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Tecnología

Sevilla se sube al dron

Los operadores de estas pequeñas aeronaves no tripuladas se han duplicado en un año en la provincia

El dron Cóndor, fabricado por Dronetools en Sevilla, junto a carros de combate ABC

E. FREIRE

Un dron captó en plena noche las imágenes del fuego que arrasó el entorno de Doñana a principios del verano. El trabajo de la máquina evitó riesgos humanos. Es un ejemplo de las utilidades que tienen los vehículos aéreos no tripulados, presentes cada vez en más ámbitos, convertidos en herramientas tecnológicas de instituciones, empresas o profesionales. La agricultura de precisión, el control y seguimiento de obras, el manejo remoto de excavadoras en las minas, la vigilancia, la mensajería o el marketing son otras actividades donde han entrado con fuerza estas pequeñas aeronaves, que hasta hace poco solo se asociaban a labores de inteligencia de espías y militares.

Los llamados drones o RPAS (Remotely Piloted Aircraft o aviones controlados de forma remota) pueden impulsar el negocio de muchas empresas . Así lo ha entendido Agresta , una sociedad cooperativa creada por ingenieros de montes y agrónomos con base en Sevilla. Esta consultora forestal en uno de los nuevos operadores de drones de la provincia que se han acreditado este año en el registro de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el organismo que controla el sector en España. Desde 2014, cuando se abrió este registro oficial, se ha multiplicado el número de operadores sevillanos —empresas y particulares— que se han inscrito para dar un servicio profesional con drones. Solo en el último año, la cifra se ha duplicado y ya supera los 80 en la provincia. En el conjunto de Andalucía, el ritmo es similar y ya son 400.

Tendencias

Ángel Lobo , uno de los socios de Agresta, ingeniero de montes y piloto de drones, explica que esta empresa ha comenzado a utilizar esta tecnología para probar las nuevas tendencias de sensores que se utilizan en labores de seguimiento y evaluación de las masas forestales, algunos de última generación que pueden captar imágenes de la vegetación en tres dimensiones (3D). «Todavía usamos los drones más para investigación que para producción, Nuestro interés es estar en primera línea en esta tecnología», explica Natalia Bernal , otro de los 35 socios de Agresta.

Otras plataformas de teledetección que maneja esta cooperativa para realizar inventarios o trabajos de planificación forestal son imágenes por satélite o las realizadas con sensores integrados en helicópteros y aviones con piloto. A partir de ofrecer este nuevo servicio experimental con dron, la firma acaba de recibir el encargo de hacer el seguimiento de la repoblación forestal de una mina en Sevilla.

Nueva norma

El posicionamiento estratégico de cada vez más empresas en el sector de los drones viene alentado por el anuncio de una nueva norma reguladora que eliminará muchas de las actuales trabas al uso de estos artilugios voladores. Hasta ahora, esta actividad profesional ha estado constreñida por unas reglas que estableció a mediados de 2014 la Agencia de Seguridad Aérea y que, entre otros supuestos, prohíben volar drones sobre ciudades o aglomeraciones de personas, como campos de fútbol; o durante la noche, salvo en situaciones autorizadas, como el citado fuego cerca de Doñana.

«El sector está muy fastidiado por estas restricciones», explica Nicolás Zapata, uno de los fundadores de Dronetools , fabricante sevillano de equipos no tripulados, un pionero del sector que inició su actividad en 2012, cuando no había ni siquiera normativa sobre drones. «Si las empresas que dan servicios con drones no pueden trabajar con ellos, la demanda de máquinas nuevas decae. Tenemos clientes que han tirado la toalla», señala. Para compensar el letargo legal del sector en España, Dronetools ha salido al mercado exterior y tiene clientes en países como Portugal, Francia, Perú, México y Argentina.

No obstante, Zapata apunta que la nueva norma se espera para antes de que finalice este año y que los movimientos realizados por la AESA, creando comisiones de trabajo con todos los actores del sector, indican «que ahora la cosa va en serio». Así, operadores, fabricantes, escuelas de formación de pilotos de drones o aseguradoras están aportando la experiencia de estos años de actividad a medio gas para elaborar las nuevas reglas del juego.

400 operadores andaluces

En el registro de drones figuran casi 400 operadores andaluces, una cifra que ha aumentado de forma notable desde marzo de 2016, cuando constaban 180 en el listado de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Junto a Sevilla, Málaga, con más de un centenar de empresas y profesionales inscritos, lidera el crecimiento del sector en la comunidad autónoma. También es significativo el peso de Cádiz y Granada (unos 50 en cada caso), mientras que Córdoba (30), Jaén (25), Almería (24) y Huelva (23) van más rezagadas.

La gran mayoría de los operadores ofrecen servicios de fotografía, filmaciones aéreas y fotogrametría (planos de grandes extensiones). La vigilancia de incendios forestales, operaciones de búsqueda y salvamento, la exploración meteorológica, actividades de I+D, tratamientos fitosanitarios, soluciones agrícolas de precisión o la inspección de torres de alta tensión o aerogeneradores son los principales servicios que ofrecen las empresas andaluzas.

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