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El rastro que dejó «O Rei»

El Santos de Pelé fue el del «jogo bonito» llevado a su máximo exponente; el actual es un equipo más vertical que tiene a Neymar como gran referencia

El rastro que dejó «O Rei»

RAÚL COSÍN

Hubo un punto de inflexión en el estilo del fútbol brasileño a principios de la década de los 80. Se europeizó progresivamente. Lo añejo del juego «canarinho», el pase corto, las largas posesiones, el preciosismo, la ensoñación nacida de las botas de algunos de sus grandes futbolistas, pasó a una formulación más directa. Sabían que en el ataque tenían a sus estrellas y se buscó la manera más rápida de poner el balón en su posesión. Si la selección de Brasil es referencia absoluta para el futbolista y el hincha, el cómo se conjuga el juego en el combinado nacional se mezcla en las entrañas de los clubes. Pero por momentos las entidades también han inyectado su estilo a la «verde-amarelha». Fue el caso del Santos de Pelé. La gloria que llevó el astro brasileño al club nacido en la misma noche que se hundió el Titanic se extendió a la selección brasileña.

No había cumplido 16 años Edson Arantes do Nascimento (Tres Corações, 23-10-1940) cuando debutó con el primer equipo del Santos. Y lo hizo con un gol. Aquel equipo fue jugando para Pelé más pronto que tarde. «Era un futbolista extraordinario. Jugaba bien con las dos piernas. Con la cabeza. Tenía velocidad. Regate. Era tremendamente inteligente con y sin el balón», explica a ABC Waldo Machado, quien llegase al Valencia procedente del Fluminense en 1961 para convertirse en uno de los máximo goleadores del club español, y que coincidió con Pelé en la selección de su país.

La historia dorada del Santos la escribió Pelé —también para su país con los Mundiales de Suecia 58, Chile 62 y México 70— con los Zagallo, Garrincha, Didí, Vavá, Nilton Santos, Djalma Santos, Rivelino o Tostao. El sello lo llevaba el Santos. Con el estratosférico delantero se convirtió en uno de los mejores clubes del mundo —«El Equipo del Siglo XX», según apuntó la FIFA— y en la muestra más fidedigna del culto al fútbol ofensivo, al espectáculo. Y tuvo grandes socios como Coutinho o Zito. «Todos llevaron al Santos a ganar todos los títulos nacionales e internacionales con imaginación y un fútbol sin igual», relata Waldo.

Hoy no se ha dudado en señalar que no hay otro club en el mundo con una identidad tan parecida como es el Barcelona de la era Guardiola. Y precisamente Santos y Barça se miden hoy en un duelo por conocer al mejor club del mundo en Japón. El equipo brasileño cuenta con dos copas Intercontinentales —ambas ganadas con Pelé en 1962 y 1963—, mientras que el conjunto español tiene en sus vitrinas el Mundial de Clubes de 2009, logrado en aquella final con el Estudiantes de La Plata argentino. «Va a ser un grandioso partido. Sobre el campo habrá mucha calidad, mucha imaginación, grandísimos jugadores», dice Waldo.

Entre estos estará Neymar, que debutó con 17 años en marzo de 2009 en el Santos. Es el talento brasileño del momento. Descarado. Habilidoso. Endiablado con el balón en los pies. Rápido en sus movimientos. Pese a lo mediático de sus intervenciones, es respetuoso con el pasado del Santos, que precisamente ha recuperado prestigio con Neymar. A sus 19 años, ha ganado dos campeonatos Paulistas (2010 y 2011), la Copa de Brasil (2010) y la Copa Libertadores (2011). «Pelé es único. Una leyenda. Nunca seré como él», comentaba recientemente el propio Neymar, que quiere ganar este Mundial de Clubes para cerrar el círculo y dar el salto a Europa, donde nunca jugó «O Rei».

Otro fútbol, otros socios

Este Santos, no obstante, no es el de Pelé. Es un equipo mucho más directo. Vertical. Inscrito en el juego actual brasileño. Balones a los mejores jugadores. Y ese es Neymar y esos son sus acompañantes de baile: Ganso, Elano o Borges. Las figuras de un equipo que no deslumbra por lo preciosista del conjunto, de lo hilvanado de su fútbol, pero que rompe los partidos encomendándose a lo que puede hacer Neymar, y en ocasiones sus socios. «Ha aparecido una generación extraordinaria de jugadores en Brasil y algunos de ellos están en el Santos. Claro que uno de ellos es Neymar», opina Waldo Machado, quien reconoce que el cambio en el estilo del fútbol de su país natal se ha dado en muchos equipos nacionales, no en todos, y se está más sujeto a sistemas que antaño.

«El Gallo» ya es una de las piezas importantes del combinado de Brasil. Tiene talento para alcanzar éxitos de altura en el camino que le queda por delante. Se verá cuál es la distancia que le diferencia con vistas al futuro con Pelé y sus nada más y nada menos que 1.282 goles entre partidos oficiales (760) y amistosos (522) entre el Santos, los New York Cosmos y la selección «canarinha».

Robinho se diluyó

Desde Pelé la tendencia en Brasil ha sido la de encontrar otro futbolista genial en el Santos capaz de alcanzar lo logrado por el astro. Proyectos o jugadores que se quedaron a medio camino. Antes de Neymar se ensalzó a Robinho.

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