XXX Aniversario del Teatro de la Maestranza
Treinta años del Teatro de la Maestranza: el escenario que devolvió a Sevilla al mundo de la ópera
El coliseo del Arenal sopla este domingo treinta velas con una gala y el deber cumplido de haber creado una gran afición a la lírica en la ciudad

En los años 80 muy pocos pensaban que hubiera público para la ópera en Sevilla , pese a que sus calles sean el decorado de más de un centenar de títulos y haya dado personajes míticos como Carmen , Don Giovanni o ... Fígaro . Pero treinta años después de la apertura un 2 de mayo de 1991 del Teatro de la Maestranza no solo hay una afición entregada que hace cola para asistir una función — 4 millones de espectadores desde entonces—, sino que han pasado por sus tablas 202 títulos , entre los que se cuentan grandes del repertorio, de ‘La Traviata’ a ‘La Bohème’ ; se ha representado la tetralogía de Wagner , el llamado Everest del género; y se han estrenado en España clásicos del siglo XX y XXI, como ‘Doctor Atomic’ .
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Ese somero repaso del género lírico da ya una idea de la gran aventura cultural que ha supuesto para la ciudad el Maestranza, que ha jugado un papel también fundamental en otras disciplinas, al haber activado una programación con grandes espectáculos de danza, primeras figuras del jazz y la clásica, y la elite del flamenco. Pero la lírica es, junto con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) , la gran razón de ser de este teatro, que sopla hoy treinta velas con la segunda función de su gala lírica de aniversario.
El Maestranza puede celebrar haber hecho habitual la ópera para los sevillanos, tras más de tres décadas ausente de sus escenarios, con puestas en escena de directores de la talla de Marco Zeffirelli , Werner Herzog, Luca Ronconi, Lucino Visconti, Laurent Pelly ... y las voces de figuras como Pavarotti, Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Montserrat Caballé, Juan Diego Flórez ...
Todos ellos, y muchos otros, han dado cuerpo a las temporadas que en estas tres décadas han configurado sus tres directores artísticos: José Luis Castro, Pedro Halffter y Javier Menéndez , que tienen en común presentar una programación de altísima calidad, equiparable a teatros como el Liceo , con un presupuesto muchísimo más reducido. Los 8,6 millones de euros del Maestranza en la temporada pasada frente a los 54,7 del Real o los más de 19 del Palau de Les Arts de Valencia hablan por sí solos.
La consecución de la cuadratura del círculo para programar ópera de calidad con un presupuesto ajustado fue uno de los primeros retos a los que se tuvo que enfrentar Castro cuando llegó al Maestranza como director artístico en octubre de 1993. El teatro no había cerrado de milagro, porque tuvo la suerte de que la sociedad sevillana se movilizó para evitarlo tras los fastos de la Expo92 .
Calidad mejor que cantidad
Gracias a aquel movimiento, la ROSS reabre el Maestranza, se forma un consorcio entre el Ayuntamiento , la Diputación y la Junta de Andalucía —el Ministerio se sumará poco después— y deciden retomar la programación como teatro de ópera y para ello llaman a Castro, que se había revelado como un gran gestor en el Lope de Vega .

Castro pronto se dio cuenta de dos cosas: que para hacer un teatro de ópera había que crear un público y que eso se conseguía aunando clásicos del repertorio y calidad . «La ópera es el repertorio clásico que se hace en todas partes y que domina la temporada. El 10 ó el 20% restante es ópera del siglo XX, de Britten o Janácek . Pensé que esa era la forma de crear afición».
Por ello, apostó por títulos como ‘Aida’ , ‘La Bohème’, ‘Rigoletto’ , ‘Madama Butterfly’ , aunque con pinceladas de Bartók o Strauss , además de poner en escena títulos ambientados en Sevilla. «Si hacíamos tres títulos de ópera, dos eran muy clásicos y uno más arriesgado». Pero en ambos casos había un concepto común que resume Castro: «Prefiero calidad a cantidad », por eso optó por «hacer cuatro títulos de ópera al nivel del Covent Garden, que ocho de nivel bajito».
A ello le sumó el gran invento del abono mixto , haciendo habituales las colas para conseguir entrada y multiplicando los llenos. Además, reforzó la programación con danza, grandes intérpretes, jazz, flamenco... «Yo conocía al público de Sevilla y sabía que llenaba cuando traía a José Carreras, Les Luthiers y Serrat ».
«Producir era imprescindible para tener un teatro de ópera de verdad»
Esta configuración de la programación y la necesidad de lograr una taquilla media del 90% que definió Castro se mantiene hasta la actualidad. Pero su gestión tiene otros hitos destacables: la creación del Coro de la A. de AA. del Teatro de la Maestranza y la apuesta por la producción propia, con ‘Tannhäuser’ , de Werner Herzog y en alianza con el Real; ‘El Barbero de Sevilla’ , con escenografía de Carmen Laffón y Juan Suárez ; y ‘El Cid’ , con Plácido Domingo y en coproducción con la Ópera de Washington .
«‘Tannhäuser’ se ha paseado por muchos teatros y ha sido muy rentable y el ‘Barbero’ ha estado hasta en Estados Unidos. Producir era imprescindible para tener un teatro de ópera de verdad», señala.
El final de la etapa de este director artístico sería algo amargo, con la sensación de oportunidad perdida para aumentar el presupuesto del teatro, único coliseo lírico en funcionamiento entre 1994 y 1997 por el incendio del Liceo y la reforma del Real, y con obras pendientes para su modernización. Castro abogaba por ellos, pero sorprendentemente no le renovaron su contrato.
Modernización
En ese momento, 2004, se hacen cargo del Maestranza Remedios Navarro en la gerencia y Pedro Halffter como director artístico. La modernización y ampliación del teatro , acometida entre 2005 y 2007, se hizo realidad, permitiendo ganar más de 4.500 metros cuadrados e introduciendo una nueva tecnología que permitía cambios de pesadas escenografías en cuestión de pocos minutos, clave en la mayor ambición escénica de esta etapa.
En paralelo, las aportaciones de las administraciones públicas se doblaron hasta alcanzar los 13 millones. Esta mayor solvencia presupuestaria permitió acometer títulos que hicieron entrar al teatro y a su público en la mayoría de edad.

Lo resume muy bien desde Suiza, donde dirige la ópera ‘Florencia en el Amazonas’, Pedro Halffter: «Fue un momento muy importante. Conseguimos que se hiciese una inversión para mejorar las condiciones técnicas y nos convertimos en uno de los teatros más punteros a nivel tecnológico . Eso vino acompañado por una importante apuesta por el teatro, con varias temporadas donde tuvimos más de diez títulos de ópera».
Como director artístico, comprendió que podían convivir en este escenario las «tradiciones culturales extraordinarias» de la ciudad y títulos sevillanos, con « óperas más modernas , lo que no restaba, sino que sumaba a la ciudad».
«Fueron unos años extraordinarios y hubo momentos en los que estábamos compitiendo a nivel internacional», afirma Pedro Halffter
Fueron años de ‘Lulú’ , de Alban Berg , de un Puccini poco transitado como ‘La Fanciulla del West ’, del estreno en España de óperas expresionistas de Zemlinsky , y de un título del siglo XXI como ‘Dr. Atomic’... Pero la «mayoría de edad» del Maestranza, en palabras de Halffter, llegó cuando afrontó la teatralogía de Wagner en una producción con la Fura dels Baus . «Fueron unos años extraordinarios y hubo momentos en los que estábamos compitiendo a nivel internacional».
Esta progresión se truncó con la llegada de la crisis económica y los drásticos recortes de las administraciones. «Si algo bueno ha tenido el confinamiento es que la cultura se ve como imprescindible, pero en 2008 parecía muy prescindible y nos llevó a hacer una programación en lo que primase sobre todo la ocupación. Llenamos con títulos como ‘ Tosca’ y ‘ Turandot’ , pero sin que bajase la calidad del teatro», señala.

El futuro
Pero catorce años después de la llegada de Halffter, las administraciones decidieron abrir una nueva etapa al entender que su gestión ofrecía signos evidentes de agotamiento. Se abrió concurso público que ganó Javier Menéndez, que llegó al Maestranza en enero de 2019. Sus objetivos son muy claros: devolver el teatro a la primera división de la lírica española y presentar unas puestas en escena actuales e revitalizadoras.
«La taquilla tiene que funcionar bien la próxima temporada y la calidad es irrenunciable», afirma Javier Menéndez
Pero apenas ha podido mostrar sus cartas, con buenos montajes como ‘Don Pasquale’ y ‘Agripina’, por la llegada de la pandemia , que frustró la segunda mitad de la temporada pasada y algunos espectáculos de esta «Gestionar esta situación le hubiera tocado a cualquier director artístico en activo», señala un siempre optimista Menéndez que ha luchado para mantener el teatro y la temporada activas .
Pero la pandemia va a marcar el futuro, con dos cuestiones fundamentales para la próxima temporada. La primera, que las administraciones mantengan el presupuesto y no lo reduzcan, como sucedió en la crisis anterior. Y la segunda, presentar una programación donde colgar el «no hay localidades» sea la norma, para poder contrarrestar el déficit. «L a taquilla tiene que funcionar muy bie n la próxima temporada y la calidad es irrenunciable». De nuevo, la cuadratura del círculo tan consustancial al Maestranza, pero imprescindible para que Sevilla siga como uno de los puntos cardinales de la lírica española.
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