La «baby shower» o fiesta del bebé es esa celebración previa al nacimiento del retoño en la que se agasaja a los padres con regalos para la crianza del pequeño. Aunque como tal es de tradición americana, lo cierto es que este tipo de celebraciones tienen un origen ancestral, y en casi todos los países del mundo se celebran antes o después del nacimiento.
En España cada día tienen más presencia las «baby showers» y suelen ser las amigas o familiares de la futura mamá quienes se encargan de organizarlo. Aunque originalmente se trata de una reunión en la que las madres más experimentadas compartían información y consejos con la embarazada de cara a la crianza y los cuidados del futuro bebé, hoy en día la atención se centra en los regalos que las invitadas hacen a los futuros padres a modo tanto de detalle como de ayuda.
Cómo decorar una «baby shower»
Uno de los aspectos más importantes en este tipo de celebraciones es la decoración. Aunque sin necesidad de caer en la clásica distinción de colores por género, lo cierto es que se suele recurrir al estilo naif para ambientar este tipo de fiestas, tratando de que accesorios e incluso aperitivos compartan un mismo código de color. Para ello, podemos tener en cuenta los gustos de los padres, algo en lo que seguramente pueden aportar los familiares y amigos más apegados a la pareja.
Las temáticas para ambientar una fiesta del bebé pueden ser de lo más variadas, aunque lo mejor es siempre indagar para dar con los gustos de los futuros padres: ositos, unicornios, superhéroes y personajes de dibujos, bailarinas, animales, piratas, motivos espaciales, etc.
En cuanto a los accesorios decorativos, no pueden faltar los globos con los colores elegidos, a ser posibles, colocados formando algún tipo de estructura o con las letras del nombre del pequeño. Tampoco deben faltar elementos como las guirnaldas (de tela, de papel, con luces, etc.), especialmente con el nombre del bebé, rosetones, pompones, farolillos, pizarras con mensajes y todo tipo de elementos para decorar las paredes.
Una idea original para decorar la fiesta pueden ser las cajas con letras que se rellenan de globos. Con ellas podemos desde indicar el nombre del bebé como cualquier otra palabra que tenga sentido dentro de la temática.
Uno de los elementos protagonistas de una «baby shower» es la tarta, también tematizada y personalizada con el nombre del bebé, por ejemplo o algún mensaje para los padres. Para sorprenderlos podemos recurrir a algún obrador de tartas tipo fondant que haga realidad el diseño personalizado que le propongamos, siempre teniendo en cuenta la temática y los colores elegidos para la decoración. En Estados Unidos, incluso se aprovecha la tarta para anunciar a los padres el sexo del bebé, lo que se convierte en todo un acontecimiento.
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Es habitual también que en la fiesta del bebé se incluya algún tipo de mesa dulce o «candy bar» con golosinas, pasteles y algo de bebida que atraigan tanto a nivel visual como del paladar. Es el caso de golosinas y «cupcakes» elaborados con los colores de la decoración y que incluyan el nombre del bebé.
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Cómo celebrar una «baby shower»
El término anglosajón hace referencia a una lluvia de regalos por parte de los invitados a la celebración hacia los padres. Si queremos ser prácticos, entre ellos no deben faltar todo tipo de accesorios y complementos que se emplean en el cuidado del bebé desde la higiene (son típicas las «tartas» de pañales, los set de baño, toalla, etc.), hasta la ropita del bebé (básicos como los bodis, peleles, pijamas, leggins, gorritos, muselinas, patucos o calcetines, etc), pasando por accesorios de alimentación (sacaleches y biberones para los primeros meses, baberos, platos, vasos de aprendizaje y cubiertos para cuando toque la alimentación complementaria), entre muchos otros.
Si tenemos capacidad para hacerlo, también podemos hacer regalos de mayor presupuesto entre varias invitadas, como la cuna, la bañera, el cambiador, la hamaca, el vigilabebés, el carrito de paseo, etc.
Otra idea alternativa es hacer un regalo a los padres o a la madre de forma individual, que aunque durante el embarazo es la gran protagonista, después del nacimiento suele pasar a un segundo plano. Puede tratarse de un regalo a modo de recuerdo, como una joya grabada o de algo más práctico para la familia, como un servicio de limpieza del hogar que seguramente agradecerán durante las primeras semanas de vida del pequeño.
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Ya en la fiesta, puede ser divertido organizar la entrega de regalos con algún tipo de juego de pistas que deban ir resolviendo los padres. De hecho, si la pareja se presta, podemos jugar a desvelar el sexo del bebé, como ya es tradición en algunos países como Estados Unidos. Para ello, además de tener acceso al resultado de la ecografía que lo confirma, podemos recurrir a juegos con piñatas, cajas con globos, bombas de humo de color o incluso el ya clásico recurso de revelarlo a través de la tarta.
Además, podemos plantear toda una jornada de juegos temáticos relacionados con el inminente nacimiento. hay algunos clásicos como poner pañales a un muñeco con los ojos cerrados, intentar atarse los cordones con globos en la barriga imitando a la embarazada, dar de comer a los demás a la boca con los ojos tapados, adivinar cuánto mide la barriga de la mamá cortando una cinta a ojo, etc.
Por último, también podemos dejar un bonito recuerdo para el bebé y los padres creando un libro de dedicatorias en el que los asistentes dejen sus mensajes y buenos deseos al pequeño.