Hazte premium Hazte premium

Noche de sonrisas y lágrimas

Montserrat Caballé celebró ayer los 50 años de su debut en el Liceo como anfitriona en un concierto que contó con las voces de Carreras, Pons, Flórez y Álvarez, entre otras

PABLO MELÉNDEZ-HAD

Cuando Montserrat Caballé debutó hace medio siglo en el Liceo, pocos pensaron que esta soprano llegaría a convertirse en una de las más grandes de la historia. Su voz de oro, su «fiato» portentoso, sus pianísimos, su inmenso repertorio... Todo lo que la define ha quedado impreso en su paso por el Gran Teatre. Por eso este concierto fue una oportunidad para agradecerle lo que su arte ha dado al coliseo lírico barcelonés. Y para ello compareció una amplia lista de artistas: su «hermano menor» en esto de la ópera, José Carreras; Juan Pons, que saltó del coro liceísta al plantel de solistas y a quien ella recomendó pasarse de la cuerda de bajo a la de barítono; Carlos Álvarez y Juan Diego Flórez, con quienes compartió escenario en su despedida de la Staatsoper de Viena en 2007; María Gallego, la soprano que ella considera como su hija...

D El teatro, lleno hasta la bandera —incluso el foso fue ocupado por invitados ilustres—, también acogió a autoridades, desde el president de la Generalitat, Artur Mas; al alcalde Xavier Trias y al secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle. Abrió la velada la obertura de «Meistersinger» seguido de un breve discurso del consejero Ferran Mascarell y de unas emotivas palabras de la soprano antes de interpretar, ella misma, una voluntariosa «Habanera», de «Carmen», y de ir presentando a los participantes. Comenzó por sus alumnos; Ji Young Jo, Irina Churikova, Pretty Yende —ganadora del Concurso de Canto Caballé— y Nikolai Baskov; Montserrat Martí cerró la primera parte antes de la citada constelación de estrellas. Un saludo por vídeo de Plácido Domingo arrancó la segunda parte y la propia Caballé la despidió, exhausta, con el aria de «Le Roi de Lahore». Como única propina se incluyó «March with me», de Vangelis, a cargo de Caballé, Martí, Baskov y del Coro del Liceo. Desde el

podio, José Collado pudo con todo, apoyando a los solistas. Una noche de emociones inolvidables para la soprano, aunque el nivel artístico de la velada no estuviera, ni mucho menos, a la altura que ella, la más grande, se merece.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación