
La firma Room 717 ha creado una falda en base a uno de los accesorios más importantes de la moda flamenca: el mantón de manila
La moda sevillana está llena de iconos culturales que han conquistado pasarelas internacionales. Uno de los más representativos es el mantón de manila y la diseñadora sevillana Ana Canalejo, fundadora de la marca Room 717, ha dado un giro a este clásico, transformándolo en una elegante falda pareo que puede lucirse en ocasiones especiales.
Una mezcla de Sevilla y París
Aunque Room 717 está en Madrid, sus orígenes están profundamente ligados a Sevilla y París, las ciudades que moldearon la trayectoria de Ana Canalejo. Nacida en Sevilla, desarrolló su carrera entre las capitales española y francesa, dos de las principales referencias en el mundo de la moda. Cansada de ver cómo grandes firmas internacionales utilizaban elementos de la cultura española, como el flamenco o el toreo, en colecciones donde casi nunca participaban diseñadores o productores españoles, decidió cambiar esta dinámica.
Room 717 nace precisamente de esa frustración, con el objetivo de hacer prendas que honren a la cultura española, elaboradas por diseñadores locales. La firma se enfoca en piezas de alta calidad que le dan una vuelta a los iconos tradicionales, como el mantón de manila, para introducirlas en la moda más actual.

La Jupe, una colección flamenca
La colección de faldas basada en el mantón de manila lleva el nombre de La Jupe, y es, sin duda, una de las piezas estrella de la marca. La falda pareo creada a partir de este mantón se convierte en un lienzo de seda bordado. Aunque lo relacionamos con la cultura flamenca, lo cierto es que lo han llevado aristócratas y artistas, por lo que se ha convertido en una prenda icónica en cualquier aspecto.
El mantón de manila ha sido retratado por artistas de renombre como Sorolla y Julio Romero de Torres, y ha formado parte de momentos tan diversos como ferias, bodas y espectáculos flamencos. Sin embargo, Ana Canalejo ha querido ir más allá, apostando por una falda que permita que este accesorio no se limite a ocasiones especiales.
Lo bueno es que, a pesar de ser una prenda especial y algo subida de precio, se puede usar tanto en eventos de día como de noche. Lo ideal es usarla con un buen tacón, fino, para que realce la finura de los tobillos y cree una figura más esbelta.
No obstante, es una falda bastante exclusiva, por lo que su precio no es apto para todos los bolsillos. Oscila entre los 485 y los 1.255 euros, dependiendo del diseño y los detalles de cada pieza. Estos precios justifican la artesanía y calidad que envuelven cada falda, ya que están elaboradas con sumo cuidado.