Arte y demás historias

¿Qué eran los tacones de siete pisos?

Los chapines eran un tipo de calzado cuya característica principal era una gran plataforma, normalmente fabricada a base de láminas de corcho

Chapines. España. Lana, piel y damasco de seda. Hacia 1560-1620. Victoria and Albert Museum. Londres

La moda de los tacones imposibles, y a veces desproporcionados con respecto a la silueta, podría parecer surgida en el siglo XX pero viene de lejos, de hecho las españolas ya los utilizaron en la Edad Media. Los chapines eran un tipo de calzado cuya característica principal era una gran plataforma, normalmente fabricada a base de láminas de corcho. El chapín constaba de las siguientes partes: plantilla, cerco, orejas y suela. Generalmente no tenían punta ni talón y el pie se introducía ya calzado previamente con un zapato bajo y ligero como las servillas, definidas en el Diccionario de Autoridades (1739) como: «Especie de calzado, que son unas zapatillas de cordobán con una suela delgada».

Los chapines se fabricaban con muy diversos materiales tales como el terciopelo, el cordobán, telas bordadas y cintas. Estamos ante un calzado generalmente lujoso que incluso podía estar decorado con virillas de oro o plata, de hecho, suelen aparecer consignados con este tipo de ornamentaciones en las cartas de dote sevillanas a lo largo de los siglos XVI y XVII. Por poner un ejemplo en una almoneda de 1603 encontramos un par de chapines con sus «verguillas» de plata tasados en 36 reales de vellón, mientras que en una carta de dote fechada en 1605 aparecen «unos chapines valencianos con sus cintas de seda en 12 reales».

Chapines. Italia. Hacia 1600. Metropolitan Musem. Nueva York

Las ordenanzas de chapineros de Sevilla, publicadas en 1527 y reeditadas en 1632, son interés para conocer este curioso calzado, informándonos que podía ser abierto o cerrado. Los primeros se confeccionaban con piel de oveja, mientras que los segundos de idéntico material o de cordobán. Para su examen de maestría el chapinero debía realizar dos pares distintos con «cinco corchas» de tacón. Esta altura era la más habitual, pero se podía aumentar si se estimaba oportuno. Dichas ordenanzas también alertaban acerca de las malas prácticas de algunos profesionales, ya que algunos engañaban a su clientela haciendo pasar el estaño por plata: «porque en los chapines de plata se suelen echar plantillas, y capelladas de estaño. Ordenamos, y mandamos, que en los chapines de plata, no se puedan echar, ni echen plantilla, ni capellada de estaño, ni de ningún otro metal: so pena de cien maravedís para la cera del Corpus Christi, y la obra quemada.» En la misma línea, el inventario de bienes del chapinero Diego Muñoz, fechado en Sevilla en 1542, arroja una interesante información sobre las piezas y utensilios que podía tener un maestro en su taller. El documento consigna chapines de colores, plateados, con estaño, hormas grandes y pequeñas, hormas de servillas, tablas de corcho, tijeras etc…

Los denominados en la época «tacones de siete pisos» fueron llevados por ambos sexos, aunque en el siglo XVII se restringió a uso femenino. La suela, aunque normalmente era de corcho, también podía fabricarse de madera por lo que suponemos deberían resultar más pesados. Tal y como relata madame de Aulnoy en su Relación del viaje de España (1679): «son una especie de sandalias donde se mete el zapato, y que hacen crecer prodigiosamente, pero que no es posible andar con ellos sin apoyarse en dos personas.» La altura de estos «prodigios» variaba según la cantidad de láminas de corcho.

En cuanto a su origen se barajan diferentes teorías, se cree que pudiera ser romano y que tal vez fuera usado en los baños para aislar los pies del agua y la humedad. En España las musulmanas también los lucieron bajo la denominación de «alcorques», palabra que siguió en uso para designar a los chapines abiertos, según las ordenanzas de chapineros de Sevilla.

Debemos aclarar que aunque el chapín se define en el Tesoro de la lengua castellana (1611) como: «Calzado de mujeres principales», fue un complemento común entre las féminas. La diferencia residía en la calidad y riqueza de sus materiales. Según la historiadora Carmen Bernis, su origen es eminentemente español, aunque su fabricación alcanzó un gran auge y prestigio en Venecia, de tal manera que muchos piensan que proceden de la ciudad de los canales. En palabras de Harold Koda: «La altura del chapín provocaba cierta inestabilidad en el andar. La veneciana que los usaba generalmente iba acompañada de un asistente sobre el que se balanceaba. A pesar del gasto evidente, las leyes suntuarias venecianas (leyes que regulaban los gastos en lujo) no abordaron el problema del calzado exagerado, hasta que alcanzó proporciones peligrosas. Alguna vez se pensó que los chapines muy altos, veinte pulgadas como se ve en un ejemplo del Museo Correr de Venecia, eran atavíos propios de las cortesanas y estaban destinados a mostrar su perfil público visiblemente. Sin embargo, los relatos del siglo XVI sugieren que su altura estaba asociada con el nivel de nobleza e importancia de la mujer veneciana que los usaba, más que con cualquier imputación acerca de su profesión.»

Chapines. Italia. 1550-1650. Metropolitan Musem. Nueva York.

A pesar de todas las incomodidades que suponemos debido a su gran altura, los chapines eran útiles para no mancharse las largas faldas al transitar por las calles, no debemos pasar por alto que las ciudades estaban sucias y enfangadas, aunque las damas normalmente se paseaban en coche de caballos o en silla de manos.

Según la tradición castellana el mismo día de su boda la recién casada podía subirse a ellos. Una frase popular para decir que una mujer iba a contraer matrimonio era que su futuro marido: «la ponía en chapines». Esta costumbre, que siguió vigente en tiempos posteriores, inspiró unos versos a Francisco de Quevedo en el romance La bella casadilla con el que nos despedimos:

Y por ponerse chapines,

alzacuello y verdugado,

sin saber lo que hacía

dio a su marido la mano.

Chapines. España. Siglo XVII. Bata Shoe Museum. Toronto

Si te ha gustado este artículo, puedes encontrar más información en este enlace.

Historia de la moda y otros asuntos. https://barbararosillo.com/

Ver comentarios