Dime tu afición y te daré una razón para visitar Ciudad del Cabo

Si te gusta el surf, los diamantes, la naturaleza, los animales, el buen vino y la comida de vanguardia, la historia y los derechos humanos... Esta es la ciudad que debes descubrir

Algunas ciudades son tan presumidas, tan exhibicionistas, que enseñan todo lo que pueden a cualquiera que pase por allí. Es el caso de Sevilla: das una vuelta por el casco histórico, ves sus monumentos, paseas por sus calles, incluso, si lo cuadras, puedes disfrutar de sus fiestas. Pero hay otro tipo de ciudad en la que con un vistazo rápido apenas traspasas la superficie, que te piden un peaje extra para mostrarte su verdadera cara. Donde no siempre hace sol ni los monumentos son de piedra. Donde es más importante lo que tú buscas. Así es Ciudad del Cabo.

Así que te propongo un juego: dime cuáles son tus aficiones y vemos si Ciudad del Cabo puede ser tu próximo destino.

1.Te gusta navegar, lees libros de gente que cruza el Atlántico en solitario y no eres marino porque no te va excesivamente la disciplina militar… pero te entusiasman las hazañas de aquellos hombres que salían de Portugal, Inglaterra u Holanda rumbo a las Indias Orientales para estar meses y meses alejados de sus casas sin saber si volverían. Que cuando se acercaban al cabo desde el Atlántico «esperaban» que la navegación fuera más tranquila una vez pasado; y cuando volvían de las Indias, exhaustos y enfermos, su proximidad era la promesa de atención médica y remedios para sus males en Ciudad del Cabo.

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2. Si eres un apasionado de la historia o un activista defensor de los derechos humanos, aquí podrás conocer de primera mano alguno de los episodios más vergonzantes de nuestra historia reciente: el exterminio de tribus como los bosquimanos o, años después, el Apartheid -las políticas raciales discriminatorias legalizadas por el gobierno de Sudáfrica desde 1948 hasta 1990-. Desde el Water Front (el antiguo puerto reconvertido en zona de ocio y restaurantes) se puede visitar Robeen Island, un islote a 12 Km., donde Mandela pasó gran parte de su vida. También podrás acercarte a alguna de las township de los alrededores y deducir por ti mismo si veinte años son suficientes para regenerar el igualitarismo entre las razas.

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3. Te encanta leer la carta de vinos de un restaurante y, para ti, turismo y enología van indisolublemente unidos. Desde 1652 en que Jan Van Riebeeck fundara la factoría de avituallamiento de la Compañía de las Indias en el Cabo de Buena Esperanza, el cultivo de vides ha sido una constante en esta zona, al principio por el convencimiento de que el vino reduciría el escorbuto entre los marineros, posteriormente como forma de explotación comercial. Asesorados por franceses expertos en viticultura, desde entonces Constantia y Stellenbosh, al suroeste de Ciudad del Cabo, empiezan a adquirir fama en Europa. Hoy día, Sudáfrica es el noveno país productor de vino, con las técnicas más avanzadas de cultivo y vinificación. Más de cien bodegas a tu disposición, para degustar, para admirar, incluso para sobrevolar en avioneta.

4. No te pierdes un programa de Masterchef y recitas la lista de los cocineros con estrella Michelín como si fuera la alineación del Real Madrid o los Reyes Godos. ¡Bienvenido a Ciudad del Cabo! Los mejores restaurantes de Sudáfrica, -lo que significa de toda África– están aquí. A la tradición europea se une la posibilidad de incorporar nuevos sabores: carne de springbok, orix, etc., tiernas y sabrosas. O pescados de las frías aguas de dos océanos a elegir. Y con vistas a playas maravillosas, frente al mar o en colinas rodeadas de viñedos. Sabores y localizaciones únicos.

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5. Si en tu equipaje tiene prioridad el traje de neopreno y te gusta sentir la sal en la cara, éste es el sitio adecuado. Aunque la ola más larga del mundo dicen que está en Walvis Bay (Namibia), en Ciudad del Cabo el surf es el deporte rey. Algunos de los mejores surfistas del mundo son sudafricanos y sus playas de arena blanquísima son uno de los lugares recurrentes en el campeonato mundial. Puedes elegir en función del viento y la dirección de las olas entre el Índico o el Atlántico.

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6. El primer regalo que te gustó de verdad desde que tienes uso de razón fue un perro, eres capaz de que no se te mueran los peces del acuario y tu libro favorito es Moby Dick. Desde Gansbaai, a 200 Km. de Ciudad del Cabo, salen barcos en busca del gran blanco, el majestuoso y temido tiburón de hasta tres metros de largo. Y podrás ver ballenas en la bahía, descansando apaciblemente con sus lomos rugosos al sol. A la vuelta, en Simon’s Town, podrás conocer a la única clase de pingüino que existe en África, el Jachass Penguin, de menos de 50 cm, que te enternecerá con su forma de andar a pasos cortos balanceando todo el cuerpo de lado a lado.

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7. Lo primero que te pones al despertar son los pendientes y conoces el nombre de las famosas joyas que le regalaron sus maridos a Elisabeth Taylor. Además, crees que tu novio está pensando pedirte en matrimonio: Pues bien, es el mejor momento para proponerle conocer Ciudad del Cabo. Sudáfrica es el séptimo productor del mundo de diamantes. The Big Hole, en la pequeña ciudad de Kimberley, es un gigantesco cráter de 215 m. de profundidad que desde el siglo XVIII atrajo a buscadores de todo el planeta. Actualmente es un parque temático dedicado a los diamantes, donde podrás conocer el proceso de extracción y admirar alguna de las piezas extraídas de aquí. ¿Y si te vuelves a casa con un anillo?

8. Tienes tatuado un mapa mundi en la pierna y cada año le añades una nueva marca. Cuando pones la tele salta directamente el National Geografic, así que ya sabes que Ciudad del Cabo es la puerta de entrada a Africa del Sur. Así como en el siglo XVII llegaron los portugueses primeros y los holandeses e ingleses después para acabar ocupando toda el sur y centro de África, desde aquí puedes organizar tu viaje para conocer las dunas rojas del Namib, el parque Kruger o el Delta de Okavango. Además, en 2014, Ciudad del Cabo fue nombrado como el mejor lugar del mundo para ser visitado por el ‘American New York Times’ y el ‘British Daily Telegraph’.

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9. Te apasiona la jardinería y conoces la última floristería que han abierto en tu ciudad; no te pierdes la época de floración de los tulipanes y el mejor regalo que te pueden hacer es un ramo de flores. En pocos kilómetros alrededor de Ciudad del Cabo tienes dos de los seis reinos florales del planeta: el jardín botánico de Kisternbosch, el más grande del mundo, -declarado patrimonio Universal de la Unesco en 2004-y el reino floral capense. Con menos del 0,5% de la superficie de África alberga el 20% de la flora del continente. Siete mil especies de plantas que no existen en ninguna otra parte del mundo harán las delicias de tu alma de inglesa exiliada de la campiña.

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10. Lo tuyo es la fotografía: de paisajes y naturaleza apabullante, de personajes, de animales marinos y terrestres, de edificios con el más sofisticado y actual diseño. Ciudad del Cabo tiene una localización única, con la Table Mountain custodiándola, rodeadas de playas y viñedos, con una de las carreteras panorámicas más bonitas en dirección al Cabo de Buena Esperanza y con una población variada que retratar.

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¿Encajas en alguno de estos perfiles o eres de los que te horroriza un vuelo de más de once horas intimando sin querer con un desconocido que ronca a tu lado? Tú mismo.

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