Hazte premium Hazte premium

Y el partido ante el Osasuna acabó por darle la razón a Luis Fabiano

Y el partido ante el Osasuna acabó por darle la razón a Luis Fabiano

El Sevilla tiró por tierra en Pamplona su primer match ball para garantizarse la cuarta plaza, objetivo inicial y mínimo para un equipo que lleva ininterrumpidamente colgado del tercer puesto desde el 11 de enero (jornada 18). Lo malo del 0-0 no fueron los dos puntos desperdiciados sino la racanería del planteamiento inicial, que puso en serio peligro la posibilidad de sumar ante uno de los firmes candidatos al descenso. En esa montaña rusa de sensaciones que está dejando el Sevilla 2008-2009 tocaba la cuesta abajo, pese a que el choque en el Reyno de Navarra no terminó en derrota. Esa sensación amarga venía dada por el pobre juego exhibido ante el conjunto de Camacho. Manolo Jiménez, amante de los datos estadísticos en los que suele apoyar muchos de sus argumentos y justificaciones, tendrá recogido que su equipo no hizo intervenir con apuros en ninguna ocasión al veterano meta Ricardo y que no disparó a puerta, flojo y a las manos del meta osasunista, hasta el minuto 36 que probó fortuna Renato.

Consejos del «9» de Brasil

Escogió un mal día Jiménez para mostrar fehacientemente que él es quien lleva las riendas del equipo y desoír los «consejos» del «9» de Brasil. Éste pidió públicamente el pasado martes que el equipo apelase siempre al dibujo ofensivo de alinear de entrada a dos extremos y dos delanteros, pues consideraba el paulista que con ese sistema le había ido muy bien al Sevilla y había más opciones para ganar. El desarrollo del partido vino a darle la razón a Luis Fabiano, quien vagó por el campo como alma en pena, al igual que su pareja de ataque, Kanouté, mientras el equipo jugó sin extremos. También llamó la atención que el Sevilla no atacase el flanco defendido por Javier Flaño, lateral diestro cambiado de banda y que ha tenido escasa presencia en el equipo, sólo ocho partidos, en lo que va de temporada. Para respiro del defensa navarro no se tuvo que medir a Jesús Navas —uno de los máximos suministradores de pases de gol del Campeonato— hasta la entrada de éste en sustitución del lesionado Kanouté.

Otro de los «sacrificados» respecto a los que jugaron de inicio ante el Mallorca y tan buena impresión dejaron la jornada anterior fue Diego Capel. El almeriense también había declarado a ABC que las «señas de identidad» del Sevilla de las últimas temporadas habían sido jugar con dos delanteros asistidos por dos extremos rápidos. Cierto es que el de Albox no ha jugado en la presente campaña tanto como se presuponía, máxime viendo el notable arranque de temporada que realizó, pero también se evidenció que con él en el campo —participó en las acciones más peligrosas del equipo y propició con su velocidad la expulsión postrera del veterano Sergio—, el Osasuna pasó muchos más apuros en defensa y se vio obligado a mirar mucho más hacia su propia portería que a la de Palop. Renunciando a parte de sus armas ofensivas era complicado que el Sevilla lograse quebrar la racha —16 años ya— de partidos sin vencer en feudo navarro. Para la ocasión bien merecía la pena asumir riesgos y evidenciar, en jornada tan propicia para dar un golpe de mano definitivo, que no se es tercero en la Liga por casualidad. Jiménez, con su planteamiento en Pamplona, hizo un flaco favor al equipo y a él mismo, tan necesitado siempre de espantar la imagen de entrenador medroso en las grandes ocasiones.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación