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Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia

Su muerte es «inminente», según adelanta su hijo, a causa de una enfermedad que borró sus recuerdos. ABC los trae como homenaje de una vida dedicada a la política

Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia bernardo olabarría

m.r.c.

No recordaba haber sido presidente del Gobierno, pero fue el primero de la España democrática. La enfermedad de Alzheimer amenaza con ganarle una partida en no más de 48 horas que ambos comenzaron en 2003. Adolfo Suárez González (Cebreros, Ávila, 1932) fue el hombre clave de la transición española, del paso de la dictadura a la democracia, desde que fue nombrado presidente del Gobierno en 1976 por el Rey. Ahora aguarda la muerte, «inminente», rodeado de su familia y sin perder ni la sonrisa ni su «mirada picarona», tal y como ha expresado sus hijo.

Su vida es una sucesión de hitos políticos , de relaciones con personalidades de todos los ámbitos. La vida de un hombre de Estado a ratos amargo, harto de encajar golpes, algunos con una saña desmedida. En una entrevista inédita que concedió a ABC en 1980 y vio la luz en 2007, se confesaba sin «vocación de estar en la historia» sino en la «Historia», la que está por encima de «la coyuntura» y se asienta en los principios.

Gobernó cuatro años y siete meses, con cinco gabinetes distintos, diversas remodelaciones y un total de 58 ministros diferentes. Tuvo que afrontar dos intentos de golpe de Estado —en noviembre de 1978, la llamada «Operación Galaxia», y el 23 de febrero de 1981, con el asalto al Congreso encabezado por el coronel Tejero—, en un momento en que la joven y aún débil democracia parecía tambalearse.

El 2 de mayo de 2003 fue su última aparición pública en un acto en el que respaldó la candidatura de su hijo Adolfo a la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y en el que, castigado ya por su problema de salud, perdió el hilo del discurso. Desde aquel momento, se cerró el telón de una ejecutoria ejemplar y se extinguió una voz autorizada, tal y como recordaba ABC en el especial de su 80 cumpleaños.

El hombre de la Transición

Licenciado en Derecho, participó desde muy joven en la vida política, siempre de la mano de Fernando Herrero Tejedor, considerado uno de los «reformistas» del régimen franquista. Vinculado a Televisión Española desde 1964, en 1969 fue nombrado director general, cargo que ocupó hasta 1973. Fue además gobernador civil de Segovia (1968) y procurador de representación familiar por Ávila en la IX y X legislaturas de las Cortes Orgánicas.

Sucedió a su mentor, Herrero Tejedor, como ministro Secretario General del Movimiento tras su muerte, en diciembre de 1975, en el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Arias Navarro. Sería tras su dimisión cuando Suárez pasaría a ser presidente del Gobierno, un 3 de julio de 1976, a instancias del Rey don Juan Carlos. Suárez fue su hombre de confianza y fue él quien impulsó la reforma política que acabaría con la dictadura y que pasaría a los libros de Historia como Transición Española.

Conocedor de las instituciones políticas del Régimen, fue el principal impulsor de la Ley de Reforma Política, aprobada en referéndum en diciembre de 1976, con la que se desmontaba el Franquismo y se abría el camino hacia la democracia.

Después de poner en marcha la primera reforma militar, con el nombramiento del general Gutiérrez Mellado como vicepresidente primero del Gobierno, emprendió la reforma del sistema político, con la aprobación de la amnistía en marzo de 1977, la legalización de todos los partidos y los sindicatos y la convocatoria de elecciones libres el 15 de junio de ese año.

Adolfo Suárez se presentó como cabeza de lista en Madrid por la coalición Unión de Centro Democrático, que había contribuido a formar desde el poder, uniendo diversos grupos políticos de variada ideología. Tras el triunfo electoral de UCD, formó el tercer gobierno de la Monarquía y el primero de la democracia, constituido el 5 de julio de 1977. En este mandato se firmaron los Pactos de la Moncloa, se aprobó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y los Estatutos de preautonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, entre otras reformas.

Además, las Cortes de esta Legislatura aprobaron la Constitución, ratificada por referéndum el 6 de diciembre de 1978. Todo este proceso se vio amenazado por el terrorismo, especialmente activo en diciembre de 1976 y enero de 1977.

Tras las elecciones del 1 de marzo de 1979, en las que UCD revalidó su triunfo, el 2 de abril de 1979 juró su cargo ante el Rey, con lo que se convirtió en el primer Presidente de Gobierno constitucional.

Después de superar una moción de censura de la oposición socialista en el Congreso de los Diputados el 28 de mayo de 1980, las críticas a su gestión por parte de diversos sectores sociales y políticos y la crisis permanente en su partido, le llevaron a dimitir como presidente del Gobierno el 29 de enero de 1981.

De UCD a CDS

A su salida del gobierno siguió su abandono de UCD, por diferencias internas, fundando en mayo de 1982 un nuevo partido, el Centro Democrático y Social, con el que concurrió a las elecciones generales del 28 de octubre de ese año y fue elegido diputado por Madrid.

Fue entonces cuando pasó al plano internacional y fue nombrado vicepresidente de la Internacional Liberal y Progresista, convirtiéndose en presidente de la misma entre octubre de 1989 y septiembre de 1991. Pero mientras ganaba relevancia internacional su imagen en España se iba apagando. Pocas apariciones públicas y escasa presencia en los medios de comunicación se tradujeron en un fracaso electoral del CDS en las elecciones generales de 1989, que se repitió en los comicios locales y autonómicos de 1991.

Por esta razón, el 26 de mayo anunció su dimisión como presidente del CDS y meses después, el 29 de octubre, el Congreso de los Diputados aceptó la renuncia a su escaño de diputado. Desde entonces se mantuvo apartado de la vida política, excepto en 2003, salvo por su aparición en el ya mencionado mitin en apoyo de su hijo en 2003.

Una familia azotada

La enfermedad y la muerte visitaron quizás en demasiadas ocasiones a la familia Suárez. Amparo Illana, esposa del ex presidente, murió en 2001 tras una larga batalla contra el cáncer .

Tres años después, también su hija Mariam Suárez acabó perdiendo la guerra que libraba desde hacía entonce 11 años contra la misma enfermedad. «Sé que me puedo morir, pero el tiempo que transcurra hasta entonces quiero vivirlo lo mejor posible», decía Mariam Suárez en mayo del año 2000.

El ex presidente del Gobierno posee múltiples condecoraciones por su labor política, como la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de Carlos III y el Collar de la Insigne orden del Toisón de Oro, —la orden dinástica de mayor prestigio del mundo, que le fue entregado por los Reyes—. También recibió numerosos homenajes en vida, el último de ellos el 8 de mayo de 2012 en el Congreso de los Diputados.

Tras numerosas hospitalizaciones, aquejado de su enfermedad, la llama de Suárez está a punto de apagarse. Pero su luz seguirá iluminando la historia de España para siempre.

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