No hay nada que haga la mirada más seductora que un eyeliner (lápiz de ojos), y es que su poder de transformación del ojo es impresionante. Claro está, siempre y cuando sepamos usarlo correctamente. Y esto va más allá de nuestro tipo de ojo, que también, sino del producto que utilicemos.
El eyeliner es un básico de nuestro neceser de make up pero la mayoría mantiene una relación de amor-odio con él. Conseguir un delineado decente no es tan complicado aunque requiere de cierta maña, afortunadamente las firmas de maquillaje se han percatado de ello y actualmente es realmente complicado no dar con un tipo de eyeliner con el que nos defendamos dignamente para conseguir esa mirada rasgada que tanto ansiamos, o al menos acercarnos bastante.
Pero, ¿cuál es el delineador perfecto para mí? Aquí están todos los que existen.
- Eyeliner en gel: En botecito, el producto se aplica con un pincel. Requiere de cierta destreza aunque una vez se coge cierta técnica los resultados son impresionantes. ¿Por qué? Sencillamente porque con la ayuda de pincel podemos adaptar el trazo al que mejor va con la forma de nuestro ojo (más fino, más grueso, más largo…). Las opciones se multiplican también para hacer con un mismo producto distintos looks. Por esto es el favorito de los maquilladores profesionales.
- Eyeliner líquido: Se puso de moda hace unos años y sigue imbatible, aunque ya le han salido duros competidores. También es un bote pero el aplicador –en forma de pluma- forma parte del mismo. También permite ‘moldear’ el trazo a nuestro gusto y suelen ser de larga duración, eso sí requiere de un buen pulso para que el perfilado sea bien definido y no nos manchemos el párpado. Una vez controlado es muy suave de aplicar y el trazo es muy intenso.
- El lápiz clásico: El perfilador de ojos de toda la vida, el rey de los tutoriales de Youtube. Con una punta bien sacada –si no el trazo puede ser demasiado grueso e imperfecto- el tradicional lápiz es relativamente fácil de usar, además siempre podemos definir el acabado con un pincel o la típica goma que viene en algunos lápices para difuminar sin ser una experta en la materia. Lo mejor es que se puede usar también en la línea de agua. Lo mejor del lápiz es que tiene muchas variantes, más suave tipo Kohl, más intenso, cremoso, waterproof, automático… El efecto suele ser más mate que otros eyeliner.
- Eyerliner rotulador: Es muy preciso ya que se coge bastante bien, con lo que el resultado suele ser muy bueno sin tener demasiada experiencia. El efecto suele ser más lacado y queda genial con looks más definidos. No obstante el rotulador también tiene sus contras, y tiene que ver con la seguridad en el trazo. No hay que titubear mucho pues este tipo de eyeliner da poco margen al error, suele secarse muy rápido y cualquier fallo en el perfilado o mancha puede darnos algún que otro quebradero de cabeza.
- Eyeliner ‘cuchillo de pizza’: No es su nombre real, pero puede conocerse así porque el aplicador tiene la típica forma redonda con la que se cortan las porciones de pizza. ¿Ventajas? Pues que la técnica es más que simple. Hay que poner la ruedecita en el lagrimal y sin levantarlo llevarlo por el ras de las pestañas hasta el rabillo del ojo estirando un poco la piel. Se puede ir rellenando si se quiere un acabado más espectacular.
- Eyeliner Tridente: En formato rotulador es el culmen de facilitar las cosas. El aplicador a ras de pestañas dibuja punto por punto lo que será el perfilado, luego solo hay que rellenar la línea a puntos que hemos marcado cubriendo toda la pestaña.
- Eyeliner Kajal: Más consistente que el kohl aunque más suave que el clásico lápiz, se usa para el delineado exterior y también es perfecto para el ras de pestañas inferiores. También es ideal para difuminados.
- Eyeliner en sombra: Con una sombra muy pigmentada y la ayuda de un pincel de delineado se puede realizar un trazo a ras de pestañas que da mucha intensidad al ojo.