Miriam de Ungría te cuenta lo que debes saber antes de comprar diamantes

La princesa ofreció una charla muy interesante en el Hotel Inglaterra de Sevilla donde además expuso su firma de joyas MdeU

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El pasado miércoles en el Hotel Inglaterra se presentó la firma de joyas MdeU, de la princesa Miriam de Ungría, acompañada por una interesante conferencia («o charla, no me gusta presentarlo como algo tan académico») sobre los diamantes. Licenciada en Historia del Arte, gemóloga, tasadora y diseñadora de joyas con su propia firma desde hace cuatro años, Miriam de Ungría supo acercar el origen, la naturaleza y el valor de los diamantes a todos los que acudieron a la cita.

«Son unas piedras muy especiales y cuando algo te gusta tanto, intentas compartirlo», explicó para comenzar. «Hay algo que distingue a los diamantes del resto de piedras preciosas, son razones objetivas que os voy a contar», continuó. Sorprendentemente son «carbono puro» que se diferencia del resto por su origen, a más de 200 kilómetros de profundidad bajo tierra y sometidos a altas temperaturas y presiones durante millones de años.

Y aunque lo que más nos suena es que los diamantes pasen a formar parte de los joyeros, también tienen usos industriales de gran importancia. Su mayor cualidad, la dureza, es la que los convierte en grandes aliados de este sector. «Es el mineral más duro que existe, pero eso no quiere decir que no sea frágil», contó Miriam de Ungría a todos los asistentes que llenaron la sala del hotel para oir sus palabras.

Miriam, viuda del príncipe Kardam de Bulgaria, consiguió que la charla fuera una clase práctica y amena sobre diamantes. ¿Cómo llegan a nuestras manos desde las profundidades de la tierra? Los volcanes son unos de los causantes de que se depositen en zonas más accesibles. Países africanos como Botswana, Namibia, Angola, Lesotho, Congo, Sierra Leona y también Canadá y Rusia son algunos de los grandes exportadores de estas piedras.

Cómo reconocer la calidad de un diamante

Hay cuatro características que debes tener en cuenta a la hora de valorar un diamante que vas a comprar. Son las cuatro C: color, clarity (pureza), carat (quilates o peso) y cut (talla).

En cuanto al color, se valora cómo de blancos son, pero también su tonalidad que puede ser amarilla, rosa, azul, verde… En ese aspecto entran las presiones y agentes externos que afectan al diamante mientras se forma. La pureza se mide según la limpieza del diamante, las inclusiones que pueda tener.

Los quilates son la medida de peso de los diamantes. «El peso de la semilla del algarrobo es la que se utiliza porque es constante en peso y tamaño. Un quilate equivale a 0.20 gramos y 6,5 milímetros», apuntó Miriam.  «Es muy importante diferenciar los quilates de los diamantes de los kilates de los metales como el oro y que significa la proporción de metal puro que tiene la pieza en cuestión», explicó la experta.

La última característica es la talla y hay muchos tipos: brillantes, oval, pera, princesa, marquesa, esmeralda, radiant, cojín, etc. «Otra gran confusión es la de llamar brillantes a todos los diamantes, cuando el brillante es un tipo de talla de diamante», apuntó. «Existen diamantes de muchos precios y calidades lo que me hace pensar que hay un diamante para todos, que todos podemos acceder a uno y permitirnos ese lujo».

Miriam de Ungría ofreció una charla sobre los diamantes en Sevilla y presentó su firma de joyas. Foto: Vanessa Gómez
Una de las joyas diseñadas por Miriam de Ungría para su firma MdeU. Foto: Vanessa Gómez

Diamantes sintéticos

Aunque no hay querido entrar en detalles realmente técnicos, Miriam de Ungría no ha querido dejar pasar la oportunidad de acercar al público a una realidad cada vez más habitual: la de los diamantes sintéticos. «Se fabrican en laboratorios y suelen ser de un 25 a un 50% más baratos que los diamantes naturales», aseguró. «Es una opción como cualquier otra, pero yo no los utilizo porque me gusta lo natural», confesó.

Los diamantes sintéticos son defendidos por motivos de sostenibilidad, por no agredir al medio ambiente, por no provenir de zonas de conflicto y, evidentemente, por ser más económicos.

También advirtió del cuidado que se debe tener al comprar diamantes es saber distinguir si lo que estás adquiriendo son piedras de imitación (circonita, zafiro blanco, topacio…). «Son piedras que parecen diamantes, pero no lo son y debes saber qué piedra estás comprando». Y el gran fraude que son las piedras falsas. «A la hora de comprar hay que informarse, acudir a personas de confianza y a partir de cierto tamaño, pedir un certificado oficial», aconsejó para terminar.

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