El «contouring» o contorneado del rostro es la última tendencia de maquillaje que viene pisando fuerte desde las alfombras rojas de todo el mundo. Y aunque es una técnica que los profesionales utilizan desde los años 80, famosos como Kim Kardashian o Jennifer López, han conseguido que aficionadas al maquillaje de todo el mundo se atrevan con este nada sencillo ritual de belleza.
Porque el contorneado del rostro es poco menos que una técnica pictórica, ya que consiste en esculpir los rasgos faciales mediante un juego de luces y sombras. Nada que Caravaggio no hubiese descubierto ya hace más de cuatro siglos.
En realidad, lo que se persigue con el «contouring» es crear sensación de profundidad en ciertas zonas mediante un color oscuro (contorno) y resaltar e iluminar formas que nos favorecen con un tono muy claro (iluminador o corrector) para conseguir así unas facciones ideales. Suena genial, pero si no te dan un patrón a seguir no es nada sencillo.
Vamos a ello. Para contornear tu rostro necesitarás:
- Un buen corrector y, si deseas un toque resplandeciente, un iluminador. Ambos tendrán que ser de un tono bastante más claro que tu color de piel, para lograr el efecto deseado.
- Un contorno (suelen venir en paletas de contorno). Si no dispones de uno, puedes sustituirlo por unos polvos bronceadores.
- Brochas de rostro:
1. Para aplicar el color: una de corte biselado, gruesa y en punta, o una para aplicar maquillaje fluido.
2. Para fundir las transiciones y difuminar: alguna brocha que te permita mezclar como la «mofeta» o una «kabuki».
Dónde se aplica el contorno
Aunque siempre depende de la forma de tu rostro y de los posibles volúmenes que quieras atenuar, las zonas básicas son:
- Bajo los pómulos (dibuja una línea desde la oreja a la comisura del labio y trázala solo a medio camino).
- A los lados de la frente, sobre las sienes. Marca un par de puntos, que deberán ser más grandes cuanto más amplia sea tu frente.
- Sobre la frente: un par de líneas paralelas a las cejas. Omite este paso si tienes la frente corta.
- Alrededor del tabique nasal: desde el nacimiento de cada ceja, hasta el comienzo de la aleta. Si tu nariz es gruesa, pinta también los laterales de las aletas. Si no, corta ahí.
- Bajo el labio inferior: para dar mayor profundidad y sensación de grosor.
- Bajo la línea de la mandíbula: para estilizar el corte de la cara.
- Alrededor de las clavículas: para crear sensación de profundidad y estilizar el escote.
Dónde se aplica el corrector / iluminador
Igualmente, tú decides que zonas resaltar de tu rostro, pero suelen ser:
- Sobre los pómulos: de forma paralela a la línea que has marcado con el corrector.
- En la línea central de la frente, respetando los puntos en los que hayamos decidido aplicar el contorno.
- Sobre la línea del tabique de la nariz: para estilizarlo.
- Sobre el «arco de cupido» (la unión central del labio superior): para dar más volumen.
- En la barbilla: para terminar de dar forma al rostro.
- Sobre las clavículas: para remarcar la profundidad creada previamente por el contorno.
- En el lagrimal y bajo el arco de la ceja: para dar un toque de luz y «levantar» la mirada.
Aplica el iluminador por triángulos
Si te ayuda, simplemente puedes dibujar triángulos invertidos con el corrector o el iluminador y rellenarlos para después difuminar. Un triángulo en la frente que confluya entre las cejas, otros dos sobre los pómulos y uno más pequeño en la barbilla te darán el patrón básico. Luego solo tendrás que marcar la línea del tabique y si quieres dar un toque sobre los ojos y las clavículas. Es un truco muy útil.
Funde las líneas
Cuando te hayas aplicado el contorno y el corrector deberás superar ese momento terrible en el que te ves en el espejo y te acuerdas de Rafiki, el del Rey León. Tranquila, eso a Kim, la musa del «contouring», también le pasa y mira qué mona va luego.
Confía en la magia del maquillaje y entrégate al «blending» para ir difuminando los tonos y fusionando las transiciones entre uno y otro. Lo más importante es que no se vean líneas en tu rostro, sino cambios de luz. Para ello deberás dar pasadas repetitivas con las brochas dibujando líneas o círculos, dependiendo de la zona.
Sella el corrector con iluminador
Como último paso y para sellar el corrector que suele tener una textura fluida, aplica el iluminador el polvo de forma muy sutil. Ten cuidado con la luz que usas al maquillarte porque puedes excederte con el iluminador y provocar el efecto que ya conocen Eva Longoria, Angelina Jolie o Nicole Kidman. ¿Recuerdas esas imágenes?
¿Qué se aplica antes, contorno o maquillaje?
Como siempre, cada maestrillo tiene su librillo, pero el orden más lógico para no trabajar en vano sería:
- Base de maquillaje
- Maquillaje de ojos
- Contorno y corrector
- Iluminador y colorete en las mejillas
Dependiendo de el nivel de cobertura que desees (y del tiempo que tengas para maquillarte), puedes incluso saltarte el paso del maquillaje y aplicar directamente el contorno y el corrector. Eso te permitirá dar color a tu rostro a la vez que corriges imperfecciones y lo contorneas.
En el siguiente vídeo puedes ver un buen ejemplo de técnica «contouring»: