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AGRICULTURA

Los primeros cítricos con la marca del «oso panda» de WWF

La empresa sevillana Naturgreen (Iberhanse) lleva al mercado naranjas cultivadas con buenas prácticas ambientales

La empresa sevillana Naturgreen , perteneciente al grupo Iberhanse, ha exportado en esta campaña los primeros cítricos etiquetados con el logo de la asociación mundial de conservación de la naturaleza WWF, lo que avala su cultivo sostenible.

Este grupo empresarial, con sede en el municipio de La Algaba, es líder en volumen en la exportación de cítricos (naranjas y clementinas) y se disputa entre el tercer y el cuarto puesto en las ventas al exterior de frutas de hueso (melocotón y nectarina). Entre sus principales mercados está Alemania, siendo la cadena de distribución alemana Edeka uno de sus grandes clientes.

Edeka viene trabajando con la asociación WWF en determinadas iniciativas de agricultura sostenible, y así es como nace el proyecto «Zitrus Edeka» , que tiene como protagonistas a cítricos producidos por Naturgreen en la Vega del Guadalquivir .

La idea que impulsa este proyecto es el cultivo y comercialización de cítricos sostenibles , realizando prácticas agronómicas beneficiosas para el medio ambiente que contribuyan a la mejora de la biodiversidad, a la eficiencia del uso del agua y a la utilización de los productos químicos más inocuos.

«Zitrus Edeka» arrancó hace un año en unas 200 hectáreas de cítricos que Iberhanse cultiva en la finca El Esparragal, por lo que en esta campaña se han cosechado las primeras naranjas producidas de manera sostenible. WWF es la encargada de controlar el proceso productivo y, tras la recolección, identifica los cítricos con su característico sello del oso panda . Por último, Edeka se ocupa de colocar las producciones sostenibles en sus numerosos establecimientos.

La asociación conservacionista ha sido muy rigurosa en asegurar «un uso sostenible del agua en el riego de los cítricos», señala Felipe Fuentelsaz, coordinador de Agricultura de WWF para Andalucía. En este sentido, añade que «se ha garantizado la legalidad del uso del recurso y hemos trabajado con el objetivo de reducir el consumo un 8% , adelantándonos a las predicciones que los efectos del cambio climático auguran para la cuenca del Guadalquivir». Para ello, « se han colocado sondas de humedad en el suelo de la finca para llevar un control diario del consumo hídrico de los naranjos». Además, dentro de los productos fitosanitarios permitidos, «se han excluido aquellos que son más tóxicos para la fauna auxiliar». Por último, se ha fomentado la b iodiversidad con mejoras ambientales como «cubiertas vegetales, posaderos para aves y refugios para la fauna auxiliar».

Estas buenas prácticas «han dado su fruto» , pues «en este año hemos disminuido el número de tratamientos aplicados gracias a la actuación de la fauna auxiliar autóctona», indica Felipe Fuentelsaz.

La cosecha de esta campaña ha sido «similar a las anteriores en cuanto a producción», según WWF, con la ventaja que «estos cítricos t ienen un incremento de precio en los lineales».

WWF trabajará en la mejora del cultivo de cítricos en El Esparragal durante «unos tres años más», y la idea para 2017 es incorporar estas prácticas ambientales en nuevas fincas, «para ampliar de 200 a 800 las hectáreas de cítricos cultivados de manera sostenible».

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