Cuarto de maravillas

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Intervenciones

Una de las muestras inequívocas del interés cultural por las vanguardias artísticas en las ciudades son los museos de arte contemporáneo. Los fondos permanentes, las exposiciones temporales, las actividades que se organizan, el número de visitantes y sobre todo el número de personas que vuelven, es decir, que retornan periódicamente. Es lo que indica que está vivo. No vale aquí eso de «ya lo conozco, tachado de la lista». A mí me encanta salir de un museo con la sensación de que necesito más tiempo, de que tengo que volver. Porque para disfrutar del arte yo prefiero que sea en pequeñas dosis. Hoy vuelvo al CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) para contaros lo que veo.

Está enclavado en la Isla de la Cartuja, en una parcela rica en barros donde hubo hornos alfareros almohades, se erigió sobre ellos un monasterio de cartujos en 1399 y con la desamortización de Mendizábal volvió a tener uso como fábrica de cerámica. Rodeado de amplias zonas verdes, también se utilizan como lugar de exposición de piezas o instalaciones. Llego en moto hasta la entrada y la dejo allí.

Hace un día soleado de mayo y la fachada de piedra luce espléndida, un poco a contraluz.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

A ambos lados del paseo central que conduce a la entrada hay un estanque poco profundo, con trozos irregulares azules de algún material que no distingo, colocados de forma ordenada (por lo que deduzco que no es un accidente). Las orillas están sucias y la tierra cuarteada me recuerda a las marismas de Doñana los años de sequía. Parece que le falta mantenimiento.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Hay una cartela con el título: «Intervenciones en los exteriores del CEAAC» ¡ Ya veo! No es un accidente, como me suponía, no es una obra de arte ni una instalación. Es una «intervención». Es un término que me resulta familiar a fuerza de oírlo a los críticos últimamente. Ya ha quedado desfasado lo de las instalaciones, o sea, un conjunto de obras, piezas o fragmentos que forman un todo, una composición artística. En realidad las instalaciones yo las entiendo como centrípetas, completas en sí mismas.

En contraposición, las intervenciones no se entienden ellas solas, inciden en el espacio, siempre hay que ponerlas en relación con su entorno. Son instalaciones agresivas. ¿Os acordáis de la artista americana que recubre de ganchillo las esculturas de las ciudades? Algunas intervenciones son efímeras y otras con vocación de permanencia. Bueno, pues este último parece ser el caso de la obra «Lagunas» de Maura Sheehan, (EEUU, 1954) hecha en el año 2000. Explica el cartel que la artista, que utilizó piezas de mármol procedentes de la remodelación del edificio, quiso acentuar dos conceptos: el de ruina (por alusión a lo que ocurre en la Isla de la Cartuja tras el 92) y el azul, por los remates cerámicos del edificio.
Bueno.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

La obra «Bus Stop», de Pedro Mora. (¿Eso puede considerarse un selfie?)

Cruzo la portada con forma de arco de triunfo y paso al patio. Un grupo de niños de un colegio miran embelesados la cara y la mano gigantescas que asoman entre las piedras del reverso de la fachada. Es otra intervención con vocación de permanencia, la obra «Alicia» (2009), de Cristina Lucas (Jaén, 1973). Hace alusión al pasaje de Alicia en el país de las maravillas en el que la niña se come un pastel con la inscripción cómeme, y empieza a crecer sin control hasta no caber en la habitación donde se encuentra.
Curiosa, me parece divertida.
Bueno.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

En la nave central de la iglesia gótica, nada más entrar, nos encontramos a derecha e izquierda la sillería del coro del monasterio preciosamente tallada en madera. Justo detrás de ella, unos módulos de madera clara con unas televisiones emitiendo video. Es la obra «Cultura y Ocio. Periferia» (2006) de Andreas Fogarasi (Viena, 1977). Una señorita explica a un grupo de adultos que son dos tipos de mobiliarios (la sillería del coro y los módulos) utilizados para la misma función: la transmisión de mensajes y la diversión.
Bueno.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Cruzo el claustrillo mudéjar, precioso con sus arcos esbeltos, y accedo al refectorio, que parece estar dedicado a la cerámica. Vitrinas con piezas de muy diferentes épocas vinculadas a la historia del monasterio se enfrentan a una obra de Valeriano López (Granada, 1963) llamada «Paseo de la Bomba» (2005-06). La cartela reza lo siguiente: «Instalación con piezas de cerámica popular granadina intervenida. Medidas variables».

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Granada ciudad, granada de mano, paseo de la bomba, cerámica entera y cerámica rota… ¿Cómo se las arreglan las limpiadoras aquí? («Mira, niña, mete todo esto en una bolsa de basura mientras yo paso el aspirador, y después lo desparramamos otra vez, que el autor seguro que se ha vuelto ya a Granada»).
Bueno.

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Una televisión antigua emitiendo unos graznidos muy desagradables y un trozo de cuero doblado y sucio.
Bueno.
¡No! ¡Bueno, no! ¿Pero esto qué es?

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

¿Instalación o intervención?

Antes de irme vuelvo la vista atrás y me fijo, ya menos enfrentado el sol, en los adornos de cerámica azul del edificio. Y entiendo un poco más la obra «Lagunas».
Aunque, definitivamente, prefiero el arte que no necesita explicación.

Más en Estilo de vida