Ocho errores que solemos cometer al colocar las cortinas en casa

Una buena decoración puede irse al traste por la colocación de unas cortinas inadecuadas. Estos pueden ser los motivos

Aunque pueda parecer un elemento accesorio sin mucha trascendencia, las cortinas tienen un peso considerable en la decoración de una casa. Y, al contrario de lo que pueda parecer, dar en el clavo con la cortina perfecta tiene su dificultad. Porque puede haber una diferencia considerable entre lo que nos gusta (diseños, tejidos, estampados, colores, etc.) y lo que realmente favorece a la decoración de nuestro hogar.

De hecho, una buena decoración puede irse al traste por la colocación de unas cortinas inadecuadas. Muchos pueden ser los motivos. Estos son algunos de los más comunes a la hora de elegir y colocar cortinas en casa.

Ajustarlas demasiado a las ventanas

Una premisa básica en decoración es que las cortinas han de sobrepasar las ventanas, tanto en ancho como en alto. Solo así conseguiremos dar una sensación de mayor espacio y luminosidad a la estancia, aunque la ventana no sea de grandes dimensiones. De lo contrario, si ajustamos las cortinas a las dimensiones exactas de la ventana, solo conseguiremos empequeñecerla al colocarlas sobre esta.

Así, debemos colocar una barra más ancha que la ventana, es decir, que sobresalga generosamente por los lados, para así dar la sensación de que esta es más amplia y no limitar el paso de la luz cuando las abramos. Y es que si las barras son más anchas que el marco de la ventana, al abrir las cortinas estas quedarán por fuera de este, dejando libre y al completo el espacio del cristal.

Asimismo, la barra debe quedar más cerca del techo que del marco de la ventana (a no ser que hablemos de techos excepcionalmente altos) para dar una sensación de mayor altura y amplitud. Así optimizaremos al máximo el paso de la luz, taparemos la caja de la persiana (en caso de que exista) y luciremos mejor la cortina. Si el techo es bajo, tendremos que instalar las barras en el mismo para que quede mejor.

Escogerlas demasiado opacas

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Puede que si nos dejamos llevar únicamente por el aspecto del tejido y el color, optemos por una cortina demasiado opaca que no deje pasar la suficiente luz como para iluminar la estancia. Lo más acertado siempre es elegir tejidos livianos, como el lino, que dejen pasar la luz a la vez que proporcionen la discreción necesaria. En caso de que deseemos emplear algún tejido opaco, lo mejor será reservarlo para las patas de las cortinas, de forma que queden fuera de las ventanas y no impidan el paso de la luz.

Estampados y acabados difíciles

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Aunque disponemos de una gran variedad de acabados y estampados para configurar nuestras cortinas, los diseños más llamativos solo suelen funcionar en decoraciones muy especiales y concretas. Lo más acertado será optar por cortinas lisas, en colores neutros y tejidos sencillos y naturales.

En caso de que queramos jugar con algún estampado en las cortinas, podemos optar por hacerlo con las patas, manteniendo los visillos lisos, y siempre que las paredes no estén decoradas con papel pintado o estampados.

No tener en cuenta el color de las paredes

Aunque la colocación de las cortinas suele ser uno de los últimos pasos de la decoración de una casa, si tenemos tejidos y colores elegidos hay que tener en cuenta siempre la pintura y decoración de las paredes. Si son blancas tendremos más libertad para elegir el diseño de la cortina, pero si están pintadas de algún color, habrá que considerarlo a la hora de combinarlas con los tejidos.

Igualmente, si el espacio está decorado con papel pintado, lo mejor será decantarnos por cortinas lisas y sencillas, en tonos neutros, que compensen estos estampados.

Demasiado cortas o largas

Las cortinas demasiado cortas no resultan estéticas ya que hacen que el espacio pierda fluidez y dinamismo. Lo idóneo es que rocen el suelo o incluso se apoyen, si hablamos de decoraciones modernas. Eso sí, si arrastran demasiado debemos saber que las tendremos que lavar con más frecuencia.

Poca tela

Si queremos que las cortinas formen ondas al colgarlas debemos contar con el ancho suficiente para ello. La regla para saber la cantidad de tela que necesitamos es calcular el ancho que necesitamos cubrir y multiplicarlo por 2,5. Si tan solo calculamos el ancho, sin más, obtendremos una cortina lisa, sin ondulaciones, al colocarla en la barra.

No tener en cuenta la funcionalidad

Además de un elemento decorativo, las cortinas con un accesorio funcional que pueden servirnos para diferentes usos: separar espacios, potenciar la iluminación, controlar la temperatura, aislar e impedir el paso del sol, entre los más importantes. Así, no solo debemos guiarnos por la estética de las cortinas y su función decorativa, sino elegir los materiales y diseños en función del uso que le vayamos a dar. Así, si tenemos un ventanal que deja pasar la luz del sol directa, quizá convenga usar una cortina más opaca, mientras que en un espacio con poca luz natural conviene usar un tejido más liviano.

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Además, dependiendo del lugar, en lugar de cortinas puede que lo más apropiado sea colocar persianas venecianas o estores. Ello dependerá de si hay muebles bajo las ventanas, así como del tipo de estancia.

Olvidar el dobladillo

Si dejamos las cortinas sin un dobladillo mínimo, tanto en el bajo como en los laterales, el tejido perderá peso y carecerá de caída. Por ello debemos tener en cuenta el largo suficiente para poder elaborarlo. La anchura de este dobladillo dependerá de nuestros gustos, del estampado y de la tipología de la tela.