Tipos de toallas y trucos para mantenerlas como nuevas

¿Cómo identificar una toalla de calidad, que seque bien y sea esponjosa? Te damos las claves y te enseñamos a cuidarlas para que mantengan sus cualidades.

Las toallas juegan un papel fundamental en nuestro hogar, tanto por lo útiles y necesarias que nos resultan en el día a día como por la presencia que tienen en la decoración de los baños y aseos. Es por eso que la elección de las toallas de casa la solemos hacer con mimo y detenimiento.

Si queremos que además de vistosas sean funcionales y duraderas, más allá del color y el diseño (con detalles de encaje, estampados, bordados, etc.) es importante que nos fijemos en la composición y el tejido.

He aquí una pequeña guía para seleccionar las toallas de nuestro hogar que más nos convienen.

Tipos de toallas según tejido y calidad

toallas trucos para cuidarlas
La Mallorquina

Para que una toalla sea de calidad, debemos cerciorarnos de que está confeccionada en algodón 100% y evitar las mezclas de tejidos. Según la procedencia del algodón, varía la durabilidad de la toalla y la calidad, siendo los más apreciados el egipcio y el turco.

Otros materiales utilizados para confeccionar toallas son la microfibra (a base de fibras sintéticas de nylon y poliéster), con gran durabilidad y buena capacidad de absorción; el bambú, con alta resistencia al moho y propiedades antibacterianas, por tanto, más higiénica que las tradicionales, y el poliéster, que a menudo se mezcla con el algodón, dando lugar a versiones muy económicas  de menor calidad.

Además, para valorar la calidad debemos fijarnos en detalles como:

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La capacidad de absorción o el poder de secado que tiene la toalla dependerá siempre del gramaje: la cantidad de hilos con los que se ha confeccionado. Cuanto más elevado sea el gramaje, mayor será esa absorción y más mullida y esponjosa la toalla. Se mide en gramos por metro cuadrado y la calidad aceptable se situaría a partir de los 400-500 gramos por metro cuadrado, aunque cuanto mayor, mejor será la calidad de la toalla.

En cuanto a la textura, según el tipo de confección podemos encontrar toallas con rizos enteros (Terry), muy absorbentes y resistentes; aterciopeladas, con las mismas características que la anterior, pero con los rizos cortados en una cara por un fin puramente estético; las estampadas, con diseños de color en un solo lado, y las toallas “jaquard”, que presentan dibujos en relieve sobre el propio rizo o hilo, apreciables por ambas caras, por lo que son más costosas.

En cuanto al colorido, si bien la amplia variedad disponible puede resultar tentadora, en términos de decoración recomendamos una regla básica: si se trata de una baño de pequeñas dimensiones, será mejor optar por tonos claros (blancos, beige, pasteles, etc.); si por el contrario hablamos de grandes espacios, entonces sí podremos jugar con otros tonos oscuros que aporten sensación calidez y recogimiento al espacio.

Trucos para que las toallas duren más

La Mallorquina

Si decidimos realizar una buena inversión en toallas lo más normal es que esperemos que nos duren en buen estado mucho tiempo. Sin embargo, incluso las toallas de mayor calidad pueden echarse a perder si no la cuidamos adecuadamente.

De hecho, es frecuente que con el paso del tiempo nuestras toallas se desgasten y pierdan sus cualidades: suavidad y capacidad de absorción sobre todo. ¿Cómo evitarlo? Solo debemos saber cómo cuidarlas correctamente para que se mantengan suaves y bonitas como el primer día.

Recurrimos a los consejos de los expertos de La Mallorquina, que nos ofrecen las claves para que las toallas mantengan su suavidad con unos cuidados básicos:

1. La importancia del primer lavado. “Antes de usarlas, recomendamos lavarlas en la lavadora, en un programa corto, con poco detergente y, sobre todo, sin suavizante“, señalan los expertos. Se recomienda añadir en este lavado un tapón de vinagre blanco para eliminar las pelusas que normalmente desprenden las toallas nuevas.

2. El lavado habitual. En los posteriores lavados, nos aconsejan usar programas adecuados, con detergentes suaves (mejor líquidos) y temperaturas no muy altas. De este modo, “las fibras se conservarán correctamente y evitaremos que se estropeen”, afirman.

Además, podemos sustituir el suavizante por una medida de “tapón” de vinagre blanco, con lo que conseguiremos que mantenga el apreciado poder de absorción de la toalla. Con el vinagre igualmente lograremos eliminar el olor a humedad.

3. Evitar que acumulen humedad: lo aconsejable es lavarlas una vez por semana y, sobre todo, dejarlas tendidas siempre después de cada uso para que se sequen correctamente. Para ello, podemos valernos de radiadores secatoallas o tenderlas al aire libre, si es posible, procurando que no les dé el sol directamente, ya que si no tienden a acartonarse.

Si la humedad llega a acumularse en las toallas no solo hará que el tejido huela mal si no que se infectará de bacterias. Si esto sucede, podemos desinfectarlas con media taza de bicarbonato sódico en un lavado en el que no utilicemos vinagre (siempre en ciclos distintos).

4. El uso de la secadora. Según los especialistas de La Mallorquina el uso de este aparato no es ningún problema, sino más bien al contrario, ya que “la secadora suele dejar las toallas muy esponjosas”. Así, nos recomiendan usar un “programa adecuado para que queden totalmente secas si no queremos plancharlas o un programa para plancha que las deja con una ligerísima humedad que facilita el planchado”.