Es quizá la interpretación más original de la manicura francesa que podemos lucir este verano. Como cualquier diseño gráfico en negativo, consiste en invertir los valores, en este caso, dejando incoloro el interior de la clásica línea de la francesa y únicamente remarcando los bordes.
Se lleva tanto en blanco (la versión negativa de las clásicas uñas francesas), como en todo tipo de colores llamativos, creando efectos muy favorecedores.
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