Consejos para vestir correctamente de mantilla en Semana Santa

Creamos una guía de estilo y protocolo de la mantilla con la experta María Fernanda Sáinz de la Maza. Evita los errores y las incoherencias en esta bonita tradición

La Semana Santa se acerca y una más de las muchas tradiciones populares que se viven en este momento de Pasión es el de vestir de mantilla. Para muchas andaluzas y sevillanas es un momento muy importante del año, muchas otras mujeres que visitan nuestra Semana Santa se animan a seguir la tradición. Para las nuevas y para las que alguna vez se han preguntado cuál es el protocolo para ir vestida de mantilla de forma correcta, Bulevar Sur entrevista a María Fernanda Sáinz de la Maza, experta en protocolo y relaciones institucionales.

Esta sevillana recuerda con cariño el regalo que su madre le hizo cuando cumplió la mayoría de edad. «Me dijo que guardase la mantilla como oro en paño y que sería una de las prendas de mi ajuar. Era costumbre que al cumplir 18 años nos vistiéramos por primera vez de mantilla como anticipo a la puesta de largo», explica. Lleva toda una vida poniéndose la mantilla cada Semana Santa. «La mantilla no tiene edad, yo sigo haciéndolo cada año y tengo ya 60 años, todo cambia pero es bonito mantener las tradiciones», asegura María Fernanda.

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La mantilla, según nos cuenta la experta, es una prenda tradicionalmente española cuyo origen se remonta a la cultura íbera. «Mantilla viene del vocablo latino ‘mantelum’ que significa manto. En esa época íbera se usaba como velo o manto para cubrir la cabeza, después en la época medieval representaba la doncellez de la dama hasta que en el s. XVI las primeras encajeras catalanas comenzaron a confeccionar y añadir encajes a esta prenda. Al principio solo se llevaba como un manto que cubría cabeza, hombros y espalda», explica.

En s. XVII comienzan a utilizarse las mantillas como las conocemos hoy. «En el reinado de Fernando VII ya estaban presentes, pero su mayor auge fue con Isabel II, era muy aficionada a los encajes y se utilizará también la mantilla blanca. En la segunda mitad del s. XIX adquiere su máximo apogeo cuando durante la regencia de Amadeo de Saboya las damas de la corte y la aristocracia las utilizaban para desafiar a ese rey italiano», apunta la experta. ¿La forma? Se quitaban los sombreros e iban con mantilla al paseo, se conoce como la conspiración de las mantillas.

Ya en el s. XX la mantilla queda reservada para los actos religiosos, en Andalucía concretamente en la Semana Santa y para ir a misa (la pequeña llamada toca o velo).

¿Cuándo vestir de mantilla?

En Semana Santa tradicionalmente se lleva mantilla el Jueves Santo y el Viernes santo. «Aunque el Viernes Santo se ha ido perdiendo la tradición», asegura María Fernanda. La mantilla, explica, se pone para acudir a un acto religioso, «no para pasearse». «Te pones la mantilla por la mañana, visitas las iglesias y a primera hora de la tarde se acude a los Santos Oficios. Para los desfiles procesionales no se ponían. Hoy en día, la mantilla se pone por la mañana y no se quita quizá hasta las diez de la noche, pero tradicionalmente no era así».

Es costumbre que en algunos sitios de Andalucía también se vistan de mantilla las mujeres y forman parte del cortejo procesional de las Hermandades, aunque no es habitual en Sevilla. Sí que suelen verse también en otro tipo de actos religiosos como coronaciones de vírgenes. «Hubo una época en el s. XVIII y XIX que se ponía para asistir a la procesión del Corpus, pero hoy está en desuso», apunta María Fernanda.

Cómo debe ser la mantilla

Las mantillas se puede clasificar según su forma o según el tipo de encaje. Según su forma podemos elegir entre la mantilla de casco («que ya no se usa»), la mantilla de toalla o granadina («es la que más se usa y surgió a principios del XIX y tiene forma rectangular») y la de pico («surge en la misma época y presenta forma triangular«). Otra tipo de mantilla es la conocida como  manola, rondeña o goyesca («de encaje y con un volante, rara vez se lleva en Semana Santa»), tampoco se utiliza en este momento la de madroños.

Si tienes en cuenta el tipo de encajes pueden encontrar las mantillas de Chantilly («el encaje y el tul se hacen al mismo tiempo, muy fino, no se distinguen») y que suelen ser diseños de flores, lazos, guirnaldas… Otro tipo de mantillas son las de blonda, de las que más vemos en Semana Santa. «Se confecciona el tul y sobre él se borda, bordados que se caracterizan por ser hechos con hilo de seda y que resaltan sobre el tul. Este tipo de mantillas también se caracterizan porque al final forman amplias ondas también conocidas como punta de castañuela», explica María Fernanda.

Cómo debe ser la peina

Otro de los elementos clave para la indumentaria de la mujer que se viste de mantilla es la peina, aunque también se la puede llamar peineta. «Tiene sus antecedentes también en la cultura íbera, se la ponían como diadema o tiara sin velo, como un adorno más para el cabello», recuerda María Fernanda.

En cuanto a la forma, en Sevilla sobre todo se utilizan las conocidas como peinas de media teja de forma semicircular. Pueden ser de carey o de celuloide, aunque las más comercializadas son las segundas porque las primeras son muy difíciles de obtener y conservar. En cuanto al color, con la mantilla negra siempre es conveniente que se lleve con una peina en tono oscuro. Y la experta recomienda además que la piena sea calada en lugar de lisa. Para que el resultado final sea elegante y equilibrado deberás elegir bien la altura de la peina. «Según la altura de la persona se debe buscar una peina de término medio», aconseja.

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María Fernanda Sáinz de la Maza vestida de mantilla en Semana Santa en Sevilla

Cómo se coloca la mantilla

Una de las claves que nos comenta María Fernanda es que el largo de la mantilla siempre debe llegar a la corva sin sobrepasarla. «Hay muchísimas formas de poner la mantilla y hay que tener en cuenta el tipo de mantilla que es si es de toalla, un pico…».

De tipo toalla: antes de ponerla debes extenderla, se dobla por la mitad y delante del espejo la colocas por la cabeza y vas sujetándola a los hombros para que no se mueva. «Ladeas la cabeza hacia la izquierda y ajustas el hombro derecho y viceversa ayudándote con alfileres», explica. El broche se sujeta en la peina por detrás para sostener la mantilla. «Recomiendo que otra persona te ayude porque es difícil que quede centrado y bien sujeto», asegura.

Con las mantillas de pico, haríamos la misma operación de doblar por la mitad, en este caso el pico debe llegar a la nariz y entonces se va tirando hacia atrás hasta que llegue a la cabeza y se va sujetando con alfileres a la peina. «El pico admite más fruncidos. Hay personas que aseguran que el Viernes Santo se debe cubrir más la cabeza en señal de luto, yo opino que debemos tener en cuenta si eso nos sienta bien y favorece porque puede llegar a entristecer demasiado el rostro». La experta recomienda dejarla a media cabeza y fruncirlo como se prefiera. «Últimamente vemos la moda de llevar los picos muy hacia la frente sin fruncirlo, mostrando más la mantilla».

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Algunos errores que se cometen al vestir de mantilla, faldas demasiado cortas y no llevar medias negras de cristal. Foto: Juan José Úbeda

Cómo deben ser el vestido y los complementos

«Recomiendo llevar vestido mejor que dos piezas. El vestido debe ser por debajo de la rodilla sin un escote pronunciado teniendo en cuenta que vamos a actos religiosos», explica María Fernanda. Pueden ser de crepe, satén…y se debería evitar el encaje para no recargar demasiado el look. «El corte cuanto más sencillo y sobrio, mejor, aunque se admiten drapeados o lazos del mismo tejido», añade. En cuanto a la manga, siempre debe cubrir los hombros, siendo la más adecuada la manga francesa o larga.

La mujer que viste de mantilla debe llevar medias negras de cristal. Y en cuanto al zapato, se recomienda un tacón medio de tipo salón negro y sobrio, evitando sandalias. «Los guantes se pueden llevar siempre negros (terciopelo, raso… los de rejilla se han llevado mucho pero los veo más recomendados para ir con mantilla clara), también podemos llevar un bolso pequeño en negro».

Los pendientes, explica María Fernanda, deben ser largos porque son los que mejor quedan con la mantilla. «Pueden ser de circonitas, perlas… Se les suele llamar pendientes de la Virgen porque son del estilo de las Vírgenes de Gloria, de plata repujada». También se pueden añadir otras joyas como una gargantilla de perlas finas, una cadenita con cruz… «Antiguamente se llevaba un libro de misa y un rosario aunque hoy en día no se llevas tanto», apunta. La medalla de la Hermandad solo debes llevarla si formas parte de la organización en un acto en la iglesia, no como complemento.

El cabello y maquillaje

«Con el cabello suelto no tendrás sujeción, si vas a la peluquería pide un recogido bajo o una coca con espacio para poder clavar la peina entre la nuca y el moño. Si tienes el pelo corto, puedes utilizar un postizo y dos peinecillos a la contra de modo que creas un espacio para poder colocar la peina», recomienda la experta.

«Lo más importante es que la peina esté bien sujeta al pelo. Si ves que la peina no se sujeta correctamente puedes ajustarla mejor con horquillas invisibles. En teoría con un buen recogido no se debe tener problemas». También es importante cuidar detalles como el maquillaje: natural, sin estridencias, y siempre acorde a tu forma habitual de maquillarte.

Las modas y tendencias también se cuelan en tradiciones como la de vestir de mantilla. Recuerda la experta que en los años cuarenta las mujeres lucían la mantilla con trajes largos, por ejemplo. ´Son costumbres que van variando, pero la esencia de la mantilla se respeta siempre. Por eso no podemos caer en errores como ir con un escote de palabra de honor, con claveles rojos, con una falda corta… El acompañante también es muy importante, debe ir con traje oscuro y corbata negra».

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La modelo Nieves Álvarez da una lección de estilo vestida de mantilla junto al cantante Manuel Lombo

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