Dew Mena: «Cuando me decían que algo era imposible a mí me animaba»

Entrevistamos a Rocío Mena, una joven diseñadora sevillana que ha regresado de estudiar en Inglaterra con estilo vanguardista

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Rocío Mena es una joven sevillana de 25 años que acaba de volver de realizar sus estudios de diseño de moda en Inglaterra. De allí se trae conocimientos, experiencias y un proyecto de firma de moda, Dew Mena. Dew significa Rocío en inglés, las dificultades para pronunciar su nombre le hicieron optar por traducirlo. De este modo, un pedacito de Londres y de Leeds (ciudades en las que se formó) irá siempre con ella.

Bulevar Sur conoce el talento de Dew Mena en la pasada edición de Pasarela del Sur. Como un soplo de aire fresco en una programación variada, su trabajo y su puesta en escena sorprendieron gratamente. En el backstage, minutos antes de comenzar su desfile hablamos con la diseñadora. Mientras responde a nuestras preguntas va tocando y explicando detalles de las prendas que cuelgan esperando a ser vestidas por las modelos.

¿Dónde estudiaste diseño de moda?

Acabo de terminar la carrera en Inglaterra, he estudiado Diseño de Moda tres años en Londres y otros tres en Leeds, en el Kensington and Chelsea College y en la Leeds Beckett University.

¿Por qué decidiste irte fuera?

Es el mejor sitio para innovar y te dan la posibilidad y los medios para ello. Aquí si quieres imprimir en 3D es complicado, allí teníamos cinco impresoras… He tocado muchas técnicas dentro de la moda no solo el coser, investigar… Si estas loca ellos te apoyan y de ahí sale algo nuevo. Sí, porque además de la mentalidad diferente, consigues contactos…

¿De dónde viene esta «Heresy Collection»?

Llevo desde 2011 fuera, he decidido venirme y esta es la colección que sirvió como final de carrera aunque hay una ampliación para este desfile. Está inspirada en la historia japonesa, en los samuráis, la Yakuza y cómo evoluciona.

¿Cuáles son las claves de este trabajo?

Los tejidos, el pelo de oveja, de caballo, todas las prendas están confeccionadas en tejidos naturales como la seda, la organza… Los prints o estampados están diseñados por mí. El pelo de caballo es real y viene desde Japón, allí tienen granjas y se dedican a ello, sobre todo para instrumentos de cuerda. Vienen cosas de Japón, pero la mano de obra es española totalmente porque el tema de la artesanía en Inglaterra falla.

¿Cómo definitías tu estilo?

Depende de como me sienta hago lo que quiero. Un poco vanguardista. Busco más calidad y diseño que vender de forma masiva piezas.

¿Qué diseñadores son referencia para ti?

Uno de los que más me ha marcado es Alexander McQueen, también Iris Van Herpen y su trabajo en 3D.

¿Cómo crees que se va a recibir esta colección en Sevilla y España?

Siento que esto en Sevilla va a llamar la atención, son diseños muy potentes. Son todas piezas únicas e irrepetibles. Con los abrigos de piel sigo la forma de las piezas, aunque quisiera hacer otro, no podría ser igual. Desde el diseño, la investigación y hasta el último botón está hecho por mí.

¿Qué esperas de este desfile?

Darme a conocer en España. En Inglaterra ya me incluyeron en una revista especializada como una de las jóvenes a las que seguir y la verdad es que aquí no había hecho nunca nada. He decidido estar aquí ahora, después ¿quién sabe?

 

Desfile de Dew Mena en la Pasarela del Sur. Foto: Aníbal González
Desfile de Dew Mena en la Pasarela del Sur. Foto: Aníbal González

¿Cuáles van a ser tus siguientes pasos?

He abierto mi pequeño estudio aquí, diseño y mi objetivo es salir fuera. Estos diseños quiero enfocarlos al extranjero y al mercado internacional. Pienso que con Internet no hay fronteras porque cuando vivía en Londres me pedían las cosas por email, así que vi que era una pérdida de tiempo estar allí lejos de mi familia.

¿Cómo piensas enfocar el diseño?

Quiero seguir creando piezas únicas o incopiables. La copia está a la orden del día y yo no puedo competir contra las grandes producciones, por eso estos prints y tejidos son incopiables. De todos modos, quiero seguir por ahí, quizá algo más ponible… porque hay que vender. Aunque aquí no, la verdad es que hay gente que esto se lo pone también.

¿Qué supone para un joven diseñador eso de unir lo creativo con lo comercial?

Es duro y más empezando desde abajo. Hay una parte que te tira para lo de vender, pero ahora quiero y necesito esa creatividad porque me siento artista y quiero mostrarlo. Para conseguir trabajar un tejido puedo tardar tres meses, para hacer uno de mis diseños puedo tardar muchísimo… Soy muy perfeccionista, investigo mucho porque cada piel se cose de una forma y necesita un tratado diferente. El pelo de caballo, por ejemplo, es un abrigo que me ha hecho llorar. Me falta la experiencia del trabajo, pero también eso me da el valor y la inocencia para meterme en todo y al final salgo y victoriosa. Cuando me decían que algo era imposible a mí eso me animaba porque después de mucho trabajo, lo conseguía.

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