Por primera vez tras su ruptura con Kiko Rivera, Irene Rosales se ha sentado en un plató de televisión para hablar sin filtros sobre una de las separaciones más mediáticas del año. La sevillana, que siempre se ha mantenido discreta ante los focos, ha decidido contar cómo vivió los últimos meses de su relación con el DJ y qué le llevó a poner fin a más de una década de vida en común.
La pareja, que llevaba once años junta y dos hijas en común, anunció su separación el pasado agosto a través de un comunicado conjunto en redes sociales. En él, ambos aseguraban que, pese a tomar caminos separados, seguirían unidos por el bienestar de sus hijas, una prioridad que, según Irene, sigue siendo su guía a día de hoy.
Una ruptura tranquila pero inevitable
Irene ha querido aclarar que la decisión no fue fruto de un enfado ni de una crisis repentina, sino un proceso natural de desgaste. “Nos dimos cuenta de que éramos familia, pero no nos notábamos como una relación”, explica con serenidad.
Según cuenta, tanto ella como Kiko sintieron que ya no eran felices al cien por cien y que lo más honesto era separarse antes de que el cariño se transformara en costumbre. “Él notó más mi distanciamiento después del verano, pero la decisión fue mutua”, reconoce.
La modelo asegura que, aunque le costó dar el paso, necesitaba sentirse en paz con la decisión: “A mí me cuesta mucho soltar y me dio seguridad ver que él estaba en el mismo punto. Saber que los dos buscábamos la felicidad por separado me ayudó a seguir adelante.”
“El peor día fue comunicárselo a las niñas”
De todos los momentos que ha vivido en los últimos meses, Irene recuerda uno como especialmente doloroso: el día en que tuvieron que comunicarles la separación a sus hijas.
“El peor día fue comunicárselo a las niñas. Fue muy rápido, porque a los tres días de tomar la decisión ya se lo dijimos”, confiesa emocionada. Afortunadamente, explica que las pequeñas lo asumieron con naturalidad y que, aunque fue duro, lo afrontaron como familia, intentando mantener la estabilidad y el cariño en casa.
“No he pasado el luto de mis padres”
Durante la entrevista, Irene también abrió su corazón sobre una de las etapas más duras de su vida: la pérdida de sus padres. La sevillana reconoció que nunca llegó a vivir el duelo completamente, en parte por su carácter fuerte y por la necesidad de seguir adelante:
“Creo que no he llegado a pasar el luto de mis padres. Tuve una semana muy mala cuando falleció mi madre, pero después no me he permitido tener bajones. Me lo he comido sola. Soy muy dura, ahora lo soy mucho más.”
Asegura que la ausencia de su madre sigue pesando en su día a día, aunque ha aprendido a convivir con ese dolor sin dejar que la paralice. “Echo en falta a mi madre, a veces más de lo que puedo decir, pero he aprendido a canalizarlo.”
“He aprendido a priorizarme”
Más tranquila y centrada, Irene afronta esta nueva etapa con optimismo. “He aprendido a priorizarme y a escucharme más. Antes me volcaba en los demás y ahora estoy intentando pensar también en mí”, admite. Su objetivo, asegura, es mantener la calma y cuidar de su familia: “Lo más importante es que las niñas estén bien. Y lo están. Tenemos una relación respetuosa, y eso es lo que cuenta.”
La entrevista de Irene Rosales marca un antes y un después en su imagen pública. Por primera vez, ha mostrado sin miedo su vulnerabilidad y su fortaleza, dejando claro que detrás de la discreta mujer que acompañó durante años a Kiko Rivera hay una persona que ha aprendido a reconstruirse desde el amor y la serenidad.