Agustín Díaz Yanes: «La espada es el elemento civilizador de la fiesta de los toros»
El cineasta fue uno de los tres conferenciantes de la segunda jornada del ciclo 'Tauromaquia y Cultura'
Francis Wolff: «Juan Belmonte es el inventor del arte del toreo»

La segunda jornada del ciclo 'Tauromaquia y Cultura' que está organizando la Fundación de Estudios Taurinos de la Real Maestranza de Caballería en la sede de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras volvió generar un enorme interés en torno a las tres figuras que protagonizaban sus respectivas conferencias: Luis Francisco Esplá, Pilar León y Agustín Díaz Yanes, quienes versaron sobre distintos orígenes de la fiesta, como su producción artística, el misticismo y sacralización del toro y por su cultura popular.
La ponencia del matador de toros Luis Francisco Esplá supuso una desaprobación al discurso que el día antes había pronunciado el filósofo Francis Wolff, quien señaló que «Juan Belmonte es el inventor del arte del toreo». Para el alicantino, el toreo nace más como una ciencia que como un arte. Se trata de un ejercicio sometido a reglas, «donde la ética y la agudeza son los principios que se van depurando con el tiempo. Después llegan los recursos, y con ella la filigrana. Y de su mano el gracejo, y de ahí el duende. Y el duende es el padre del arte».
Esta cronología de caracteres taurómacos desemboca, según la concepción de Esplá, en las innovaciones artísticas que realizaron los hermanos Gómez Ortega (Rafael y Joselito): «Si no hubiese sido por ellos, que incluyeron tantos elementos al arte, difícilmente el arte se hubiera abrazado a Juan Belmonte. Y él al publico». Al alicantino le ocurre con Francis Wolff «como con Oscar Wilde». «Primero río, después dudo y sólo con el tiempo le termino dando la razón». «En 'Filosofía del toreo' dijo que el toreo es un batiburrillo donde cabía todo: espectáculo, conocimiento, rito y ciencia. Y es el arte el que vertebra toda esta arquitectura».
Para Luis Francisco Esplá, licenciado en Bellas Artes, el toreo es «una doctrina del arte que nace del idealismo y del romanticismo». «Para los aficionados, la génesis de la creación se sigue sustentando en las musas —que soplan al oído del artista—, en el espíritu santo —que tanto se la apareció a Rafael de Paula— y en un rapto divino. Y esto viene a corroborar que nuestro sentido está más cerca del idealismo romántico que al pragmatismo».
El toro propicia la inspiración
«El artista, por dotado e inteligente que sea, no deja de sorprenderse hasta la cristalización de su propia idea. Este sentimiento es conocido como intuición. Cuando una persona piensa es imposible vislumbrar el momento de transición entre lo personal e intrapersonal. El toro es un animal, un ente vivo y con voluntad, que no contiene docilidad y que no se deja manipular por el humano. Por tanto, la intuición del torero es inspiración. El toro no capta la inspiración, sino que la propicia».
Más adelante fue citando y analizando algunas obras pictóricas con especial vinculación taurina, partiendo por Goya y continuando con Gutiérrez-Solana, Zuloaga, Picasso y Barceló. «El toreo, con sus peculiaridades, es la vida misma y tiene capacidad de conmover a los creativos. Hagamos del toreo algo serio para que los creativos custodien la naturaleza del toro».
Continuó el ciclo 'Tauromaquia y Cultura' con una conferencia de Pilar Léon titulada 'El toro: origen mítico y naturaleza sagrada', en la que la investigadora desgranó el origen divino del toro como tótem sacralizado de la sociedad. Una explicación que partió del cartel que el arquitecto Norman Foster ha pintado este año para anunciar la temporada taurina de Sevilla. Para León, se trata de «una gran obra, en relación con el arte, inspiración y significado. El cartel, lo que contiene, es un gran homenaje al toro, de origen mítico y naturaleza sagrada, un animal extraordinario».
Los toros saben latín
Pilar León puntualizó algunas de las características que han «ennoblecido» al toro bravo, como «la gallardía de su estampa, el temor que infunden sus defensas, la potencia genésica o el ímpetu de sus movimientos». Unos caracteres a los que, a modo de broma, preguntó a los presentes que si se les podría vincular aquello que en su día dijera Ramón Pérez de Ayala: «Los únicos que saben latín son los toros de Eduardo Miura». Continuó recordando la presencia y la manifestación del toro desde su carácter divino en la Antigua Grecia Egipto, Mesopotamia y Fenicia. Una madeja que fue hilando hasta darle un sentido majestuoso al cartel de la temporada taurina de Sevilla 2023.
El cineasta Agustín Díaz Yanes protagonizó una conferencia titulada 'La tauromaquia y la cultura del pueblo' en la que trató de explicar que las corridas de toros son «un artefacto cultural creado por la burguesía española». Para el hijo del mítico banderillero 'Michelín' el «elemento civilizador de la fiesta es la espada». «Y la espada eligió a un trabajador proletario del matadero de Sevilla para que la montara, mirara al toro y lo matara. A partir de ahí fueron los jóvenes los que diseñaron un espectáculo que debía ser urbano y reglamentado, del que surge la lidia». Más adelante señaló que «los intelectuales dignificaron los espectáculos taurinos porque eran sangrientos y difíciles de explicar como un arte. Fue en el siglo XIX cuando un espectáculo tan arcaico se desparrama por España y se convierte en un espectáculo de masas».
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