¿Están los poblados navideños sustituyendo al tradicional Belén en Navidad?

Esta tendencia norteamericana y del resto de Europa ha llegado a España y está conquistando los hogares. ¿Pondrías una representación de un pueblo navideño además de tu Belén en casa?

Según la tradición cristiana, fue San Francisco de Asís quien inició, en la Nochebuena de 1223, la primera representación navideña que daría origen a los belenes tal y como hoy los conocemos. Aunque el Belén ha variado mucho en su forma y protagonistas a lo largo de los años, la tradición de ponerlo en nuestros hogares cuando se acerca la Navidad se ha mantenido especialmente en España e Italia (que cuenta con Nápoles como cuna del belenismo).

De la misma manera en la que popularmente hablamos de que Halloween se ha instaurado en nuestro calendario de otoño como una fiesta más, también lo están haciendo otro tipo de tradiciones extranjeras. Papá Noel está ya tan asumido en el imaginario infantil español que hasta se ha estrenado recientemente una película en los cines llamada «Los Reyes contra Santa».

En este panorama de globablización extrema, ha aparecido una nueva tendencia que amenazaría (o no) a los belenes tradicionales. Hablamos de los pueblos navideños (Christmas Villages). En los hogares españoles comienzan a aparecer cada vez más representaciones de poblados típicos navideños que nos recuerdan a los famosos pueblos de la Alsacia, a otros europeos y norteamericanos.

Esta tendencia se ha alejado de cualquier conexión religiosa y actualmente es percibida simplemente como una decoración navideña más que atrae a niños y mayores por su belleza y por recordarnos a lo que vemos en las tradicionales películas de Navidad que ya emiten televisión y disponibles en plataformas o a esos pueblos a los que todos nos gustaría viajar. Si bien es cierto que de poner algún personaje famoso, el que puede aparecer en los Christmas Villages es Papá Noel y no los Reyes Magos, cuya aparición es solo posible junto al niño Jesús en su nacimiento (es decir, en un Belén).

Origen de los pueblos navideños

Poblado navideño diseñado por Marcos Zorrilla ubicado en el Museo Cruz Herrera de La Línea de la Concepción. Navidad 2022. Foto: R.P.

La tradición de colocar representaciones de pueblos navideños en casa parece tener su origen en el s.XVII, en concreto en la iglesia Morava de la República Checa relacionada con el protestantismo. A principios del siglo XX llegó hasta EE.UU. gracias a la fabricación de estas figuras de casitas, iglesias, personas, etc en cartón y posteriormente en cerámica a partir de los años 70. La evolución de las piezas de estos poblados navideños ha sido espectacular hasta alcanzar niveles de artesanía y detalle que los convierten en dignos de museo.

Montar un poblado navideño en casa no es incompatible con montar un Belén en otra habitación o espacio. Muchos de los que lo hacen en nuestro país apuestan por esta nueva tradición imporada por una cuestión de estética y coleccionismo, alejados de la creencia protestante y no necesariamente viéndolo como un sustituto del Belén de forma obligatoria. Pueden mantener algún tipo de Belén (con más o menos importancia) en otro espacio de la casa o no ponerlo, será una cuestión de espacio, presupuesto…

Es evidente que este tipo de poblados navideños está inspirando a personas de todo el mundo que se han aficionado a crear minuciosamente estos pueblecitos de ensueño en casa, algo que encaja con la tradición española belenista en cuanto a forma de montarlo, detalles, curiosidades, manualidades que requiere, etc.

Cómo montar un poblado de Navidad en casa

Al igual que el Belén, tal y como lo conocemos actualmente (con todas sus variables), estos pueblos navideños americanos son escenas con diferentes alturas, con movimiento, luces, sonidos, profundidad… La creatividad de los que que montan un mágico pueblo navideño en casa no tiene más límite que el que su presupuesto les impone.

Necesitaremos una mesa auxiliar de forma específica para el poblado o muebles que despejemos y que ya tenemos en el salón, recibidor o pasillo. Casitas, árboles nevados, granjas, pistas de patinaje sobre hielo,  tiendas y puestos de todo tipo, personajes, Papá Noel, atracciones de norias, iglesias, farolas, caminos, animales, coches de caballos, trenes, puentes, bancos y todo lo que se te pueda ocurrir y encuentres a la venta.

De izquierda a derecha: Fábrica de Santa Claus (Christmas-village-eu), carritos de palomitas y café (Casa) y pista de hielo navideña (El Corte Inglés).

Los aficionados a esta tendencia navideña compran las piezas en tiendas de decoración conocidas (Casa, El Corte Inglés), pop-up y mercadillos navideños y tiendas online especializadas extranjeras. Es en ese tipo de tiendas internacionales donde aseguran los aficionados, se encuentran mejores calidades y las piezas más originales que, según tamaño y diseño, pueden costar desde 20 euros hasta más de 200.

Foto principal y galería: Miguel E. Gallego.