Andalucía
Las claves por las que 200 empresas andaluzas han cumplido más de cien años
Estas compañías centenarias han sobrevivido a guerras, epidemias, crisis económicas, la digitalización y la economía globalizada
Heineken, los clubes del Betis y el Sevilla, Azvi o Rusvel, entre las 65 empresas sevillanas centenarias

En Andalucía hay unas doscientas empresas centenarias, algunas con más de 200 años . Muchas de ellas han sobrevivido a casi todo: las guerras carlistas, la primera y segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil española, sucesivas crisis económicas, epidemias, cambios disruptivos en los modelos ... de producción, comercialización, logística y comunicación. Ni la digitalización o la economía globalizada han podido con ellas. Adaptarse o morir. Algunas de ellas siguen en manos de los descendientes de los fundadores. Cuando se les pregunta cuál es el secreto para sobrevivir tantos años e incluso tener éxito, sus propietarios y gestores coinciden: la pasión por el trabajo, la constancia y la flexibilidad.
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Entre las empresas centenarias andaluzas hay marcas de vinos tan conocidas como Osborne, González Byass o Barbadillo, pero también clubes de fútbol, como el Betis, el Sevilla o el Cádiz. En el grupo de compañías que pueden presumir de haber cumplido más de cien años están también Instituto Español, dueña de Gotas de Oro; la aceitera A cesur, propietaria de La Española o Coosur ; Cruzcampo, hoy dentro del grupo Heineken; las tortas Inés Rosales, que se venden hasta en Nueva York; la firma de sombreros Isesa-Fernández y Roche o la marca de helados La Ibense Bornay.

Pedro Rebuelta, vicepresidente de González Byass , una empresa que dentro de tres años cumplirá 190 años, recuerda la pasión con la que su tatarabuelo, Manuel María González Ángel, fundó la compañía tras probar distintos negocios. «En 1835 envió una carta a un amigo de Nueva York explicándole que no conocía un negocio más bonito que los vinos de Jerez, por lo que iba a dedicarse a ello en exclusiva». Actualmente, el 96% de la compañía está en manos de la misma familia y ha llegado a la gestión la quinta generación.
La firma, que antes de la pandemia facturaba 260 millones de euros, «ha vivido toda suerte de crisis y guerras. El Covid ha sido duro pero afortunadamente el 70% de nuestras ventas son internacionales y en el mercado exterior la mayoría se producen en los establecimientos de alimentación, por lo que se dio el caso curioso de que en Reino Unido ingresamos más que antes de la pandemia».
Hasta que la cuarta generación, las mujeres no pudieron heredar las acciones de González Byass, y aun así se les prohibía trabajar en la compañía. No fue hasta la quinta generación cuando se ha producido una igualdad total para heredar las acciones y trabajar, explica Rebuelta, quien apunta que el secreto para que una empresa sople más de cien velas no sólo es la pasión por el trabajo, sino también la constancia («la primera bodega se llamó Constancia») y la flexibilidad y capacidad de adaptación a los gustos de los consumidores. Por esa razón, explica, González Byass diversificó en el siglo XIX y además de producir vino de Jerez entró en el brandy con mucho éxito. « Cuando en los años 70 cambió la tendencia y dejó de consumirse brandy, invertimos en bodegas de vinos tintos y blancos de diferentes denominaciones de origen. En 1916, González Byass dimos el salto internacional y compramos bodegas en Chile y México».

Otro ejemplo de diversificación y sucesión empresarial es el Instituto Español, en manos de la familia Granados. Fue fundada en 1903 y tiene marcas tan conocidas como Gotas de Oro, Gotas Frescas o Aire de Sevilla. Cuenta con una fábrica en Hinojos (Huelva) y más de 160 empleados, registrando una facturación de 47 millones de euros, una tercera parte en el mercado exterior, ya que exporta a 62 países. «La empresa la crearon en Sevilla dos empresarios malagueños y un madrileño pero finalmente la compró Rumasa, que la tuvo poco tiempo. En 1980 la compró la familia Granados, de Madrid, que después vendió la empresa Taifol, que había creado mi abuelo. Entonces, Instituto Español era una empresa que trabajaba perfumería, con marcas potentes como Gotas de Oro, pero también tenía productos de maquillaje», explica Vicente Granados, al frente del Instituto Español desde 2011.
«Mi familia se trasladó entonces a vivir a Sevilla y empezó a rehacer toda la marca partiendo de una fábrica que tenía en el Polígono Carretera Amarilla de Sevilla, hasta que en 1986 compramos Laboratorio Dermocosméticos, con fábrica en Hinojos, y entonces trasladamos toda la producción a esa localidad», añade Vicente Granado.
¿Cuál ha sido el éxito de esta empresa? «La generosidad de dar paso a la siguiente generación, dejando hacer, aunque estando siempre al lado como consejero. Mi abuelo lo hizo con mi padre y mi padre lo hizo conmigo. Por otra parte, hemos llevado al supermercado productos que antes sólo estaban en farmacia con precios altos, como la línea para pieles atópicas. Otra clave ha sido encontrar el equilibrio entre la calidad y el precio, buscando el formato familiar a precios super competitivos, lo que nos ha diferenciado de las multinacionales. Y por último, h ace 30 años nos internacionalizamos. De hecho, estamos en Estados Unidos desde hace 22 años », declara este directivo, que informa que el grupo ha diversificado entrando hace dos años en el vino y hace tres años en el aceite, con lo que las ventas del grupo ascienden a 54 millones.

Por otra parte, Grupo Queraltó es otra de las empresas centenarias andaluzas que no se ha amilanado ante la digitalización, hasta el punto de que hoy vende el 90% a través de plataformas digitales, web propia y marketplace. Grupo Queraltó es la única empresa centenaria en Europa en el prestigioso ranking FT1000 de Financial Times , que reconoce a las 1.000 empresas de mayor crecimiento en el continente.
«Amazon se ha convertido en su aliado y un acicate para mejorar en plazos de entrega y satisfacción al cliente», indica Reyes Queralto, directiva y propietaria de la compañía. Y todo empezó en 1898, cuando su bisabuelo, Domingo Queraltó Horta , abrió en la calle Cerrajería de Sevilla un bazar de material médico. Posteriormente, la empresa introdujo ortopedia y óptica, y en 1970, J osé Queraltó Dastis , nieto del fundador, inició los suministros hospitalarios a nivel nacional.
«Las claves de nuestro éxito han sido el trabajo y la vocación. Mi hija es mi sucesora y ella tiene un tercio de la ortopedia, que factura unos 4 millones de euros anuales, y el 100% de la firma de suministros hospitalarios», explica Queraltó Dastis.
«En 2008 nos reinventamos con la crisis económica y apostamos por la internacionalización, la transformación digital y el e-commerce, tanto el B2B como el B2C. Fue un salto galáctico, pero gracias a eso hoy vendemos en 30 países y facturamos 27 millones de euros en suministros de material de salud», explica la bisnieta de quien puso la semilla de lo que hoy es el el grupo R. Queraltó, cuya presidencia ostenta actualmente. Para ella, «para llegar a ser centenaria, la familia tiene que tener un espíritu empresarial, hay que transmitir los valores a los trabajadores que te acompañan en este viaje y hay que arriesgar pero siempre con prudencia porque tenemos muchas familias que dependen de nosotros».

Otra de las empresas centenarias que ha innovado y diversificado desde que se fundó hace 108 es el Grupo Baeza, con sede en Málaga, aunque todo comenzó en Ceuta como empresa suministradora de buques del puerto recién inaugurado. C arlos Muñoz, consejero y subdirector general del Grupo Baeza , indica que la gestión se ha profesionalizado y salvo la CEO, Patricio Baeza- Herrazti, prácticamente ningún familiar trabaja en la compañía. Los bisnietos de los fundadores está entrando ahora en el consejo de administración de esta empresa de distribución, que hoy es un referente en el mundo del agua: riego, piscinas, tratamiento de agua, bombeos...«El secreto ha sido saber leer las necesidades del mercado incluso antes de que los consumidores fueran conscientes de ellas, lo que ha obligado a la compañía a reinventarse cada 20 o 25 años. En el siglo XXI los cambios se suceden incluso más rápidamente», explica.
Hasta 1972, la compañía vendía herramientas, calderas, maderas. «A partir de entonces, la familia Baeza cambió el rumbo de la compañía y apostó por todo lo referente al agua y sus usos sostenibles, adelantándose así a muchas empresas», indica el CEO de la firma.
«En 2005 abrimos en Antequera uno de los principales centros de logística del sector del agua en España y en 2012 lazamos la primera tienda online orientada al B2B. Hoy, más del 28% de las ventas proceden del canal online, lo que nos sitúa por encima incluso de las multinacionales» declara Carlos Muñoz, quien asegura «que no hubiéramos podido cumplir 108 años si no hubiera sido por el esfuerzo y el talento de nuestros trabajadores».

En la provincia de Jaén, Castillo de Canena es otra de las empresas centenarias andaluzas que ha apostado por la marca para dar un giro estratégico a la firma. Francisco Vañó, director general de Castillo de Canena , explica que la marca se creó en 2003 pero la compañía tienes sus orígenes en 1780, «cuando tenemos evidencias escritas de nuestro trabajo como olivicultores. Durante el siglo XVIII, la familia se dedicaba a la agricultura. En el siglo XIX comenzamos con las almazaras en Baeza; en el XX ampliamos las plantaciones en Úbeda y mejoramos las instalaciones; y en el XXI comenzamos a comercializar con marca. Los últimos 19 años han sido fundamentales en la empresa porque con la comercialización e internacionalización hemos aportado un valor añadido».
En 2003, se produce el relevo general y los hermanos Rosa y Francisco Vañó se implicaron en la gestión de la compañía. «Modernizamos la almazara y en 2022 recibimos el premio a la mejor almazara de España. C reamos la marca Castillo de Canena usando el nombre de la casa familiar para la comercialización de aceite de oliva virgen extra, que hoy vendemos en más 50 países». Actualmente facturas 25 millones de euros con las actividades de comercialización, agricultura e industria. Dos terceras partes de sus ingresos provienen del mercado exterior.
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