Enrile es un taller fundado en Sevilla en 2002 que se dedica a la confección artesanal de productos de marroquinería y calzado que celebra sus 15 años de vida siendo elegido como el único representante español incluido en el libro «Made to Last» (que saldrá a la venta el 14 de noviembre). Se trata de un recopilatorio que ha elaborado la escritora y periodista australiana Vanessa Murray para rendir homenaje a los productos artesanales y sus profesionales.
En este caso, destaca la labor de Antonio García Enrile por los zapatos que elabora, por encargo y de forma completamente artesanal, con piel Cordovan o anca de potro. Su confección es totalmente manual y requiere cuatro días de trabajo y 20 días de secado. La piel con la que se confecciona también es sumamente especial: procede de la prestigiosa casa Horween de Estados Unidos, donde se curte a mano con pigmentos vegetales que hacen que sea transpirable y sus propiedades incluso mejoren con el paso del tiempo.
Bulevar Sur no ha querido perder la oportunidad de hablar con este reconocido artesano que ha conquistado a clientes de lo más exigentes, desde el Rey Juan Carlos hasta diseñadores internacionales como J. Crew y Carolina Herrera, entre otros.
¿Cómo se puso en contacto con vosotros Vanessa Murray?
Hace algo más de nueve meses contactó con nosotros gracias a Instagram. Investigó y vio que blogs especializados se habían fijado en nosotros… También le mostramos más publicaciones sobre nuestro trabajo de Australia y otros países y decidió que le interesaba contar con nosotros como únicos españoles y también como únicos zapateros en su libro. Para mí personalmente y para todo el equipo de Enrile es un gran honor haber sido incluidos en este recopilatorio en el que figuran artesanos de todo el mundo. También es un reconocimiento a todos los profesionales de este país que han convertido a la Marca España en un sinónimo de calidad y creatividad en el mercado global de la artesanía.
¿Qué otro tipo de artesanos han sido seleccionados?
Desde un artesano de bicicletas de bambú, a otro del vidrio soplado… Todos artesanos de los que hay pocos, hasta hay un tipo que hace ruedas de carros como antiguamente. Nos dijo que le llamó la atención que realmente no había encontrado zapateros que siguieran trabajando de esta manera. Le parecía un oficio casi perdido.
¿Cómo acabaste dedicando su vida a la artesanía y al calzado?
Estudié Marketing pero siempre, desde joven, hacia pulseritas… Los zapatos me interesaban y atraían mucho. Busqué un zapatero que me los hiciese, pero no hacían lo que yo querían. Decidi hacerlos yo, por eso me formé en Elda y otra parte tuve que aprenderla de forma autodidacta porque en España no había…
¿Quiénes son los referentes en este sector?
De este tipo de zapato de calidad en España hay solo dos conocidos. Fuera sí hay más, pero puede que estemos hablando de no más de 15 en Europa. En Florencia es donde hay un mayor numero de zapateros de calidad.
¿Quizá por el sentido de la moda de los italianos?
Hay más mercado, también más cultura. Si dices que un zapato vale 700 euros en Sevilla les parece una barbaridad, allí el más barato vende el par por 2.500 euros y está desbordado de trabajo. Tienen la feria de moda clásica de hombre Pitti Uomo y eso les aporta un mercado mas potente, llegan extranjeros…
¿Qué precios tienen tus zapatos?
Tienen un precio de salida 610 euros y los de Cordovan, 810. Después, el cliente puede ir eligiendo cositas que irían sumando. Tenemos bastantes modelos y sobre ellos el cliente puede elegir, desde la suela al pespunte… Son para gente muy aficionada al zapato, igual que los coleccionistas de relojes…
¿Qué otras pieles trabajas además del Cordovan?
Boxcalf, ternera engrasada y cueros vegetales en grano.
¿Cuántos pares de zapatos creas al año?
Se venden 60 al año, no podemos hacer más. No tenemos capacidad en realidad, puede que con más vendiéramos más… Pero para que una persona pueda hacer por completo el zapato necesita una formación de tres años y además no sabes si se quedará contigo o se irá… Es una complicada decisión.
¿Cuántas personas trabajan contigo?
En el taller somos tres personas y además otra que atiende al publico. Es un poco como una pequeña escuela, si no sería imposible, necesitaba formarles. Además, en Ubrique tenemos un taller con Antonio Pérez con el que llevamos 12 años trabajando, a veces tenemos desde cuatro hasta siete personas según los pedidos y la época del año. Allí se hacen algunas partes o piezas completas porque cuentan con maquinaria que aquí no tenemos, aquí nos centramos en la parte manual como bordados, por ejemplo.
Además de los famosos zapatos de Enrile, ¿qué artículos son los más demandados?
Hacemos maletas, bolsos, carteras, cinturones, gemelos… Quizá los más representativos son los gemelos y cinturones, también hacemos muchas correas de reloj por encargo.
¿Y los bolsos para mujer?
Hemos hecho pero no es mi fuerte. Es algo complicado porque hay que ser muy rápido para trabajar en la moda y yo soy todo lo contrario. Tienes un modelo, gusta, pero te lo piden en otro color… Y ahí nos perdemos, por eso apenas hacemos para mujer.
Sois lo contrario al «fast fashion»
Efectivamente. No estamos de moda. Es más, no hacemos rebajas ni descuentos. Lo que vendemos no es algo de moda. No va a cambiar el modelo que deje antiguo el anterior. Vienen clientes de carteras de hace siete años que nos piden la misma y la tenemos, en las mujeres pasa menos pero en los hombres sí. Vamos incorporando cosas nuevas, no tenemos rirtmo de temporadas, y apenas retiramos modelos que ya tenemos.
¿Crees que pese a ese imperio de la moda cambiante se valora la artesanía?
Creo que realmente se valora mucho y en España cada vez más y ayudan los blogs especializados. No hago lujo, hago artesanía de calidad, de la que no hay mucha. A la gente eso le atrae, la verdad que hay detrás porque al comprar un producto de marca se decepcionan con la calidad. Hay gente que comienza a valorar que un zapato o una maleta de piel de un artesano merece más la pena que una de lona de determinada firma. Muchas veces invitamos a los clientes a que pasen al taller para comprender los costes, todo lo que lleva detrás…
¿Cómo ha cambiado Enrile en sus 15 años de vida?
Ha cambiado mucho, abrimos el local con un taller en el escaparate de 20 metros, ahora el taller es de 50 y el resto es tienda. Las redes e Internet nos hacen vender mucho y atraen a clientes extranjeros, Alemania, Japón… Les preguntamos y vemos que llegan gracias a eso.
¿Qué objetivos o futuro tiene Enrile?
Desde luego, seguir dándole fuerte a Internet porque nos demuestra que con poca inversión es muy rentable. Es increíble que facturásemos un 40% más en ventas online el año pasado solo por las redes sociales. Ahora tenemos web también y hay que potenciarlo. También hay un par de tiendas en China interesadas en nosotros, tiendas de caballero de lujo que nos planteamos tenerlas como puntos de venta. La realidad es que nuestra capacidad de producción es muy limitada, precisamente por eso tiene valor el producto. La idea es ir poco a poco, hacer el taller más dinamico y producir algo más, pero no mucho porque esto es lo que es y gracias a lo que es, se vende.