Ángeles Espinar: «Ahora no se borda como antes»

Ángeles Espinar, la conocida diseñadora de mantones de Manila de Villamanrique de la Condesa, es una mujer fuerte. Mucho. Y le gusta presumir de ello. "He estado tres años sin hablar por un ictus, pero soy como los gatos y tengo muchas vidas", cuenta orgullosa a Bulevar Sur esta mujer que empezó bordando cuando era apenas una niña y que gracias a su saber hacer y trabajo incansable se ha llevado una Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Su madre fue la primera en darse cuenta de que Ángeles, que vive por y para sus mantones, tenía un don especial para bordar. "Fue con 12 años cuando empecé a bordar en un bastidor y lo hice desde el principio tan bien que mi tía me animó a que lo hiciera directamente en un mantón", cuenta emocionada y se apena de que hoy no haya "maestras buenas". "Ahora no se borda como antes", apostilla. Hasta la Reina Letizia guarda en palacio una de sus creaciones Con 8 años dejó el colegio para trabajar, como le pidieron sus padres, en el campo y a los 16, cuando tuvo un dinero ahorrado, se pagó a un profesor particular para que le enseñara "lo básico". Pilar Menco, que hoy tiene 99 años, para ella "la mejor del mundo", le enseñó a teñir los colores, a darle el conjunto de los coloridos a los tapices… y hoy hay mantones suyos en Australia, Miami y hasta la Reina Letizia guarda en palacio una de sus creaciones. ¿Se acuerda de cómo fue el primer mantón que bordó? ¡Claro! El primero que hice fue con la Torre del Oro y la Giralda. ¡Sevilla es una ciudad preciosa y maravillosa! ¿En qué se inspira? Los patios, mi patio, que es grandísimo y está lleno de flores, también las frutas, sobre todo las uvas. Me lo imagino en la mente y me pongo a bordar, combino colores y luego lo plasmo. Lo dibujo primero porque para ser buena bordadora hay que ser también buena dibujando. Y eso lo ha heredado mi hija María José, que es incluso más buena que yo. ¿Y si lo hace para una señora en concreto? Mientras tengo a la señora delante, la estoy estudiando y ya sé qué colorido le va a sentar bien, qué estilo tiene… Al final es lo que los hace únicos. Mis mantones no tienen nada que ver con los que se ven por ahí. ¿Influyen las modas también en los mantones? No. Por ejemplo, si se lleva mucho un color, sí que lo hago, pero si no me gusta, no lo vendo. ¿A quién le gustaría ver con sus creaciones? ¡Tiene tanta gente mantones míos…! Cuanta más gente los lleve, mejor. Hasta la mujer del Príncipe Carlos de Inglaterra, se lo llevó Isabel Preyler, también Isabel Pantoja, la Infanta Elena… ¿Y la Reina Letizia no tiene? Ella tiene un matón precioso, verde agua. Yo estoy enamorada de Sevilla y mi Giralda no podía faltar en su matón. ¡Mi Giralda es Miss Universo! ¿Le tiene especial cariño a algún diseño? Sí, y he llegado a llorar en algunos mantones. Le he llorado mucho a uno que le hice de Sevilla, con ocho monumentos: la Catedral, Giralda, Torre del Oro, Santa Ana, El salvador, el Teatro Lope de vega, la Plaza de España y el Puente de Triana. Era precioso. Eran unos años malos y vino un señor, que era un cliente de siempre, que me lo quiso comprar para regalarlo. Se enamoró y se lo vendí. Yo no quería venderlo, pero me hacía falta el dinero y mientras liaba el mantón no paraba de llorar.