Recién estrenado el otoño muchas se disponen a visitar de nuevo la peluquería para dejar atrás los looks veraniegos y estrenar un nuevo estilo de cabello acorde con la nueva estación. En este sentido, las coloraciones están a la orden del día y es el momento de buscar colores y técnicas que nos permitan adaptar nuestra melena a ese cambio de luz que se produce en el ambiente en esta época. ¡Y las mechas «face framing» son una opción ideal para hacerlo!
Y es que toca despedirse de los tonos iluminados fríos propios de los meses del verano y dar la bienvenida a coloraciones más cálidas y apagadas, que encajan mejor con la luz propia del otoño. ¿Cómo se consigue con esta técnica?
¿Qué son las mechas «face framing»?
Es un tipo de mecha que recuperamos de los años 90 (como tantas otras tendencias de belleza actuales) y que, como su nombre indica, consiste en enmarcar el rostro de luz. ¿Cómo? Con un trabajo de mechas estratégico que provoque un efecto iluminador de las facciones.
En esta técnica el contorno del rostro ha de estar muy iluminado, por lo que los mechones delanteros, los más pegados al rostro, se enfatizan más, incluso con una tonalidad más clara que en el resto del cabello. Es lo que se conoce como mechas «money piece» y que en esta técnica se incorporan para enfatizar ese enmarcado del rostro que resulta tan favorecedor.
El resto del cabello se aclara también con mechas que se perciben sobre todo de medios a puntas de forma que se obtiene una melena con aclarado progresivo y degradado. Es decir, hay una transición entre tonalidades de la raíz, más oscura, a las puntas, totalmente claras. Esto permite un resultado de lo más natural, porque mantiene la sección superior con el tono base (si acaso, con algún matiz) y deja la iluminación para la parte inferior, lo que no afectará a medida que vaya creciendo el pelo.
Mechas «face framing»: ¿cómo se hacen?
Se trata de una técnica que busca conseguir el degradado de color, con lo que las mechas se aplican de forma diferente en cada sección del cabello. Así, los mechones delanteros se saturan por completo, sin separaciones, para conseguir ese efecto iluminador que enmarque el rostro. Igualmente, las secciones inferiores se aplican con una mínima separación que se consigue con el crepado de los mechones (cardado) o con la técnica «air touch», que consiste en aplicar aire frío con el secador para retirar el cabello aún en crecimiento y dejar solo el largo igualado. Ambas opciones (que no son exclusivas de esta técnica), permiten un acabado más natural en toda la melena.
En las secciones superiores, las mechas se aplican de manera mucho más sutil para permitir que el color de base sea el dominante y favorecer esa transición descendente hacia el tono más claro. Para ello, entre mecha y mecha se dejan mechones de separación (aparte de aplicar alguna de las técnicas anteriores para retirar los pelitos más cortos). Así se va avanzando sucesivamente hasta que el número de mechas y color se intensifican de los medios a las puntas.
Cabe destacar que en las «face framing» la decoloración se aplica de raíces a puntas, aunque el efecto raíz se evita por varias razones. Primero, porque en la parte superior las mechas se aplican con mucha transparencia, dejado hebras iluminadas muy sutiles que no resultan nada evidentes cuando el cabello crece. Segundo, porque de medios a puntas, donde la cantidad de mechas se intensifica, se aplica una técnica llamada «root melt» a la altura de la raíz en las distinta secciones horizontales con el color de base deseado, que se difumina hacia abajo con una pasada del peine.
Asimismo, hay que recordar que el «face framing» se puede combinar con otras técnicas en el resto del cabello, como el «balayage» y las «babylights», para conseguir efecto originales y muy personalizados.
Ventajas de las «face framing»
¿Por qué te van a convencer las mechas «face framing» este otoño? Pues porque tienen un montón de ventajas. En primer lugar, que son muy naturales, ya que corresponden a esa categoría de mechas que mantiene la raíz al natural para marcar un degradado de color que queda muy integrado en el cabello. Por eso mismo, es un tipo de técnica que añade dimensión al cabello, ya que combina varias tonalidades que aportan matices muy naturales a la melena. Esto se traduce en una sensación de mayor volumen en el pelo.
En segundo lugar, son unas mechas de bajo mantenimiento, ya que el tono iluminado no se percibe desde la raíz, sino que en la sección superior se aprecia a modo de finos reflejos que se van intensificando en los medios para convertirse en un rubio sólido en las puntas. Esto permite que puedas espaciar mucho más de lo habitual las visitas al salón de belleza.
A todo esto hay que sumarle que son unas mechas que también rejuvenecen, como tantas otras, pero con el efecto adicional de los mechones que enmarcan el rostro y que le proporcionan mucha luz. ¡El antes y después es muy revelador!
En tercer lugar, se trata de una técnica de lo más versátil ya que puede adaptarse a todos los largos de cabello, cortes y tonalidades de melena. De hecho, las mechas «face framing» para morenas son unas de las más buscadas dentro de esta técnica. Y es que permiten iluminar el rostro sin comprometer toda la melena ni sufrir el efecto raíz cuando crece el cabello con el paso de las semanas.
¿A que ya estás deseando coger cita en la peluquería para hacértelas?