Toros en la Maestranza
Marcos Linares gana el Circuito de Novilladas de Andalucía tras sufrir una grave cornada en la Maestranza
Además de su entrega gustó por su propuesta: artística, anteponiendo el toreo caro a la complacencia, sin especular con la recompensa
La novillada de Villamarta, de muy buenas hechuras y temerarias puntas, fue de juego desigual, destacando la franqueza y ritmo del primero
El Juli se lleva la tarde; Roca Rey, las orejas
Diez minutos necesitó para convertirse en el flamante ganador del Circuito de Novilladas de Andalucía. Una noticia que recibirá en la sala de despertar del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, donde se encontrará con una amplia cicatriz a ... la altura de su triángulo femoral, que es el recuerdo perpetuo que le quedará de la tarde en la que le demostró a la Maestranza, y a toda Andalucía, lo que quiere ser y lo que está dispuesto a hacer. Diecisiete festejos tuvieron que pasar, a Dios gracias, para que el equipo médico que dirige el doctor Octavio Mulet interviniera a un torero en esta temporada. Puntas, entrega e inexperiencia, el cóctel más pernicioso. Del que se debe sentir orgullo el de Linares después de haberse puesto sin trampa ni cartón, impregnado de torería, ante los pitones más íntegros de cuantos han saltado este año al ruedo de la Maestranza. Que tiene bemoles que le haya salido a un neófito... Pero nada de eso parecía importarle al novillero jienense, que se tiró a matar con toda su verdad. Le echó la muleta a los bajos del hocico, esperó a que humillara y entonces trató de pasar. Demasiadas opciones para un novillo distraído que en cuanto estuvo dos segundos humillado levantó la cara y se encontró con su femoral.
Novillada con picadores
- Plaza de Toros de la Real Maestranza. Domingo, 14 de mayo de 2023. Decimoséptima de abono. Final del Circuito de Novillada de Andalucía. Un cuarto de plaza. Presidió Macarena de Pablo Romero. Se lidiaron novillos de Villamarta. 1º, noble y con buen estilo; 2º, al límite de raza y distraído, aunque sin mala condición; 3º, humillador y pegajoso; 4º, manso y desclasado; 5º, descastado; 6º, manso y con peligro.
- Germán Vidal 'El Melli', de rosa palo y oro. Pinchazo, pinchazo hondo y dos descabellos (silencio); en el que terminó de estoquear por Marcos Linares, pinchazo y cinco descabellos (silencio); tres pinchazos y dos descabellos (silencio); estocada y descabello (silencio).
- Marcos Linares, de sangre de toro y oro. Herido al entrar a matar.
- Ismael Martín, de azul rey y oro. Estocada caída (vuelta al ruedo); pinchazo y estocada trasera (ovación).
Lobulillo era fino en su tipo, despegado del albero, con cuello y con dos puntas muy bien colocadas. Con poca raza, muy distraído, pero sin mala condición. Justo lo que necesitaba este Marcos Linares para demostrar que no solo traía voluntad, sino que además sabe torear. A la verónica, muy suave a la hora de embarcarlo, de mecerlo, ciñéndose la embestida. Y con la muleta, inteligente y diligente a la hora de cambiarlo de terrenos, donde menos soplaba el viento, que fue el segundo enemigo con el que trató de lidiar. Toreó muy encajado, vertical. De menos a más en su trazo, que en cuanto vio el momento optó por apretarle, cadencioso con la izquierda. Ya Sevilla le cantó su primer natural, suave, con categoría. Lo mejor del trasteo fue su propuesta, siempre torera. Pretendiendo el gourmet, obviando la recompensa. Al que además hay que reconocerle otra virtud, su cuadrilla. Que cuesta, o debe costar, lo mismo que cualquier otra. Pero no era cualquier otra: Joselito Rus, Javier Ambel, Sánchez Araujo, Juan Francisco Peña y Pedro Geniz. Para ser grande hay que pensar como los grandes. Llevar a los a grandes.
La novillada de Villamarta fue, en líneas generales, muy bonita en su presentación y desigual en su comportamiento. Destacó especialmente el primero, de nombre Biensolo, muy fino en sus hechuras, que embistió con franqueza, nobleza y buen ritmo. A Germán Vidal 'El Melli' le molestó el viento y le penalizó su falta de ajuste. Especialmente despegado al natural y en los redondos por detrás. A diferencia de la semana pasada, falló con la espada, que era lo mejor que tuvo con la novillada de Rocío de la Cámara. Menos clase tuvo su segundo, así como manso y con peligro fue el sexto, que mató por Marcos Linares. Hablaban bien del salmantino Ismael Martín, que estuvo voluntarioso ante un lote dispar: su primero humilló en exceso aunque demasiado pegajoso; el quinto fue descastado. No concretó nada, pese a repartir disimuladamente a sus partidarios que pedían las orejas a modo bullanguero. Por cierto, bien la presidenta Macarena de Pablo Romero, negando esa primera petición después de una faena en la que no se había cantado ningún muletazo y con la estocada caída, así como cambiando el tercio del peligroso sexto novillo cuando se clavaron los cuatro rehiletes.
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