¿Qué pasó con... Nino Morales?

Nino, su segundo apellido, acabó siendo su nombre en el basket.

Como en el Real Madrid júnior había otro Jorge, dijo mi entrenador que me tenían que llamar de otra forma. Morales era muy largo y me llamaron Nino. En las actas aparecía Morales y la gente pensaba que venía de Saturnino, Justino o algo así. Todo el mundo asoció Nino con mi apodo.

¿Cómo y dónde empieza?

Soy de Ciudad Jardín, en Nervión. Tuve la suerte de que se desplazó un profesor de Málaga a mi colegio y tenía el baloncesto metido en la sangre. Coincidió que el Club Natación Sevilla remodeló sus instalaciones, cubriendo la piscina, y el equipo de baloncesto, con bastante solera, se trasladó a Piscinas Sevilla. Con Juan Cárdenas, compañero del colegio, probamos. Y así empezó todo.

Y de ahí al Real Madrid, ¿cómo?

Siendo juveniles, quedamos campeones de Andalucía con el Club Natación Sevilla. Fuimos al Campeonato de España y los ojeadores del Barcelona, el Joventut y el Real Madrid se fijaron en mí. Viajé con mi familia a Barcelona y Madrid. El Madrid era el equipo intratable de Europa y mi mente estaba puesta ahí. Me pasé dos años en el Madrid júnior, en los que fuimos campeones de España.

¿Cómo recuerda la final de Copa del 83?

Con el Inmobanco, aunque perdimos, le metí casi 30 al Barcelona y me dieron el MVP. Se jugó en Palencia. Estaba abarrotado. En el Barcelona jugaban Solozábal, Epi, Sibilio, Juan De la Cruz, Starks...

¿Con quién jugaba usted?

Con Toñín Llorente, Vigente Gil, Indio Díaz, Alfonso del Corral, Beirán, Prada, Joe Galvin...

¿Se podía vivir del baloncesto?

Éramos unos tarados del baloncesto. Entrenábamos dos y tres veces diarias. Saporta nos obligaba a ir a la Universidad, cubría todos los gastos y nos daba un cierto dinero para vivir. Mi primer sueldo digamos digno fue jugando en el Cajamadrid.

¿Recuerda cuánto?

Recuerdo que me dio para alquilar una casa con un compañero de equipo y para comprarme un coche de segunda mano, un Renault 5 que me trajo mi tío de Francia. Vivíamos relativamente bien, pero ni punto de comparación con lo de hoy día.

Acabó con un gran 44 por ciento en triples su último en la ACB...

Y no muchos jugadores han metido ocho triples en un partido en ACB. El primero que lo hizo fui yo. Con el Claret de Las Palmas, el actual Gran Canaria, metí ocho de once en Huesca. En Lugo las metía con las orejas.

¿No lo llamaron para los inicios del Caja San Fernando?

Me dio pena que no sucediera siendo de los pocos jugadores que habíamos salido de Sevilla. Quien más proyección tuvo fue Andrés Jiménez, que acabó siendo uno de los más importantes del baloncesto español. Yo llevaba desde el 79 jugando en primera y habría dado cualquier cosa por jugar en mi ciudad. No pudo ser.

En el Claret de Gran Canaria, en ACB, coincidió con Berdi Pérez.

Compartimos vestuario un año entero. En cuanto supe que venía me acerqué al club a darle un abrazo. Es una excelente persona, siempre lo fue. Un tío encantador, cariñoso. Nos llevábamos muy bien.

¿El mejor contra el que jugó?

Drazen Petrovic y Nikos Galis.

¿Y el mejor con el que jugó?

Brabender, José Luis Llorente, Beirán, Alfonso del Corral, Indio Díaz... Cualquiera de ellos.

Cuando regresó a Sevilla, tras retirarse, la Expo ya había pasado.

Sí, pero siempre regresaba siempre en vacaciones para ver a mi familia y a mis amigos. Una de las razones por las que voy a la Feria es para ver a mis amigos de toda la vida en la caseta. Seguimos viéndonos en el barrio y perteneciendo a la peña. Y entre ellos está Rocky Jarana.