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Foro Salud

La humanización, eje central de las infraestructuras sanitarias

Debido al envejecimiento de la población, la tendencia será diseñar estructuras para atender a los pacientes crónicos y hospitalizar solo a los agudos

Foto de familia de los participantes en el foro, en la Casa de ABC J. M. Serrano

Nereida Domínguez

La pandemia ha traído consigo muchos cambios, ha supuesto un fuerte impacto económico y social, pero también ha significado un aprendizaje a un ritmo acelerado a todos los niveles . Evidentemente, uno de los sectores donde la tensión ha sido más fuerte ha sido en el ámbito sanitario. Una situación que ha vuelto a colocar a las personas en el centro, un lugar del que se desplazaron en aras de la eficiencia.

Esta situación epidemiológica ha tensionado al sistema sanitario porque lo ha colocado en un entorno volátil y ambiguo , pero, tal y como reflejaron los participantes de esta mesa, se ha respondido con tres elementos: las personas, la organización y la estructura o equipamientos. «Los profesionales han reaccionado, la organización se ha movilizado, pero nos ha costado más adaptar estructuras. La pandemia nos ha hecho recordar que hay que ser más polivalentes», opinó David Baulenas, director corporativo Asistencial, de Calidad e Investigación de Vithas.

Así, las personas han vuelto a convertirse en el eje central de las infraestructuras sanitarias . No en vano, la humanización es una de las líneas estratégicas que se recogen en el plan del Servicio Andaluz de Salud, tal y como destacó su gerente, Miguel Ángel Guzmán. «Las personas son el centro del sistema, englobando a los pacientes, los profesionales y los familiares, y alrededor de ellos tienen que diseñarse las estructuras sanitarias en las que vamos a invertir desde la Junta 850 millones durante 2021-2022».

Para lograr que estas estructuras se humanicen hay que aspirar a tener zonas más amplias, menos espacio para salas de espera o potenciar la atención ambulatoria. «Hay que intentar trabajar en un acto único, minimizar los circuitos de los pacientes, que los procedimientos y las técnicas sean cada vez menos invasivas y así las convalecencias quirúrgicas sean más cortas», explicó Guzmán.

Las infraestructuras sanitarias han ido progresando y modificándose en función de la evolución sanitaria. En la actualidad, desde el punto de vista funcional, se apuesta por estructuras mejor distribuidas, donde la tecnología tiene un papel crucial y también se tienen en cuenta elementos psicosociales , es decir, espacios sin ruido, con mayor intimidad o comodidad. «Todos estos elementos antes no eran una prioridad en el sistema sanitario porque se apostaba por estructuras sólidas para dar una asistencia integral, pero ahora el paciente no solo va a que lo diagnostiquen y lo curen, sino que también es importante su experiencia y la de sus familiares en el entorno hospitalario», comentó Pilar Serrano, directora gerente territorial de Quirón Salud.

Además, un punto fundamental es que el profesional trabaje en un entorno confortable . Todos esos aspectos son los que después se tienen que reflejar en los edificios sanitarios. «El paciente es el centro, pero siempre sin perder el foco en el profesional y también cuidando al acompañante. Esto es lo que transmitimos a los técnicos que se encargan de desarrollar nuestros edificios y esta filosofía es la que intentamos trasladar a nuestras estructuras sanitarias», comentó en la misma línea María José Daza Sierra, directora de la Unidad Territorial II de la Orden de San Juan de Dios.

Edificios humanizados

Por tanto, teniendo en cuenta esta humanización en la gestión esto se traslada a las estructuras sanitarias. En este sentido, Enrique Vallecillos, socio de Planho Consultores, apuntó que dos son los conceptos básicos que hay que tener en cuenta para enfrentarse a cualquier infraestructura sanitaria: el usuario, como centro del sistema, y una estructura física, técnica y funcionalmente eficiente . «Ambos conceptos tienen que estar muy equilibrados», explicó.

El director de Ingho FM, Manuel Gallardo, evidenció que «es necesario homogeneizar las inversiones porque seguimos teniendo deficiencias en las infraestructuras hospitalarias» y añadió, «hay que humanizar, pero primero teniendo en cuenta la sostenibilidad y la seguridad del paciente y de los profesionales. La seguridad pasa por tener una calidad del aire, renovación de los cuadros eléctricos o el cambio en los grupos electrógenos. La humanización comienza con la seguridad y de momento hay mucho margen de mejora».

Para José Manuel Peinado Domínguez, gerente de Peinado Arquitectos, los edificios han cambiado mucho en los últimos veinte años. «Se tiene en cuenta la optimización de los procesos consiguiendo la máxima calidad, pero también se analiza cuál es la experiencia y expectativas del paciente en el edificio».

Bajo esta premisa, Peinado manifestó una serie de criterios que se están adoptando para humanizar las infraestructuras sanitarias como la vuelta a la luz natural o la adaptación de la luz artificial a los ambientes en función de su uso; la aparición de la vegetación porque se vincula a la tranquilidad y crea un ambiente más distendido; la seguridad ; el confort acústico o la utilización de texturas o colores que crean sensación de bienestar . «Esta combinación de elementos se hace indispensable para el confort en las estructuras sanitarias actuales», detalló.

Con esta pandemia hemos visto un estrés importante en las infraestructuras y se ha pensado en otra manera de gestionarlas. «La pandemia ha supuesto un revulsivo y se están poniendo encima de la mesa otras respuestas para estar preparados ante estas situaciones», apuntó Manuel Romero, administrador de Manuel Romero Arquitectos y agregó, «lo que está claro es que hay una vuelta a la humanización y el espacio para la relación paciente-profesional hay que diseñarlo lo más confortable posible, además de desligar la parte interna del hospital de la zona de atención».

«El horizonte de la atención hospitalaria va a sufrir un cambio importante sobre todo por la tecnología, pero también porque ha cambiado la cultura del paciente y el profesional como consecuencia de esta crisis», expuso Vallecillos.

En este sentido, hay que pensar en modelos flexibles . «Tenemos capacidad de improvisación y hemos podido reaccionar gracias a la respuesta por parte de los profesionales», comentó Vallecillos y añadió, «es muy complicado para los técnicos ir al ritmo imparable de la sociedad y plasmarlo en los edificios. Intentamos hacer infraestructuras físicas que tengan capacidad de adaptación, pero es difícil». Por eso para Romero, «el reto del edificio de nueva planta es pensar en cómo se adaptará dentro de 30 años».

Por último, en relación con las inversiones en infraestructuras sanitarias en Andalucía durante la pandemia, desde la Administración se ha apostado por estructuras con capacidad de adaptación ante las diferentes circunstancias. Para el gerente del SAS ha sido fundamental la previsión y conseguir un equilibrio. «Si teníamos un hospital vacío como el Militar de Sevilla es mucho más rentable que el dinero se invierta, se quede ahí, y que a largo plazo sirva».

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