DE LA CAZA
La mujer se abre camino en el mundo de la caza y ya es clave en el relevo generacional
El número cazadoras continúa aumentando en Andalucía, de hecho, en los últimos dos años se han incorporado más de 300 cazadoras hasta alcanzar las 2.369 en la región

Una investigación reciente de la Universidad de California ha revelado el hallazgo del enterramiento de una cazadora de 9.000 años de antigüedad en las montañas de los Andes de América del Sur.
Los restos corresponden a los huesos de una hembra joven, de entre 17 y 19 años, enterrada en los Andes Peruanos con un surtido juego de herramientas de caza mayor entre los que se encuentran puntas de proyectiles de piedra para abatir animales de gran tamaño, un cuchillo y hojuelas para retirar los órganos internos, así como herramientas para raspar y curtir pieles.
Este hallazgo, y la revisión de registros anteriores, arrojan para los científicos una conclusión clara: la participación femenina en la caza mayor no fue trivial; entre el 30% y el 50% de los cazadores del Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano en las Américas eran mujeres.
División sexual del trabajo
Según explica la Federación Andaluza de Caza en un comunicado, estos niveles de participación en la caza demuestran la importancia de la mujer cazadora y confirma que la división sexual del trabajo se produjo con las primeras sociedades agrícolas, donde la caza, en la que aprecian bajos niveles de participación femenina, sí fue una actividad eminentemente de hombres.
«Aunque a día de hoy la caza sigue siendo una actividad practicada mayoritariamente por hombres, la presencia de la mujer va adquiriendo una mayor relevancia en el sector cinegético. En España se estima que hay unas 11.000 mujeres cazadoras, un número que no deja de aumentar en los últimos años, tendencia que se viene reproduciendo además en distintos países.», afirman desde la FAC.
Como respuesta este fenómeno creciente, el pasado 1 de marzo se presentó en Madrid el primer estudio sobre la Mujer Cazadora en España, realizado por Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura.
El estudio, que se presentó en la jornada «Mujer y Caza» celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, arroja una conclusión que sobresale por encima de las demás: el fenómeno de la creciente incorporación a la caza lo protagonizan, mayoritariamente, mujeres jóvenes, de menos de 40 años.
2.369 mujeres cazadoras en Andalucía
Correspondiendo a la tendencia nacional, Andalucía continúa experimentando un aumento de mujeres cazadoras en los últimos años.
De hecho, en los últimos dos años se han incorporado más de 300 cazadoras para hacer un total de 2.369 en la comunidad; lo que representa un porcentaje del 1,2%, muy próximo a la media española del 1,5% fijado en el Estudio sobre la Mujer Cazadora de la Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura.
Por provincias, la que más mujeres cazadoras andaluzas aporta es Córdoba con un total de 503, seguida de Sevilla con 429, Jaén con 328, Granada con 262 y Almería con 254; mientras que las provincias restantes se sitúan en cifras de mujeres cazadoras por encima del centenar.
La modalidad más practicada por las mujeres andaluzas es la Caza Menor, seguida de la Caza Mayor, la Perdiz con Reclamo y la Cetrería. Además, como curiosidad, cabe destacar que en Andalucía se expidieron en 2022 cuatro licencias de rehalas para mujeres cazadoras.
Relevo generacional
Otra de las conclusiones más importantes del estudio de la Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura es el papel fundamental de mujer para garantizar el futuro de la caza asegurando el relevo generacional.
En una sociedad española cada vez más envejecida, especialmente en el mundo rural, la caza observa con cierta preocupación la necesidad de asegurar el relevo generacional en una actividad que se asienta, principalmente, en las zonas rurales, donde cada vez queda menos población joven.
Según el estudio «Caza y Mujer», la mujer que se incorpora hoy a la caza es, mayoritariamente, menor de 40 años.
La llegada de mujeres jóvenes a la caza, ya contribuye al relevo generacional, de hecho, el número de licencias federativas de mujeres se ha cuadruplicado en los últimos diez años. Sin embargo, este no es el factor que más condiciona e incide sobre el relevo generacional en la caza.
Del estudio se desprende quela gran mayoría de cazadores son favorables a transmitir su afición a hijos e hijas por igual, aunque cuando las cazadoras son las madres, se incrementa la probabilidad de que sus hijas también lo sean, convirtiéndose así en un importante transmisor de la actividad de generación en generación.
Esto hace que tanto los cazadores como las cazadoras estén de acuerdo en que la incorporación de la mujer a la caza será determinante para el futuro de la actividad, contribuyendo a transmitir la afición por la caza y sus valores a los miembros de la familia.
Perfil de la mujer cazadora
El estudio «Caza y Mujer» arroja además un perfil sociológico que nos ayuda a conocer qué mujeres se acercan a la actividad actualmente.
Precisamente, el informe señala que la caza es una actividad de ocio para la gran mayoría de mujeres, que practican principalmente caza mayor, empleando para ello unos 50 días al año.
Entre otras cuestiones, las mujeres valoran de la práctica cinegética los aspectos relacionados con la conservación y el ocio, considerándola una oportunidad para estar en contacto con la naturaleza, así como para disfrutar del campo junto a familiares, amigos y perros de caza.
También destaca el importante papel de los medios de comunicación y las redes sociales en la difusión de la incorporación de la mujer a la caza y cómo esta presencia está contribuyendo a mejorar la imagen de la caza de cara a la sociedad, así como para proyectar la contribución ambiental, económica y cultural de la actividad.
Retos y futuro
Entre los retos principales detectados, se encuentra mantener la tendencia de aumento del número de cazadoras más allá de la propia actividad, llegando también a cargos directivos y de responsabilidad en las distintas asociaciones, organizaciones y entidades del sector.
«Desde la Federación Andaluza de Caza vamos a apoyar cualquier iniciativa que impulse la participación de la mujer en la caza. Si bien, entendemos que esta incorporación debe producirse de manera natural», explica José María Mancheño, presidente del organismo federado andaluz.
«Respecto a la participación de mujeres en los cargos directivos de nuestra Federación, estamos deseando que sea una realidad y estamos convencidos que, con la incorporación de más mujeres al colectivo, se acabará produciendo de manera orgánica, como ha ocurrido siempre en nuestro sector», concluye Mancheño.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete