
Muy atrás quedaron el verano y los reflejos dorados por el sol. Las mechas naturales de estilo surfero, que dejan los meses de vacaciones, son anheladas durante todo el año. Sin embargo, eligiendo bien el tipo de coloración, puedes llegar a conseguir ese toque natural que aporta luz a tu cabello. Si además, el color que elijas es fácil y económico de mantener, la elección será perfecta.
Las mechas requieren de cuidado, tiempo y presupuesto. Las mechas de bajo mantenimiento se han convertido por ello en la mejor forma de darle a tu melena el tan codiciado toque dorado bajo el sol.
El color base de tu pelo es la clave
Todo parte del color base de tu pelo. Para conseguir unas mechas fáciles de mantener en el tiempo lo ideal es elegir subtonos dorados e irisados que logran un aspecto súper natural y con mucha luminosidad y brillo. Se puede conseguir con diferentes técnicas, pero las más demandadas serán Babylights o Balayage por su cómodo mantenimiento y su aspecto natural.
Mechas Babylights
La idea es reproducir esos mechones rubios que aclara el sol en verano, impregnando el color en los pelos largos, pero también en las melenas cortas. Los rubios son la coloración ganadora en matices miel, caramelo y blanco nórdico.
Las mechas babylights consisten en aclarar mechones finos por todo el cabello, para dar un toque de luz y luminosidad. La ventaja de este tipo de mechas es crear una verdadera ilusión de volumen en el cabello, gracias a los diferentes reflejos que brinda esta técnica.
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Jennifer Aniston o Margot Robbie son algunas celebrities que se han sumado a esta tendencia combinando las babylights con las mechas balayage alternando mechones pictóricos con mechas más delgadas para lograr un efecto verdaderamente multidimensional.
Mechas Balayage
Es una técnica de aclaración en la que se crea un degradado de color en el cabello. Las mechas balayage mantenien el color natural de las raíces, creando un efecto de naturalidad y profundidad. Todo ello, manteniendo siempre la armonía de color con el tono natural e integrando de forma perfecta las diferentes tonalidades. Además, requiere de un bajo mantenimiento. Basta con un retoque de color en la peluquería cada 3-6 meses, dependiendo de los tonos que hayas aclarado tu cabello y el nivel de contraste que exista con tu tono natural.
Aunque en sus inicios esta técnica surgió como un degradado para cabellos rubios o claros, en los últimos años se ha ido incorporando a todo tipo de bases, tanto castañas como morenas, con tonalidades más tofee, avellana e, incluso, en tonos canela. Todo ello, manteniendo siempre la máxima naturalidad, una de las premisas de esta técnica.