Beatriz Peñalver, la modernidad entre volantes y lunares

Hace solo unos días mostrábamos a dos jóvenes diseñadores de Jaén, Leandro Cano y Moisés Nieto, que se postulan como integrantes de una nueva generación de diseñadores de moda española que traen una brisa realmente esperanzadora. No son los únicos andaluces que pegan con fuerza en el sector, desde Almuñécar (Granada) Beatriz Peñalver reclama (y con derecho) su sitio. Su estilo es inspirador, tan romántico como rompedor y divertido y por eso Bulevar Sur no se resiste a entrevistarla justo después de desfilar en la pasarela de EGO de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid (Cibeles) con una deliciosa colección en la que La Habana se cruza con sus sentimientos. Y aunque esa es una plataforma para lanzar y dar a conocer firmas emergentes, la de Peñalver en tan solo tres años de vida ya es conocida dentro del mundo de la moda, su nombre empezó a sonar hace dos años por culpa de un vestido rojo con falda de tul... ¿Cómo llegas a vivir del mundo de la moda? Estudié Administración y Dirección de Empresas en Madrid, terminé en 2011 y trabajé durante un año en un banco. No me sentía cómoda ni me gustaba el trabajo y como hobby empecé a tomar clases de patronaje y corte y confección. Era una espinita que tenía. Un día, a principios de 2012, decidí romper con todo y probar, empecé a hacer trajes y vestidos a nivel local en Almuñécar para amigas, familia… Se me ocurrió entonces hacer un desfile con todos los diseños que había hecho hasta entonces, tuve que pedírselos prestados a sus dueñas, para mostrar mi trabajo e intentar dedicarme de lleno a esto. ¿Cómo es ese estilo que defiendes y del que has hecho tu modo de vida? He pasado por mucho, pero creo que es como yo. Sofisticado, con un punto de elegancia. Para el dia a día, la comodidad y soy moderna porque intento innovar con materiales. Me caracteriza el equilibrio entre hombros, cinturas y cadera, énfasis en los hombros, cinturas estrechas y cadera a la altura de los hombros. Una moderna en Andalucía Claro, yo uso lunares y hago volanteo. Me ha hecho gracia el volanteo que ha habido en Cibeles este año sin ser diseñadores andaluces. Nos tienen mal considerados, pero recurren a nosotros para cualquier cosa, desde hacer chistes a poner volantes para llamar atención en la pasarela. A mi nadie me puede decir nada, yo voy siempre por mi camino y ahora además resulta que estamos de tendencia. Por necesidad geográfica nos hemos centrado mucho en las redes sociales ¿Cuáles fueron los siguientes pasos para afianzar tu marca? Mi fecha de punto de partida oficial sería ese desfile, el 28 de julio de 2012, a partir de ahí me empezaron a demandar trabajos de un modo más serio. Comencé con costura a medida y yo lo hacía todo, tardé poco en contratar modista, costurera, etc. Y yo diseñaba, buscaba tejidos, proveedores, otros mercados… Como había estudiado en Madrid muchos de mis contactos estaban allí y pensé en hacer un evento e invitarles a conocer mis diseños y salió todo más fluido y rodado. Ese salto a Madrid fue lo que hizo que me relacionara y tuviera contratos. Pese a ello no te has mudado a Madrid Mi base sigue en Almuñécar, donde tengo oficina y centro. Cada semana y media, o según las necesidades, voy a Madrid porque allí tengo el showroom de venta y comunicación. Pienso en moverme todo lo necesario pero mi vida está en Almuñécar. Con las redes sociales y la venta online se facilita esa situación Cuando me preguntan si me voy a Madrid siempre bromeo diciendo que Amancio Ortega nunca salio de Arteixo y que cualquier cosa es posible. Además, nosotros por necesidad geográfica, estamos lejos de donde sucede todo en moda, nos hemos centrado mucho en las redes sociales y al final eso ha acabado siendo una de nuestras herramientas principales. ¿Cómo llega tu vestido rojo de tul a ser el que lució Corina de Un príncipe para Corina (el reality de Cuatro)? Lo recuerdo como algo muy especial. Cuando decidí saltar a Madrid tras la pasarela en Almuñécar pensé que debería hacer una pequeña colección y presentarla alli. En noviembre de 2012 fui sin saber cómo funcionaba la industria, alquilé una sala y convoqué a mis contactos de Facebook. De modo cutre intenté contactar con prensa, no tenía agencia de comunicación ni nada. Fue todo muy pobre, pero la acción más productiva que he tenido. Sobre todo, porque un día antes de celebrar ese "open day" fui con una modelo por la calle haciéndole fotografías con uno de los vestidos. Estando en la calle Fuencarral unas estilistas de Telecinco pasaron y les llamó la atención el vestido, nos preguntaron y las invité al showroom del día siguiente. Vinieron y se llevaron cinco vestidos… Al final salió uno de ellos por la tele. Para nosotros fue muy grande, aumentamos pedidos, nos fueron conociendo, creamos la web y la venta online… Un tiempo después volvieron a llamarnos pidiendo aquel vestido por el que se pararon, era el rojo. No nos esperábamos lo que pasó con el programa de Un príncipe para Corina. Fue un auténtico boom. ¿En que se tradujo esa exposición mediática? Una vez que se emitió, de golpe tuvimos unos 35 pedidos. A día de hoy se sigue vendiendo y llevamos unos 220 vendidos. Imagínate si eso impulsó o no a la marca. Y de ahí a más famosas... Una vez que salimos la primera vez ya empiezan los estilistas a hablar entre ellos. Decidimos coger un showroom de prensa en Madrid porque nos desbordaba el asunto. Nuestra agencia lo ha hecho bien y nosotros siempre hemos dicho que sí a todo lo que se nos ha propuesto, hasta hemos invertido expresamente para hacer vestuario para famosas, hemos puesto mucho por nuestra parte y el resultado por ahora es el que se ve… Este verano hemos hecho cinco vestidos para Paris Hilton, no se ha puesto ninguno, pero el año pasado de uno que le dimos, se lo puso. Es complicado, pero merece la pena estar ahí. Si no te arriesgas, no funciona. ¿Cómo surge la nueva colección de primavera-verano 2016 (Empedrado 411) que acabas de presentar en EGO? Desde que me dedico a esta profesión no había tenido descanso hasta mi luna de miel que fue el pasado enero en La Habana. Allí desconecté, no pensaba en nada, no tenía problemas a la vista y realmente me relajé y todo fluía. No pensaba en crear una colección, pero los mensajes indirectos me llegaban y me fui del viaje un poco nostálgica, alegre… Me atraparon sentimientos muy contradictorios, alegría, tristeza, pena, envidia... Pero sobre todo reinaba el amor. Esa picardía de los cubanos, la música, su sonrisa para los turistas, cómo te introducen en su mundo, tienen poco pero saben disfrutar… Todo eso, además de la estética maravillosa de La Habana, una de las siete ciudades maravillas del mundo, es como un París bombardeado por la guerra y pintado de colores. De ahí salen los tonos de esta colección Exacto, es nuestra paleta de color, como los edificios. Todos los detalles de la colección tienes explicación. La Habana está parada en los setenta y si te vas a un espectáculo ves que es el típico lleno de espejos y focos de brillos galácticos por la sala, es lo que he querido representar con los cinturones reflectantes. Además, las prendas van ribeteadas con un biés negro que tiene frases. Las recopilé de bolígrafos de souvenirs. "La sonrisa es la forma de barata de mejorar la apariencia", "Te quiero sin medida, sin descanso y sin ropa" o "Te extraño a morir". Me hizo mucha gracia y lo quise plasmar, la voz de los cubanos hecha vestido. No solo te has lanzado con la moda masculina, también sorprendiste en el desfile vistiendo de chica a uno de los modelos No hay un motivo de peso. El modelo, Adrián, es amigo. Yo le llamo mi muso y sabía que cuando sacase moda de hombre el desfilaría. Por rizar el rizo le dije que si en la fashion week las mujeres salen de traje, ¿por qué no sale un hombre con una falda de tul y tacones? Además ahora mismo se habla de la moda transgénero, pero en Madrid no se ve demasiado y tenía curiosidad. Algunos compañeros diseñadores me han dicho que se lo esperaban de cualquiera menos de mí y menos con falda de tul. Fíjate tú que nunca se sabe... Además de diseñar colecciones trabajas la costura a medida en tu atelier de Almuñécar. La costura a medida supone un 50% de nuestra facturación anual, trabajamos mucho para ceremonia, novias y flamenca. Claramente a mí me financia la costura a medida. Necesito hacer pasarela que guste pero que a la vez sea prêt-à-porter ¿Con qué te sientes más cómoda? ¿Diseñando colecciones propias o trabajando para clientas? La verdad es que me siento muy cómoda haciendo colecciones. Me gusta el traje a medida pero es difícil y le tengo mucho respeto, cada clienta que entra es como la primera. Pero es verdad que cuando me siento orgullosa de un trabajo a medida pasa por encima de la satisfacción de una colección tras un desfile. El éxito verdadero es ese, una clienta de traje a medida feliz y que te recomienda, eso es sincero, en las pasarelas hay más falsedad. Yo sé si una cosa está bien según lo que me dicen mis clientas. ¿En la pasarela tienes más libertad? ¿Es como si hicieras dos trabajos totalmente diferentes? El año pasado en septiembre la colección fue muy de pasarela y luego tuve que rebajar casi todos los estilismos, pero el reto este año era lo contrario. Que parezca pasarela, pero no tener que modificar nada. Necesito hacer pasarela que guste pero que a la vez sea prêt-à-porter, lo hemos intentando. También porque queremos un punto intermedio entre EGO (que llama la atención, más conceptual…) y el prêt-à-porter de los consolidados. Hemos hecho muy comercial la pasarela pero con un punto atrevido y extravagante. La respuesta la veré en las ventas de la temporada. ¿Dónde se pueden comprar tus diseños? En puntos de venta que tenemos en Pontevedra, Albacete, Murcia, Valencia, Madrid, Almuñécar y online. Además, en Panamá, Italia y en Bahréin. ¿Cuesta mucho internacionalizar? A nosotros nos han llamado. No sabemos cómo será de difícil, hemos tenido esa suerte hasta ahora. No sabemos cómo es llamar a puertas extranjeras, lo mismo nos dan con ella en la cara. Cualquier opción fuera de España sería hipotecarme, pero ya no me da miedo ¿Te apetece dejar EGO y subir a desfilar con los consagrados en Cibeles? Ya tengo muchas ganas, EGO va bien pero tenemos una infraestructura que no es para seguir experimentando. Necesitamos hacer una pasarela y que se venda. Es una gran inversión y necesito verla recompensada. Prefiero invertir un poco más y pasar a consolidados si es que puedo. No sé las posibilidades que tengo, es verdad que hay plazas limitadas, los que llevan toda la vida… En febrero quiero volver pero no sé cómo. Tenemos que planearlo. ¿Incluso cambiar de pasarela? Sigo dando vueltas de si hacerlo en Madrid Fashion Show o salir fuera de España. Solo hay que proponérselo e ir. Si tengo que hacer más vestidos a medida y currar más para financiarme ese desfile fuera, lo haré. Si quieres ventas y repercusión hay que currar. No quiero quedarme a medias tintas. Tengo amigos y contactillos en Nueva York, de todo el mundo es donde lo haría. Ahora mismo cualquier opción fuera de España sería hipotecarme, pero ya no me da miedo.