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«Antonio Machado es una referencia porque lo dijo todo sobre España»

Iñaki Ezkerra presentó ayer en el Aula de Cultura de ABC su último poemario, «Los sonetos marítimos»

ANDRÉS GONZÁLEZ-BARBA

Los recuerdos de Iñaki Ezkerra sobre el mundo de la poesía se retrotraen a la edad de 12 años, cuando descubrió en un libro de texto, y al amparo de uno de los curas del franquismo en su Bilbao natal, versos sueltos del libro de Antonio Machado «Proverbios y cantares». Aquel acto mágico e íntimo al mismo tiempo le abrió al entonces joven poeta a un mundo lleno de imágenes, endecasílabos, ritmo y rima. Esas y otras remembranzas fueron las que ayer contó en el Aula de Cultura de ABC el poeta y periodista en su conferencia «Confesiones de un poeta vasco cegado por la luz de los poetas sevillanos».

Pero no estuvo solo Ezkerra en ese viaje sentimental hacia los cuatro pilares de la lírica española: los hermanos Machado, Bécquer y Cernuda. También lo acompañaron el director del Aula de Cultura de ABC, Francisco Robles, y el también poeta y columnista de ABC, Antonio García Barbeito. En su presentación inicial, Robles definió a Ezkerra como «poeta comprometido o el ciudadano comprometido que es poeta», rompiendo así el tópico de la imagen de los poetas como «aquellas personas encerradas en su mundo contemplando las musas». Asimismo, dijo que en Bécquer, los Machado y Cernuda «reside lo mejor que ha dado la poesía no sólo española, sino universal del último siglo y medio». Continuó este acto —patrocinado por el Banco Sabadell y la Real Maestranza de Caballería— con la intervención de Antonio García Barbeito, quien destacó el mérito de Ezkerra por cultivar el soneto, «que no es fácil ni cómodo», a la vez que dijo sobre este poeta que «su voz es personalísima y no suena a la de nadie». A esto añadió que «los poetas sevillanos son los más luminosos porque vienen de la copla popular, por eso les suena el soneto a octosílabo».

Tras estas elogiosas palabras de presentación, inició su intervención Iñaki Ezkerra, no sin antes alabar el profundo conocimiento sobre la literatura de Francisco Robles y definiendo a García Barbeito como una persona que «conoce la tradición de la tolerancia, ya que sus artículos son un ejercicio de tolerancia», a la vez que destacó la capacidad de éste para «hacer poesía a través de la radio, algo que no sé cómo realiza».

España versus nacionalismo

D Continuó Ezkerra confesando al público reunido en el Hotel Alfonso XIII cómo fueron sus sucesivos encuentros con la poesía de Antonio Machado, con el que se identificó enseguida porque «sus versos se parecían a los paisajes recién llovidos o a los rostros mojados por las lágrimas». También comentó sobre el autor de «Campos de Castilla» que su poesía era «tectónica» y que en sus palabras «se plasmaba su alma». A los 14 años escuchó el disco que Serrat le dedicó a Machado, algo que le produjo un gran impacto. Posteriormente, a la edad de 17 años, y a través de otro cura, descubrió en las dependencias de una iglesia una biblioteca en la que estaba «Juan de Mairena». A partir de su lectura, el aún joven poeta se dio cuenta de que «Antonio Machado es una referencia para mí porque lo dijo todo sobre España». Asimismo, dijo que los versos de este poeta lo alejaron de la estética nacionalista que imperaba en el País Vasco en los años setenta, que «era un discurso brutal y violento, algo que contrastaba con el mundo civil de machado».

Continuó este poeta su recorrido vital y emocional deteniéndose en la figura de Gustavo Adolfo Bécquer, al que descubrió a la edad de los 15 años. «Leí a Bécquer a través de Machado y es como si ya lo hubiera hecho antes». También subrayó la idea de que en el autor de las «Rimas» hay «una tenebrosidad que parece una antítesis a esta ciudad de la luz que es Sevilla».

De ahí, Ezkerra siguió otro camino hasta que descubrió a Luis Cernuda, del que le llamó la atención porque «no era un poeta ensimismado con su tierra». Igualmente, definió sus versos como «poesía filosófica y deslumbrante por su luz interior».

El último gran poeta que cerró este cuarteto que tanto influyó en la adolescencia de Ezkerra fue Manuel Machado, cuya aportación fue, según este autor, «fusionar la tradición andaluza con el modernismo, cultivando un verso lujoso y repujado». Sobre el mayor de los Machado reconoció que era un tópico que se identificase con el franquismo, y admitió que «no se casó con nadie, hablando con desdén del amor y de los amantes». Además, Iñaki Ezkerra estableció un paralelismo entre la poesía de Manuel Machado y la de Jorge Luis Borges, «por su sentido de la existencia, por la capacidad de quitarle trascendencia a todo y por cómo habla sobre los héroes».

Finalizó el acto con un coloquio y turno de intervenciones.

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