Detalles y recomendaciones de decoración para organizar la perfecta merienda en el jardín con niños y perro
Normalmente el jardín está llenos de niños (y algunos padres) jugando al fútbol. En los alrededores de la piscina, las madres con sillas plegables de aluminio y plástico a rayas, que vuelven de la playa y aprovechan para darse un baño, quitarse la sal del mar y tomar un poco el sol. Las abuelas llevando a los nietos la merienda y quejándose del ruido que hacen con la pelota. Año tras año, verano tras verano. Cambian las caras, las generaciones, pero la escena es la misma.
Pero hoy es un día cualquiera de junio, laborable, los niños aún tienen colegio y las madres, trabajo. El jardín de la comunidad está completamente vacío. Y yo he sentido un impulso irreprimible de organizar una merienda entre los pinos casi centenarios de la urbanización. Quiero que sea perfecta, con colores alegres, con platos y vasos especiales, que me anticipe el verano que está ya en puertas. Y se me ha ocurrido acercarme a una de las tiendas más bonitas del pueblo a ver si me prestan algo con lo que complementar lo que tengo yo: Hogareño, en la calle Rodrigo de Bastidas, de El Puerto de Santa María, detrás del Supersol que está en la rotonda que va a Puerto Sherry.
Me atiende una chica rubia con acento del norte. «¿Puedo ayudarte en algo?». Ni se imagina lo que voy a pedirle…«A ver, necesito manteles, vasos y copas, bandejas, adornos, ummmmm…¿qué más?». Le cuento que es para organizar una merienda en un jardín. «¿Cuántos sois?», me pregunta. «La fotógrafa, tú y yo». Me mira con cara de «no será verdad», pero empieza a hacerle gracia mi propuesta y me deja rebuscar en su tienda y toquetearlo todo.
Me resulta difícil elegir, porque tiene montones de cosas apetecibles y originales. Pienso en la base de partida: unos muebles de jardín de Gandía Blasco (de aluminio lacado blanco, muy sencillos) y una vajilla de Melli Mello comprada en Westwing, con flores y mariposas multicolores. Me decanto por unos cojines en color coral y su coordinado en azules, y a partir de ahí surge todo: unas bandejas con alguna jarra para agua y zumo; vasos y copas de cristal y plástico, jaulas y portavelas de hierro y yute, etc.
Este es el resultado, ¿verdad que, como yo, lo queréis todo?
Los cojines de mariposas son de Zara Home, al igual que el camino de mesa fucsia, los de motivos marinos en coral y azulón son de Hogareño.
Fijaos qué bonito es el bajo plato de trazos amarillos y fucsias.
Dos jarras preciosas, una con forma de pato y la otra con detalle de cuerda.
Detalle de la original jarra de pato. ¡La quiero ya!
Bowl, jarrita y azucarero de Melli Mello sobre una bandeja de madera en azul decapado.
Bandeja de madera con asas de cuerda (Hogareño) y tomates corazón de buey, de Conil, una maravilla de la naturaleza que podemos encontrar en algunas fruterías del sur en estos meses de inicio de verano. ¡Aprovechadlo, que son un manjar!
Thor posando junto a un kilim de Hogareño, unos cojines blancos de Ikea y unas menorquinas rojas suyas (bueno, mías). Sabe que es el auténtico protagonista.
Olga Barcáiztegui , propietaria de Hogareño, y sus niñas, que hicieron buenas migas con Thor. Tanto es así, que cuando ellas se fueron a dar un chapuzón a la piscina, Thor no lo dudó un segundo y saltó la valla para acompañarlas. ¡Menos mal que no hay nadie en la urba!
P.D. Las fotos son de Lucila Vidal-Aragón