«¿Y si pudiésemos condensar en un solo establecimiento las mejores virtudes de los restaurantes de Sevilla?»
¿Cuántas veces nos preguntan a todos sobre nuestro restaurante favorito de Sevilla o cuál recomendaríamos a alguien de fuera?
A la duda inicial le siguen siempre varias preguntas «¿para qué?, ¿con quién vas a ir?, ¿de trabajo o con amigos?,¿carne o pescado?, ¿para almorzar o cenar?». Y mientras lanzas esas interrogaciones tu cabeza va intentando reducir el listado a un solo nombre o, máximo, dos.
Nosotros hemos hecho un ejercicio parecido pero en vez de uno de los existentes, nos sale uno inventado e idealizado que reúne las virtudes de nuestros favoritos.
Nada más llegar nos encantaría encontrarnos al aparcacoches de El Espigón, capaz de encontrar un sitio donde no lo hay. A renglón seguido desearíamos entrar en una sala luminosa y silenciosa como la del restaurante Oriza de la calle San Fernando. Un propietario pegado a su negocio y atento y alegre como Paco Jacquot de Cabo Roche nos daría la bienvenida. Conducidos por Begoña el reservado de Victoria 8 y mientras escogemos un vino de la surtida bodega de Salvador Rojo, nos llegan unos quesos y embutidos seleccionados por Federico Flores y unas gambas «especiales» de El pesquero.
Por ahí se acerca tan cómplice y dispuesto como siempre el maître de Becerrita para recomendarnos, de entrada, unos guisos caseros de Barbiana, un pescado recién traído de la costa por Tribeca, un arroz de Manolo Mayo o una carne de las muchas que ofrece La despensa. Y ya fuera de carta nos comenta qué tienen hoy «del día» en La Azotea. O que si queremos algo más ligero no dejemos de tomar alguna verdura como las preparan en Los Cuevas o de las del huerto de Sixto del Eslava.
La comida empieza a llegar a la mesa servida con la rigurosidad y eficiencia de Abantal pero con el cariño y el trato cercano que ponen siempre el personal de sala de Petit Comité.
Se acercan el momento de los postres y no sabemos si decantarnos por los que prepara la Abacería de San Lorenzo o por los de Robles.
Llega el momento de pedir la cuenta y lo hacemos tranquilos porque en pocos sitios como El Rinconcillo se encuentra esta relación precio-calidad que siempre buscamos. Y colorín colorado este sueño se ha acabado.