y sus buenas instalaciones, es una de las mejores ciudades para visitar en bicicleta. Hay quien se ha acostumbrado al Sevici, servicio público de alquiler de bicis, otros prefieren alquilarlas a empresas privadas y los más adeptos tienen su propio equipo.

Una bicicleta, que probablemente podría verse sustituida por los más recientes patinetes, y los cientos de rutas que recorren la capital y su área metropolitana se convierten en apuesta segura para conocer a fondo los rincones más bellos de Sevilla y los pueblos más cercanos.

Buscar carril, evitar adoquín

La primera ruta que aterriza en estas líneas une dos puntos verdes. Los comercios cierran el domingo y un paseo en bicicleta desde el Parque de María Luisa hasta el Parque del Alamillo , por la orilla de un río que echa carcajadas de vida durante el sábado y el domingo, puede ser un plan perfecto para reunir a la familia y los amigos, o incluso para despejarse en solitario con un podcast sonando en los auriculares.

¿Qué nos espera en esta ruta? Pues un largo tramo de carril bici en los que observar el lado más festivo de la ciudad. Más allá de los propios parques, el acuario , las terrazas donde la música atrae a los más jóvenes, la estatua de Diana Cazadora , la Torre del Oro y los grupos que se tumban en el césped, prestándose así de lleno a la contemplación del agua al pasar el Mercado del Barranco, son algunas de las paradas que se distribuyen a lo largo del itinerario.

Y es que no hace falta alejarse demasiado para disfrutar, porque es mucho lo que nos rodea. ¿Y si realizamos un círculo alrededor del centro urbano como si de fuésemos bordeando la muralla ya extinta? En este trayecto, los monumentos se multiplican independientemente de la altura a la que nos encontremos. Los jardines de Murillo, del Valle o de Cristina, la Basílica de la Macarena, la Torre de los Perdigones y la de Don Fadrique, la Plaza de Toros de la Maestranza o los Alcázares pueden ser destinos intermedios en esta ronda urbana que planteamos. La misión parece sencilla: buscar carriles y evitar adoquines.

En bici por la orilla trianera del río Guadalquivir

La provincia más cercana

Tampoco es necesario conducir hasta la Sierra Norte o la Sierra Sur para entrar en contacto con la naturaleza, pues existen vías en el área metropolitana que pueden dirigirnos hacia los entornos agrestes más cercanos. Una de ellas es la Vía Verde de Itálica , que transcurre por la vieja senda ferroviaria que unía Aznalcóllar con San Juan de Aznalfarache . El río Guadalquivir y, si nos alejamos, el Guadiamar; las ruinas de Itálica, en Santiponce; y los cultivos que se extienden en las faldas de Camas son algunos de los atractivos que esta ruta nos ofrece y que cualquiera podría alcanzar sin necesidad de hacer un esfuerzo desmesurado. Es un trayecto poco transitado que podemos comenzar al cruzar el Puente de la Señorita , detrás del centro comercial Torre Sevilla.

Los horizontes se amplían si abandonamos la cornisa del Aljarafe y miramos hacia la dirección contraria. Es decir, a Alcalá de Guadaira . Para que nadie se desoriente, es preciso mencionar que son menos de 20 kilómetros lo que separa a ambas poblaciones. El río Guadaira marca el camino y los molinos ruinosos, como el de Pelay Correa, indican que estamos en el carril correcto. Estos edificios abandonados a la suerte de la corriente son espacios que evocan antiguas leyendas. Algunos, como el de La Tapada , incluso han inspirado novelas del escritor José María Gutiérrez de Alba. Un pasado no muy lejano dormita entre desconchones, brezos que tratan de beber y maquinarias paradas. Todo ello está entre el Puente del Dragón que sirve de pórtico a nuestro destino y el campus de la Universidad Pablo de Olavide . Una zona que resiste a las construcciones que la rodean.

En estas inmediaciones, son muchas las direcciones que podemos tomar. Una de ellas, por ejemplo, es la Vía Verde de Los Alcores, que nos llevará desde Alcalá de Guadaira hasta El Viso del Alcor. Desde el Club de Hípica Hispalis al Parque de la Muela , hay algo más de 15 kilómetros solo de ida. Todo son cerros maireneros, lomas suaves cargadas de olivos y paisajes que se vuelven pinturas en el vaivén constante de nuestras pedaladas. Esta vez es un pueblo al fondo y dos pequeños embalses las pruebas irrefutables de que no nos hemos desviado de la trayectoria.

Dehesa de Abajo, en las cercanías de Doñana

Volvemos a dar un giro brusco. Dejamos atrás la vega y clavamos la vista en otro municipio de la provincia: Coria del Río . ¿Qué ruta podemos hacer desde aquí? Sin duda, una de las más atractivas es la que conecta esta localidad con los Pinares de Aznalcázar . Un recorrido que en su totalidad tiene 35 kilómetros y una infinidad de encantos. De nuevo, un plan perfecto para el fin de semana. La Casa del Torrejón , los bosques frondosos de copas que se imantan y se pelean con sus acículas fuera de las trincheras y la Cañada de los Pájaros, aquel secarral que la mano del hombre convirtió en un humedal paradisíaco para una multitud de especies de aves, son algunas de las localizaciones adecuadas para recuperar el aliento perdido.

Aunque desde este punto la vista no lo alcanza, a la otra orilla del Guadalquivir, Dos Hermanas expande sus brazos sobre el terreno y nos propone otra red interesante que podemos tener en cuenta si vivimos en este área. La primera, para todos los públicos: de la Colada de las Plateras al Canal de los Presos . Es ideal para quien quiera ir acompañado de los más pequeños, porque no llega a los 22 kilómetros de distancia y, dependiendo de la época del año, suele albergar bonitas ciénagas en los bordes del camino. Niños, bicicletas y un barrizal que puede superarse sin problemas. A él seguramente le apetecerá. La puerta de cal de la Hacienda Bujalmoro , de la que cuentan que no conoce la sombra sino de sí misma, los canales de riego y la laguna de la Corchuela aparecerán en el circuito.

Una vez mencionada La Corchuela , esta no puede quedar fuera de nuestras proposiciones. Existen diferentes formas de llegar a este parque periurbano, dependiendo de nuestro punto de partida. Pero en su interior, a menudo silencioso y solitario, encontramos unas instalaciones adecuadas para pasear sin bajarnos del sillín. También zonas habilitadas para barbacoas y marañas de cuerdas, tirolinas y palos que crean su conocido sector de multiaventuras.

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