Ricardo Pumar: «Estamos ahora en una fase inversora que dará sus frutos en los próximos años»
El empresario es optimista con la evolución del sector pese a la subida de tipos y la inflación
Insur eleva su beneficio en 2022
El grupo Insur afronta con tranquilidad la coyuntura actual del mercado inmobiliario, marcada por la inflación y la subida de tipos. La compañía sevillana –que el 14 de abril celebra su junta general de accionistas– registró unas ventas de 117,9 millones de euros en ... 2022, un año en el que elevó su beneficio neto un 25% (tras alcanzar los 15 millones). «Los analistas señalan que el encarecimiento de la financiación tendrá un impacto limitado en las ventas del sector –en torno a un 10%– y moderará los precios, pero sin que se vaya a producir un ajuste», afirma su presidente, Ricardo Pumar. Este empresario recuerda que «sigue existiendo mayor demanda que oferta en la obra nueva, dado que en la última década aún no se han construido 700.000 viviendas, que es la cifra que se alcanzaba en un solo año en la época previa a la crisis».
—En 2021 se puso en marcha el nuevo plan estratégico. ¿Se están cumpliendo sus objetivos?
—Es un plan a cinco años, en el que ahora estamos desarrollando un impulso inversor muy relevante, habrá una etapa de maduración y una parte importante de los objetivos se alcanzará en la parte final del periodo previsto.
—El plan contempla una ampliación de capital a lo largo del periodo, ¿se ha dado ya algún paso?
—No por ahora. Creemos que si se dan las circunstancias oportunas será una operación que tiene un gran sentido, dado que para ser más rentables debemos ser más grandes, y para crecer de forma sostenible hay que buscar la estructura financiera adecuada. Una ampliación permitiría además incorporar nuevos accionistas, que favorecerían la liquidez del valor y contribuirá así que nuestra cotización se acerque lo más posible a nuestro valor.
—En 2022 ha realizado inversiones importantes para desarrollar edificios empresariales en Málaga (en el barrio de Martiricos) y Madrid (Valdevebas y Las Tablas). ¿El covid no ha impactado tanto como se temía en el negocio de las oficinas?
—Existe una gran demanda en edificios que estén adaptados a los nuevos requerimientos de las empresas, tanto en términos de eficiencia energética y medioambiental como en las condiciones de bienestar para los trabajadores. En desarrollos como Madrid Río ya logramos las certificaciones más exigentes en ambos aspectos, y estos requerimientos también lo cumplirá, por ejemplo, el edificio Ágora que ya estamos construyendo en Málaga. En esta ciudad existe, además, una demanda creciente por parte de empresas tecnológicas.
—¿Ambas inversiones constatan que Insur está logrando equilibrar cada vez más su presencia en Madrid y Málaga, frente a la concentración que tenía antes en Sevilla?
—Somos promotores patrimonialistas: promovemos edificios desde la compra del suelo, el diseño, la construcción y la gestión. Cuando el activo alcanza su madurez, rotamos para empezar el ciclo de nuevo y volver a generar valor. Esto nos ha exigido diversificar geográficamente, especialmente en Madrid, donde los activos son más líquidos, y en Málaga, donde pronto también lo será.
—Tradicionalmente sus edificios de oficinas han estado en Sevilla. Los hoteles se están expulsando del centro histórico a las empresas, ¿esto beneficia a los centros de negocio?
—Nuestros edificios de oficinas o bien son modernos o bien hemos realizado, como en el caso de República Argentina 21-25, una inversión muy relevante para actualizarlos. Nuestras tasas de ocupación son altas y no se han resentido por el encarecimiento de los contratos que conlleva la subida del IPC.
—¿Es la señal de que Sevilla necesita más edificios de oficinas?
—En áreas alejadas del centro las tasas de disponibilidad aún son elevadas.
—En Sevilla habrá nuevos desarrollos inmobiliarios en la Avenida de Las Razas o en la antigua Cruzcampo. ¿Cómo ve el dinamismo de la ciudad?
—En Sevilla capital falta suelo residencial y para crearlo se requiere una gestión de medio y largo plazo. Y si hay escasez de oferta sube el precio tanto de la compraventa como del alquiler. Para crear suelo a corto plazo habría que tomar medidas que permitan el cambio de uso de los suelos, con contraprestaciones que aporten beneficios sociales.
—Tiene promociones en Marbella y Estepona. ¿Cómo se está comportando el comprador de la Costa del Sol?
—Tenemos dos promociones en Marbella, una ya la hemos empezado y en la otra estamos tramitando la licencia... Es la señal de que las ventas van bien, al igual que en el proyecto que tenemos en Estepona. El turismo crece y España es uno de los destinos estrella: quienes nos visitan son potenciales compradores de segunda vivienda. Hay factores que elevan la demanda, como el teletrabajo, que anima la compra de casas en la costa porque ahora se puede disfrutar más tiempo de ella. La inestabilidad geopolítica en el centro de Europa también atrae compradores a Andalucía. Estamos construyendo, además, con unos estándares de calidad altísimos y el comprador extranjero actual es de un segmento más alto que el que hubo antes de la crisis de 2008.
—¿Cómo cree que afectará la inflación y la subida de tipos al sector en 2023?
—El sector está saneado y profesionalizado, todos los proyectos tienen coherencia con la demanda potencial, de ahí que las ventas se mantengan en niveles razonables. En capitales como Madrid o Málaga los precios se han recuperado casi totalmente, pero en general, y según las estadísticas oficiales, la vivienda todavía es un 20% más accesible que en 2007, cuando el anterior ciclo llegó a su punto máximo. Esto significa que, pese a la subida de tipos, la tasa de esfuerzo de las familias aún es inferior a la de hace quince años. A esto hay que unirle que hay más demanda que oferta en el segmento de la obra nueva.
—¿Han industrializado ya procesos en sus promociones?
—La construcción industrializada aún es más cara que la tradicional. Esto, en un momento en el que la inflación ha obligado a medir los costes al milímetro, ha sido un lastre coyuntural para su despegue; pero a medida que este sector madure, crezca y alcance economías de escala, la industrialización va a ser imparable.
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