Hazte premium Hazte premium

Carlos Herrera enmudece al escuchar a Curro Romero hablar de toros

Torero y comunicador fueron los protagonistas del 50 aniversario de los «mano a mano» de la Fundación Cajasol

Mano a mano de la Fundacion Cajasol entre Curro Romero y Carlos Herrera Foto: Juan José Úbeda

Jesús Bayort

Caía la tarde en Sevilla cuando una legión de forofos tomaba sus céntricas calles en una misma dirección: la Plaza de San Francisco. A la misma hora que los andaluces miraban espectantes a sus televisores para ver el debate a cuatro, ya había un claro triunfador de la noche: la Fundación Cajasol , porque juntar en uno mismo cartel a Curro Romero y Carlos Herrera era signo inequívoco de éxito.

La Fundación Cajasol demostró cómo un mitin no necesita repartir cañas, poner autobuses o hacer paellas. Sólo es necesario que los ponentes tengan interés y relevancia, y de eso ambos dos andan sobrados.

Los máximos referentes del arte y de la comunicación se dieron cita en el teatro de la calle Chicarreros para departir sobre « el toro y la radio », que es como se había anunciado el mano a mano número 50, donde un torero y una personalidad relevante intentan hilar sus disciplinas.

Con puntualidad torera llegaron los dos invitados al zaguán del edificio acompañados de sus «subalternos»: Morante de la Puebla y Manolo Marvizón respectivamente. No hace falta decir en qué filas iba cada uno.

Al final el acto giró en torno a la figura del Faraón de Camas , ya que Herrera, entusiasmado, contó anécdotas del diestro y acabó haciendo lo que mejor sabe hacer: entrevistarlo.

Con el característico arte que le caracteriza, Romero bromeó sobre sus tardes menos afortunadas como torero y los improperios que le tocaba escuchar del público.

Con una sencilla frase, pero no por ello poco sentida, se ganó la ovación más sonora de la noche: «Esa gente que me insultaba no era de aquí, porque Sevilla tiene demasiada categoría para eso».

El público del tenis

«Me preguntaban que cuál era mejor público: Sevilla o Madrid, yo contestaba que el del tenis, que era muy calladito . Y a Pamplona no iba porque me dolía la cabeza», bromeaba Romero.

Disintiendo sobre los derroteros actuales de la fiesta, Romero fue tajante: «Yo hoy no podría haber sido torero. Los toros parecen elefantes. Es imposible que embistan más de dos toros en una misma corrida, y en mi época muchas veces lo hacían los seis».

Carlos Herrera tomó el mando del coloquio para expresar su disconformidad con las corrientes contrarias a la tauromaquia: «Estamos ante un problema de zafiedad . Hubo un tiempo en el que existían antitaurinos de altura, pero hoy día no sólo es que no les gusten los toros, sino que además quieren que a ti tampoco».

«A mí, que me han querido matar un par de veces, me llaman asesino por ir a una corrida. En cambio, a los mismo que veo manifestarse en las puertas de una plaza de toros no les he visto en mi vida cuando lo hemos hecho contra los verdaderos asesinos», sentenció Herrera.

Por cierto, para que esto no dejara de parecer un acto electoral, también hubo un asistente que interrumpió el evento, aunque no se tratase de un díscolo activista, sino de un ferviente seguidor que empezó a lanzar ramos de romero hasta inundar el escenario.

¡Viva Curro Romero!

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación