Sujetador de lactancia: cómo elegir el más adecuado

La maternidad te abre un mundo nuevo, también en lo referente a la lencería. Descubre todo lo que tienes que saber para sujetar el pecho con comodidad en esta etapa

De todas las cosas que cambian con la llegada de un bebé a una casa, quizá una de las que menos tienen en cuenta las madres es la de la ropa. Porque, sí, después de la ropa premamá, llega la de lactancia, que ya no es tan fácil de encontrar ni se oferta con tanta variedad.

Durante el embarazo es diferente. Hay tiempo y mucha ilusión para buscar ropa premamá con la que sentirse cómoda y guapa a la vez. Pero, una vez llega la criatura, la moda, la belleza y, sobre todo al principio, la higiene personal, se convierten en una utopía. De hecho, con la lactancia la moda se convierte en algo limitado y caro, que al principio puede hacerse un mundo para la madre. El sujetador de lactancia pasa entonces a ser un básico al que merece la pena dedicar algo de tiempo, previsión e inversión para no cometer errores.

En primer lugar, nunca está demás saber a qué nos referimos cuando hablamos de un sujetador de lactancia: no es más que un sujetador que permite amamantar al bebé con mayor comodidad. Es cierto que hay madres experimentadas en esto de la lactancia que, al cabo de los meses o incluso años, son capaces desenvolverse con soltura con los sujetadores habituales. Pero lo cierto es que, sobre todo en los primeros meses, el sujetador de lactancia es un gran aliado en la crianza del bebé.

qué es un sujetador de lactancia

Un error clásico a la hora de elegir sujetadores de lactancia es la talla: a veces nos cuesta imaginar cómo cambiará nuestro pecho con el nacimiento del bebé y tendemos a comprar los sujetadores de lactancia tomando como referencia la talla actual. Craso error. Los expertos recomiendan al menos elegir un modelo de dos tallas por encima de la habitual, puesto que el volumen del pecho aumenta considerablemente, especialmente durante los tres primeros meses de lactancia. De hecho, comprobarás que muchos modelos de sujetador de lactancia solo están disponibles en tallas grandes.

Por ello, si bien es recomendable contar con un par de sujetadores de lactancia para cuando nazca el bebé, no es mala idea comprar otra tanda una vez hayamos comenzado con la lactancia, cuando podremos probarlos con el volumen real. O ir comprando a medida que nos surjan las necesidades. Además, no está de más guardar los recibos de las compras de esos primeros sujetadores, por si no nos valen y podemos cambiarlos por la talla correcta.

Por otro lado, a la hora de elegir estos primeros sujetadores de lactancia conviene tener claro que nunca deben comprimir las mamas, sino solo ofrecer sujeción. La razón no obedece tanto a la comodidad como a la salud, de cara a evitar posibles molestias y afecciones comunes durante la lactancia como la mastitis.

Sujetadores de lactancia: tipos de abertura

En general, los sujetadores de lactancia pueden contar con dos tipos de abertura para amamantar: la vertical, con un corchete o clip que se engancha en el punto más alto de cada copa (donde empieza el tirante). Como este de H&M:

sujetador lactancia clip

La horizontal, que consiste en retirar una parte de la copa hacia un lado, como si se tratase de una cortinilla. Puede tratarse de un sujetador cruzado tipo top, que deja al descubierto toda la mama, como este de H&M:

sujetador lactancia solapa

O de uno con tela solapada que deja al descubierto solo el área alrededor del pezón, pero sigue recogiendo el pecho por los lados, como este de Mammae:

sujetador lactancia cortinilla Mammae Soft

Incluso encontrarás modelos de sofisticados diseños que permiten desde incorporar los discos de lactancia hasta sujetar el sacaleches. Como este de Mammae:

sujetador lactancia discos

No se trata de elegir entre uno u otro ni de decidir cuál es mejor. Es posible que varios modelos te sean útiles en diferentes ocasiones. Serás tú misma la que vayas descubriendo cuáles son tus preferencias y con qué tipo de abertura te sientes más cómoda en cada caso.

¿Con aros o sin aros?

En cuanto al tipo de sujetador, encontrarás tres tipos básicos para la lactancia: deportivo, con relleno y con aros.

El sujetador deportivo es ideal para estar en casa, dormir o para cuando simplemente tengas molestias en el pecho, bien porque sufres dificultades con la lactancia o bien por la hinchazón natural de las mamas. Es, sin duda, un imprescindible tras el parto que te hará sentir más cómoda en esos primeros días de adaptación. Es el caso de este modelo de Vertbaudet:

sujetador lactancia deportivo

El sujetador de lactancia con relleno da forma al pecho y evita que se marquen los pezones a través de la ropa. Sin embargo, en las primeras semanas de lactancia puede que te resulte incómodo, tanto por la hinchazón de los pechos como por el roce que puede llegar a causar. Como este de Women’ Secret:

sujetador de lactancia con relleno

Los sujetadores de lactancia con aros suelen dar una forma más bonita al pecho, si bien solo son apropiados para cuando no hay molestias y el tamaño de los pechos se ha estabilizado. A la hora de comprarlos, es importante dar con la talla exacta y evitar que el aro descanse sobre la mama para evitar que sea incómodo y perjudicial. Recuerda que el pecho debe encajar perfectamente tanto por debajo como por los lados y en ningún caso debe rebosar por encima. Por eso es aconsejable que esperes hasta que la hinchazón inicial se alivie para hacerte con este tipo de sujetadores. Este modelo es de Kiabi:

sujetadores de lactancia con aros

Otras cuestiones a tener en cuenta a la hora de elegir tus sujetadores de lactancia son el tejido y las costuras. En un momento en el que los pechos se convierten en algo mucho más delicado de lo que ya de por sí son, llevar un sujetador con costuras que rocen el pezón, por ejemplo, puede resultar realmente incómodo (y sí, aunque resulte sorprendente los hay).

Por otra parte, muchos sujetadores de lactancia además gozan de un diseño poco acertado en tanto en cuanto el espacio que deja la abertura al pezón a la hora de amamantar. Hay que tener en cuenta que cada mujer tiene una forma de pecho diferente y, por ejemplo, la abertura puede no coincidir con los pezones en los casos de que estos estén ligeramente separados.

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