Unicaja prepara su vuelta a la normalidad tras digerir mal la fusión con Liberbank
Con Oceanwood fuera del capital y entre rumores de absorción, rediseñará su plan estratégico

El banco andaluz Unicaja navega por aguas procelosas desde que en 2021 firmó la fusión por absorción con la asturiana Liberbank. Dos años de zozobra, con continuas guerras internas por el poder, que han terminado erosionando sus beneficios este año al descender un ... 13% en el primer semestre, si bien al día de ayer su capitalización bursátil era de más de 2.700 millones, frente a los 2.307 del año de la fusión.
Esta semana se han producido dos hechos que podrían cambiar el rumbo del banco: Isidro Rubiales, un economista de la 'casa' y próximo al núcleo malagueño de Manuel Azuaga, presidente ejecutivo, ha sido nombrado consejero delegado del banco andaluz para sustituir a Manuel Menéndez, procedente de Liberbank; y de otro lado, uno de los accionistas más próximos al bloque asturiano, el fondo Oceanwood, dio la estampida tras la pérdida de poder en el consejo y colocó en una sola noche un 7% del banco por 187 millones, operación que habría sido aprovechada por Norges Bank para incrementar su participación en Unicaja hasta el 7%.
La dimisión del consejero de Oceawood reduce el núcleo asturiano en el consejo. La fundación bancaria Caja de Ahorros de Asturias, germen de Liberbank, tiene un 6,7% y Oceanwood sigue manteniendo un 0,35%. Otros grandes accionistas son la Fundación Bancaria Unicaja (30,24%); Indumenta Pueri, vinculada a los dueños de Mayoral; Norges Bank; y el empresario Tomás Olivo (6,8%).
En lugar de lamentarse, la marcha de Oceanwood ha sido aplaudida por algunos sectores. Era un socio incómodo dentro del consejo porque –señalan fuentes consultadas por ABC– «se trata de un fondo especulativo, muy agresivo, cuya estrategia no encajaba con la Unicaja, más conservadora en sus provisiones». De hecho, Unicaja cerró 2022 con 260 millones de beneficios, un 89% más, y provisionó 50 millones para hacer frente a la inflación.
Interés de otros bancos
Entre tanto, han comenzado a circular rumores sobre el interés de otros bancos, entre ellos el Santander, por absorber Unicaja. En el banco andaluz, con sede en Málaga, mantienen la calma. Otras fuentes indican que con Rubiales al frente de la entidad y con la Fundación Bancaria Unicaja pacificada, «hay un núcleo estable de accionistas que defenderá la territorialidad de la entidad financiera», aunque, advierten, está expuesta a una opa hostil, «como le puede suceder a cualquier cotizada».
La fusión con Liberbank se formalizó al segundo intento en 2021. Se acordó que Unicaja se quedase con el 59,5% y Liberbank con el 40,5% restante. La Fundación Bancaria Unicaja pasó a tener algo más del 30% de la nueva entidad. En el acuerdo con el Banco Central Europeo, supervisor de Unicaja, se decidió que el director general de la entidad, Manuel Azuaga, sería presidente ejecutivo, y Manuel Menéndez, procedente de Liberbank, sería CEO, aunque con la condición de que Azuaga dejara a los dos años (el hito vencía el pasado 30 de julio) las funciones ejecutivas y Menéndez fuera evaluado.
Sin embargo, nada comenzó a funcionar bien desde el principio. «Braulio Medel usó la consejeros de la Fundación Bancaria Unicaja, que presidía, para quitarle a Azuaga las funciones de planificación estratégica en el primer consejo tras la fusión. Se producía así una perversión: la entidad absorbida pasaba a tener todo el control de Unicaja», señalan voces del banco.
El malestar en Unicaja iba 'in crescendo', sobre todo porque trascendió en mitad de la fusión que Braulio Medel, el todopoderoso presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, había intentando en 2017 un acuerdo para vender las acciones que tenía esa fundación al Santander, que era como venderle toda la entidad porque entonces tenía más del 80% del capital social, y lo hizo sin compartir esa información con los consejeros del patronato». Tras varios movimientos del BCE, el Ministerio de Economía y la Junta de Andalucía, Medel dimitió en junio de 2022 y fue designado sucesor José Manuel Domínguez, renovándose el patronato «con la intención de revertir la situación y de que la sede del banco continúe en Andalucía».
Transición
¿Es ahora la fundación pro-Azuaga? «Más bien es pro-Unicaja porque quiere que Unicaja sea preeminente y no Liberbank», señalan otras fuentes. Hasta que el BCE y el consejo de Unicaja ratifiquen a Rubiales como CEO, Menéndez seguirá en el cargo y Manuel Azuaga como presidente ejecutivo. Cuando Rubiales tome posesión del cargo, todo apunta a que Azuaga continuará como presidente no ejecutivo en Unicaja, donde fue reelegido consejero hasta 2025.
Mientras tanto, Isidro Rubiales juega con ventaja mientras se ratifica su nombramiento: es director general adjunto a Azuaga y tiene acceso a información privilegiada, con lo que no perderá tiempo para rediseñar el plan estratégico del banco con el fin de que sea rentable a largo plazo y satisfaga al mismo tiempo los intereses de los accionistas. En Unicaja hay ahora sólo una obsesión: volver a la normalidad.
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